jueves, 31 de enero de 2013

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UNA COPA ARRINCONADA

Temporada tras temporada surge el dilema de la Copa. Cada año que pasa menos gente cree en un formato que solo favorece a los grandes y que arrincona a un torneo clásico del calendario estatal a poco menos que un tercer lugar. Duele ver a un título como este viviendo un presente tan nefasto, más si cabe comparándolo con la salud de campeonatos similares en Inglaterra, Alemania o Francia. 

Si bien podemos afirmar que ha ganado en salud respecto a lo vivido unos años atrás, eso no quita para poder estar convencidos de que la RFEF tiene mucho trabajo por delante si quiere revitalizar un torneo que durante tanto tiempo fue motivo de orgullo para el fútbol estatal. Eso se ha perdido por completo.

En España la Copa ha quedado reducida a servir de lugar de encuentro para la disputa de dos clásicos Barça-Madrid más. Simplemente eso. Partidos que ya se meten sin ningún tipo de disimulo porque al fin y al cabo, o al menos eso creen los dirigentes, son los que venden. Centrados en maximizar la bipolaridad del fútbol español el torneo eliminatorio por excelencia sirve de excelente trampolín para que los dos grandes se vean las caras año tras año.

De una manera u otra. Es indiferente que sea en alguna ronda previa a la final a que vayan por cuadros separados. Es tanta la superioridad de ambos respecto al común de los equipos que si van por distintos lados del cuadro terminarán por encontrarse en la final. Llegados a este punto alguno recordará el buen papel del Atlético de Madrid este año pero en una eliminatoria a doble partido la infinita superioridad de merengues o culés terminaría por imponerse.

Porque 180 minutos dan para mucho. Muchísimo. Hemos visto casos recientes en los que alguno de los grandes ha visto dar su brazo a torcer, sí, pero los menos. Y aunque en el fútbol todo puede ocurrir, el efecto sorpresa que se le añade a un duelo a muerte en solo 90 minutos le da una vida enorme a un torneo del KO. Esa es la vía más sencilla y cómoda para encontrar la salvación para la Copa.

La Fa Cup inglesa, la Coupe francesa o la DFB Pokal alemana llevan a rajatabla ese principio. En el caso británico incluso con la disputa de un partido de desempate en caso de no existir un vencedor tras el primer envite. La Coppa italiana cambia en su penúltima ronda para decidir a sus finalistas en un doble duelo en semifinales. En España solo los más modestos juegan sus eliminatorias a partido único.

¿Por qué? Hubo hace años un movimiento de los principales clubes de la Liga pidiendo y casi exigiendo que se cambiara el clásico torneo a doble encuentro. El motivo era que la Copa , un torneo menor para ellos, 'molestaba' a sus intereses cara al campeonato de la regularidad y, especialmente, a sus intentonas por conseguir algún entorchado europeo. Se cambió y durante unos años se vivió la espectacularidad de ver cómo equipos de categorías bajas podían con un Real Madrid, un Deportivo, un Valencia o un Atlético de Madrid. 

Claro que caer contra ese tipo de equipos molestaba y mucho a los grandes. Al fin y al cabo una derrota que a priori se veía complicada, de darse regalaba a dicho equipo una complicada semana desde aficionados y prensa. Ese fue uno de las razones que hizo que se volviera al doble partido en la Copa. Por supuesto todo teledirigido desde los grandes clubes españoles.

Y así fue durante unas temporadas en las que, si bien no lograban ningún título, al menos esos grandes no sufrían el 'ridículo' de caer ante equipos muy inferiores. O sencillamente no de manera 'habitual'. Siempre les queda la baza de su campo para superar un marcador adverso en cancha ajena. 

Hasta que el Barça trató en 2009 la Copa como lo que era, un trofeo de verdad. Once años desde su último título. Entonces al Madrid le entró la morriña por lograr un campeonato que no conseguían desde el 93. Y cuando ambos quisieron pelear de tu a tu por la Copa, los dirigentes decidieron que era el momento de aprovecharse de la situación y poner todos los años, de una manera u otra, un 'clásico' en el calendario copero. 

Y llegó el hartazgo del personal. Pero además la Copa tiene otro problema y no es otro que su calendario. Así en general. Metida de mala manera, con calzador y de los malos, en el mes de enero por culpa de ese doble partido, muchos equipos no ven en el torneo más que una piedra en el zapato. Algo a esquivar porque, con tantos encuentros en tan poco tiempo, puede hacer que cualquiera pierda el hilo de su objetivos principales en la Liga.

Además está el chiste de la fecha de la final. Como no hay respeto por el torneo no se tiene ningún criterio claro para establecerlo. También porque al haber tanta preferencia por la Liga hace que cuando se confecciona el calendario del campeonato de la regularidad nadie se acuerde del de su homólogo copero. Y luego pasa lo que pasa.

En Inglaterra la Capital One Cup se decidirá en un duelo entre el Swansea y el Bradford City de League Two. La cuarta categoría inglesa. En España pocos saben que hoy se juega la ida de un atractivo Sevilla-Atlético. Al menos ayer hubo Barça-Madrid.

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