martes, 22 de enero de 2013

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MOTIVOS PARA EL OPTIMISMO

Tiempo después el Athletic dio a sus aficionados motivos para poder pensar en un futuro mejor. El empate cosechado en la noche de ayer en el Benito Villamarín de Sevilla fue algo más que un simple punto. Siendo objetivos los de Marcelo Bielsa merecieron más en el que quizá haya sido el partido en el que más se parecieron a los de la pasada temporada.

El punto fue un escaso bagaje en vista del juego de ambos equipos. Los rojiblancos se sobrepusieron a un nuevo error de Gorka Iraizoz en el primer minuto de partido. En un claro fallo de concentración cometió un penalty cuando no se habían cumplido los sesenta segundos. Y ya sabemos que de unos años a esta parte, penalty en contra es sinónimo de gol. Los bilbaínos acusaron el golpe y durante los siguientes veinte minutos fueron un juguete en manos de un Betis que no supo cómo lograr el segundo tanto.

A partir de ahí todo cambio. Poco a poco el duelo se fue equilibrando y por fin los leones hicieron honore a su nombre. Antes de llegar al descanso Aritz Aduriz, quién si no, logró igualar el encuentro con una bonita definición superando por encima la salida de Adrián. Doce goles ya para  él, igualando su mejor marca en la Liga BBVA.

En la segunda parte solo hubo un equipo sobre el verde y ese fue el Athletic. De nuevo acertados en la combinación y en las mejores condiciones físicas en las que se ha visto al equipo en lo que va de curso, las llegadas y ocasiones caían poco a poco del lado del cuadro zurigorri. Esa segunda mitad, esas señales de buen juego y esa semejanza con el equipo que el año pasado enamoró a Europa son los motivos que alientan a sus aficionados a creer que es posible un final de temporada tranquilo.

Pero una vez más faltó el acierto en los últimos metros. La pólvora volvió a estar mojada y de nuevo fue Aduriz el salvador bilbaíno. Es preocupante la falta de gol de la segunda línea, quienes el año pasado estuvieron muy acertados en zona de remate. Las ocasiones llegaron de todas formas y colores pero no hubo manera. Quizá lo del año pasado fuera flor de un día y volvamos a sufrir los rigores de una cuadrilla de futbolistas plomiza en cuanto a la definición ante el marco rival.

Por primera vez en tiempo los de Bielsa fueron superiores a su rival con claridad y sin discusión. Eso ya es suficiente motivo para ser un poco optimistas de cara al futuro. Por desgracia todo quedo en un simple empate que da para pensar y mucho. Porque si recuperando las buenas sensaciones y mereciendo más solo se saca un punto, ¿cuándo va a ganar este equipo?

Cuatro jornadas consecutivas sin conocer el sabor de los tres puntos y por delante uno de los rivales más incómodos posibles, el Atlético de Simeone. Sin duda mal compañero de viaje pero una excelente piedra de toque para ver si lo de ayer es una casualidad o una realidad.

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