Una vez más, por tercer año consecutivo, el considerado por muchos mejor equipo de la historia volvió a dejarse puntos en tierras donostiarras. Desde la llegada de Pep Guardiola al equipo, no hay un estadio que se le atragante tanto como Anoeta. Cabe recordar, que la Real estuvo parte de esa andadura en Segunda. Pero tras su retorno ha sumado 7 ptos de 9; o lo que es lo mismo, el Barcelona tan sólo arrancó un punto en Anoeta una vez, la temporada pasada, en la que no lograría el título liguero.
Esta vez el naufragio fue más sonado si cabe. El Barcelona llegaba con una primera vuelta de escándalo, no solo sin conocer la derrota, si no que además habiéndose dejado tan solo dos puntos en un empate ante el otro "Grande", el Real Madrid. Fue en el Camp Nou, por lo que lejos de la ciudad condal, el Barcelona de Tito había ganado a todos sus rivales. A veces con soltura y dominio absoluto y otras con polémicas arbitrales poco beneficiosas, como en Pamplona o Sevilla en un partido que inició el declive del conjunto hispalense hasta el punto de la destitución de su entrenador.
El Barcelona, que hace dos años visitó Anoeta con la liga casi sentenciada y con suplentes, y que el año pasado era el inicio de liga (donde se suele acusar más la falta de rodaje, o eso se pone de excusa para justificar el 0-2 ante el Hércules un año antes). Este año era mitad de liga, muy encarrilada, pero con un mundo por delante, y el Barcelona, en lugar de reservar gente para Copa tras su pinchazo 2-2 que les obligaba a ir a la Rosaleda a vencer o morir, jugó con el 11 de gala. Lo que es lo mismo, esta vez no parecía que hubiera suerte.
Y el guión fue muy parecido al del año pasado y hace dos. Un Barcelona que domina sin hacer mucho ruido en el inicio y una Real que a pesar de estar colocada comete errores. Esta vez un mal pase de Bravo y una defensa descolocada (y la poca ayuda del centrocampista) hacen que el Barceloa se coloque 0-2. La prensa especializada, o al menos la catalana habló de hasta poderse ir 0-4 al descanso. Claro, cuentan con los dos tiros al palo, pero la mención a las ocasiones que Prieto y Griezmann tuvieron con 0-1 o a un tiro del Chory, nada de nada.
El caso es que la Real siguió el guión de estos años. Hace dos hasta el descanso ni presionaron tan arriba ni intentaron dar el resto, y el año pasado, tres cuartas partes de lo mismo. El Barcelona en una parte puede sentenciarte el partido. Pero si algo vio la Real estos años atrás es que no se puede correr 90 minutos a ciertos niveles, y que ante el Barcelona toca aguantar el chaparrón, y una vez aguantado, si se confían, hay opciones. Y volvió a suceder el milagro.
El gol de Chory dio alas con 1-2 y la Real apretó en ese final de tiempo y el inicio del segundo, lo que no está escrito. Una segunda parte donde se inició achuchando y que la expulsión de Piqué haría allanar todavía algo más el camino. Apenas cinco minutos después, el Chory, con algo de fortuna hizo el 2-2, y el partido pareció terminarse, con una Real que daba por bueno el botín y un Barcelona que no quería contras.
Ese fue el partido hasta que en los minutos finales, con la entrada de Pardo, Ifrán y Agirretxe la Real buscó algo más a los de arriba, el Barcelona empezó a perder el sitio. El árbitro perdonó la segunda amarilla a Iniesta, en una expulsión de libro por cortar una contra en los minutos finales. Y ya con el partido a borde de concluir, un inocente balón al que Ifrán presiona, sin mucha fe. Puyol lo envía a banda por no complicarse, y de una saque de banda en campo contrario y sin muchos jugadores de por medio, Carlos Martínez con fortuna se la lleva, la pone casi obligado al área, y por ahí apareció Agirretxe.
Tamborrada perfecta para celebrar el día de Donosti, ganar al líder, que llevaba 19 partidos invicto esta temporada, al considerado mejor equipo del Mundo, es un subidón. Pero cuando llevas tres años consecutivos dando con la tecla, algo hay en Donosti que se resiste al club culé. Los realistas celebraron tres puntos que le siguen dejando cerca de la zona europea, y les coloca en el grupo de equipos que aspiran a esas plazas. El "corte" a día de hoy lo marca el Getafe. Por su parte la prensa catalana con un "No pasa nada (la liga está ganada)" zanjó el traspiés catalán en tierras guipuzcoanas.
