Sin embargo, lo grande de la temporada no dará comienzo, como es costumbre, hasta marzo. El día 3 comenzará la primera prueba por etapas, París Niza, y apenas tres días después comienza Tirreno Adriático, que como cada año se solapará con la prueba francesa. Sería la primera prueba de fuego para muchos ciclistas que pretenderán estar arriba en el próximo Giro de Italia. Tras terminar Tirreno, el día 17 tendrá lugar la primera gran prueba del año: Milán San Remo. Un día más tarde comienza en Catalunya la Volta, un año más en la élite.
Con San Remo darán el pistoletazo las grandes clásicas, con la "menor" E3 Harelbeke que servirá de preludio a la temporada de piedras. Los platos fuertes: Flandes y Roubaix tendrán lugar el 31 de marzo y el 7 de abril respectivamente. Antes de elllas, se pasará por la mencionada E3 y Gante, además de pisar en Italia la Eroica, una prueba que año tras año gana adeptos y aficionados y puede en un futuro ser considerada en la élite.
Entre los dos platos fuertes de las piedras está ubicada, otro año más, y a pesar de los problemas para llevarla a cabo, la Itzulia. Una de las pocas pruebas que van quedando en Euskal Herria, y la más importante a día de hoy, con permiso de la Klasika donostia. Tener una prueba por etapas en la élite tiene una gran importancia. Como cada año, esta prueba que abarcará del 1 al 6 de abril servirá de preparación a los clasicómanos para la temporada de las Ardenas, con Amstel (14), Flecha Valona (17) y Lieja (21).
La cuarta prueba por etapas del WT, Romandía, comenzará el 23 de abril, apenas dos días después de concluir Lieja. Y servirá de prueba de fuego para los valientes que quieran mostrar su estado de forma antes del Giro de Italia. La primera grande, y en los últimos años la que mejores recorridos e interés ha solido deparar, se iniciará el día 5 de mayo.
El Tour de Francia, el plato grande de cada año, arrancará el 29 de junio. Ahí se verá el duelo más esperado que esta temporada no se pudo dar más que en la vuelta, bastante deslucido. El duelo Contador Froome, con permiso (casi por sentado) de Wiggins hará que todos los que vayan al Tour, inicialmente, vayan a buscar el podio. Ese duelo podría hacer que algunos buenos ciclistas prefieran afrontar el Giro. Este año, por ejemplo, el líder de Euskaltel, Samuel Sánchez, probará suerte en Italia. Donde estará casi seguro un año más Scarponi, Basso... y está por ver si veremos a Nibali o vuelve a probar suerte en el Tour.
Antes de la ronda francesa, se verán las dos pruebas de "puesta a punto", la Dauphiné, que suele llevarse a lo más selecto y sirve de vara de medir cara a la grande boucle. El año pasado, Wiggins se hinchó, Sky demostró estar soberbio, y casi un mes después seguían como locomotoras. Suiza cada año es menos plato preferido (y antes lo era poco) para preparar el Tour, por lo que puede abrirse más a otros ganadores, y dependerá mucho de qué recorrido veamos. Más montaña o menos. Suelen ir variando, por lo que no se sabe a ciencia cierta qué veremos, ni a quién veremos.
Una vez terminado el Tour de Francia se acaba la temporada para mucha gente. La Klasika Donostia, una de las pruebas que hace años componían la Copa del Mundo, vuelve a ser en fin de semana, teniendo lugar el 27 de julio. Dos semanas antes de lo que acostumbraba hace tiempo, ya que solía coincidir con la previa de la Aste Nagusia donostiarra. Como cada año se espera en la prueba a gente que aun mantenga el golpe de pedal del Tour.
Para concluir la temporada, por si era poco meter a los ciclistas una semana en una prueba sin nada de montaña como el Tour de Beijing, ahora hay ración doble gracias al buen hacer de la UCI. El Tour de Hangzou se suma a Beijing para hacer un doblete de pruebas que por cercanía y quizás recorrido depararían muchísimos puntos a los interesados en salvar la temporada para ser WT un año más.
Antes de eso, habrá otras pruebas del WT como Polonia (a partir del 27 de julio, coincidiendo con la Klasika), Eneco Tour (a partir del 12 de agosto), la cada año más deslucida clásica de Hamburgo (25 de agosto, coincidiendo con la Vuelta) que es la única prueba que queda en la élite en tierras germanas. El GP Plouay (1 de septiembre), y las clásicas canadienses que tendrán lugar los días 13 y 15 de septiembre y servirán de previa para el Mundial a los que no estén en España por esas fechas.
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