La Real se convierte, de este modo, en custodio de su propio record. El de imbatibilidad que ostenta el equipo que entrenó el difunto Ormaetxea, que en la temporada 79-80 (donde no lograron el título liguero) estuvieron 32 jornadas sin conocer la derrota. En total el record es de 38 si se tienen en cuenta las 6 últimas jornadas de la temporada anterior.
El Barcelona ya puso hace dos años en aprietos este record, al llegar a Anoeta con 31 jornadas invicto. Aunque a diferencia de la temporada de Ormaetxea, los culés no llevaban desde la jornada 1 sin conocer la derrota. El Barcelona cayó, sin poder batir ni siquiera el record de 32 jornadas de una misma temporada sin perder. Y dos años después, un FC Barcelona que va batiendo todos los records, se dejó los tres puntos, y puso el contador de partidos sin perder en Liga a 0 en Anoeta. Las dos veces que mejor racha presentaban los culés, la Real Sociedad supuso una piedra en el camino.
Los datos quedan aun más exagerados si se tiene en cuenta que el Barcelona en las últimas dos temporadas y media (lo que lleva la Real en Primera) tan solo ha caído cuatro veces lejos de su estadio, en la 10-11 y en esta sólo en Anoeta, mientras que el año pasado cayó en Pamplona ante Osasuna 3-2 y en Getafe 1-0. Fuera de eso nueve empates en 49 partidos. Ninguno de ellos ante equipos que repitan.
Echando la vista un poco más atrás, para llegar a completar los partidos de los equipos que faltan por jugar, nos damos cuenta que en un ranking de resultados en casa ante el Barcelona, ningún equipo supera en sus últimos tres partidos como local, más de tres puntos ante el club catalán, exceptuando la Real con los mencionados 7 ptos. Esa cifra es la que han logrado los mencionados Getafe y Osasuna en sus últimos tres encuentros ante los culés. Además del curioso caso del Numancia, que tan sólo jugó una vez ante los catalanes (en la temporada 08-09) en el debut de Pep como entrenador, y obtuvieron los tres puntos.
Mientras que cuatro equipos más han logrado al menos sucumbir una única vez en tres partidos: Athletic, Valencia, Espanyol y Betis, que han empatado dos de los últimos tres encuentros ante los catalanes (si bien uno de los resultados del Betis data de la temporada 08-09). El Real Madrid tan sólo ha logrado un punto en las últimas tres visitas del Barcelona en liga. Y con 0 puntos están Racing, Zaragoza, Deportivo, Mallorca, Málaga y Valladolid; además del Rayo, que en dos encuentros tiene un balance de 0-12, y equipos que solo han jugado una vez como Granada (0-1), Tenerife (0-5), Xerez (0-2) y Hércules (0-3).
Si ampliamos el baremo a la era Pep-Tito, en la que algunos equipos se encontrarían con cinco encuentros jugados ante el Barcelona en su feudo, los resultados no son mucho mejores. Servirían para que Deportivo o Mallorca no estuvieran en el club de los 0 ptos, a los que sí pertenecen (con cinco partidos jugados ante el Barcelona) el Real Zaragoza y el Málaga, además del Racing con cuatro partidos.
El Real Madrid tan sólo sabe lo que es sumar un punto de doce ante el Barcelona en casa. La Real mantiene, a pesar de solo haber jugado en tres ocasiones, el primer puesto. El segundo sería para el Atlético de Madrid, que si bien lleva dos derrotas consecutivas, el Calderón fue el campo maldito de Pep con resultados como 4-3 y 2-1 en sus dos primeras campañas como técnico. Si bien no conocen la derrota en tierras valencianas, tan sólo han sido capaces de ganar en una ocasión (y por 0-1) allí.
El tercer mejor "feudo" anti-Barcelona en cuanto a suma de puntos es El Reyno de Navarra. Donde Osasuna ha sumado cuatro puntos, y cabe recordar la reciente polémica esta temporada en un partido donde los rojillos a punto estuvieron de, al menos, cosechar un punto. Es precisamente en los campos de Euskal Herria donde el Barcelona peor botín cosecha. Ya que tan sólo ha ganado en la mitad de sus visitas a Pamplona y Bilbo, además de no ganar en Donosti.
Para esto último ya tendrá que esperar a la próxima temporada el conjunto catalán. Que posiblemente venga con la lección aprendida tras tres encuentros donde tras arrancar ganando en todos ellos (con 0-2 en las dos últimas temporadas) terminó cayendo en dos y empatando en otro. Por no mencionar que en el descuento de la temporada pasada a punto estuvo Anoeta de celebrar un gol, como el que este año sí pudieron celebrar de la mano de Agirretxe.
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