Continuando con el análisis de los
partidos de wildcard hoy toca ver lo sucedido entre los equipos que
se enfrentaron el pasado domingo. La tónica de poco juego se
mantuvo, aunque si es cierto que hubo otra serie de matices que
dieron a estos dos partidos un toque especial. En Baltimore asistimos
al último partido en su casa del gran capitán Ray Lewis. En la
capital de los Estados Unidos un duelo entre dos QB rookies que
maravillaron durante la regular season.
Baltimore Ravens-Indianapolis Colts (24-9)
La previa de este partido venía marcado por el anuncio de la
retirada de Ray Lewis cuando acabase esta temporada. Esto significaba
que si o si el duelo contra los Colts sería su último partido como
local en lo que ha sido su carrera. Se juntaban emociones e ilusiones
por llevar de nuevo a su gran capitan a lo más alto del fútbol
americano.
El primer cuarto se ventiló sin que ninguno de los dos equipos
consiguiese inaugurar su marcador. Las defensas estaban bien
plantadas en el campo dejando poco espacio a los ataques. Cada equipo
quería establecer un juego de carrera que les diese más margen de
maniobra a sus quarterbacks. Poco a poco lo fueron consiguiendo,
sobre todo los Ravens. Al descanso se llegó con un igualado 10-6
aunque lo cierto es que quedó un cierto regusto de decepción en los
Colts al no materializar en forma de touchdowns sus drives.
Tras el descanso los Ravens salieron mucho más resolutivos con el
ataque. Joe Flacco empezó a conectar con sus receptores y esto hizo
que la defensa de Indianapolis empezase a resquebrajarse. Boldin
trajo por la calle de la amargura a una secundaria que en ningún
momento de este periodo pudo con él. 145 yardas en dos cuartos es el
claro ejemplo de lo que es dominar a tu par.
En el momento en el que los Ravens empezaron a dominar en el
marcador y sobre todo en el juego, a los Colts se les apagaron las
luces. Las 54 jugadas de pase ejecutadas por Luck no son la mejor
manera de llevar a cabo un game plan aunque vayas por detrás en el
marcador. Es posible que la baja de Bruce Arians, su coordinador
ofensivo, fuese clave para esta pérdida del norte. Al final los
Ravens ampliaron aún más la ventaja para acabar imponiéndose por
24-9. Su próximo rival serán los Denver Broncos de Peyton Manning.
Mile High les espera.
Washington Redskins-Seattle Seahawks (14-24)
El duelo entre estos dos equipos era probablemente el que más
expectación despertaba. Se citaban frente a frente Robert Griffin
III y Russell Wilson, dos QB rookies que habían cuajado una regular
season de record. Ambos con unas cifras nada habituales para novatos.
Pero no sólo estaban los quarterbacks. El duelo de corredores entre
Morris y Lynch era también brutal.
Los Redskins comenzaron el partido a tope. Estaban como una moto.
Su ataque era imparable combinando el pase y la carrera, mientras que
la defensa conseguía parar sin demasiado esfuerzo a unos Seahawks
que estaban muy incómodos sobre el lamentable césped del FedEx
Field. Los locales pronto se pusieron con un inquietante 14-0. Había
un evidente riesgo de que Seattle se quedase fuera del partido sino
reaccionaba con prontitud.
No fue hasta el segundo cuarto cuando Seattle empezó a carburar.
Russell Wilson y Marshawn Lynch empezaron a combinar su talento y la
defensa de los capitalinos empezó a conceder jugadas con bastante
ganancia de yardaje. El RB les machacaba a base de fortaleza,
mientras que el quarterback a base de pases cortos y scrambles les
remataba. Al descanso sólo se fueron perdiendo de uno (14-13) pero
era evidente que tenían el momentum ya que Griffin III estaba más
que renqueante dejando huérfanos de liderazgo a los Redskins.
En el tercer cuarto ninguno de los dos equipos anotó. Las
defensas y los pañuelos impidieron que el luminoso se moviese. A
pesar de que los Redskins jugaban en casa, cada vez estaban más y
más cohibidos. Griffin III apenas podía moverse y su aportación
era casi nula. Por su parte Seattle empezó a poner en marcha a la
'bestia', apodo de Lynch. Un TD tras una carrera suya de 27 yardas
puso por primera vez a los visitantes por delante.
A penas dos jugadas después los Redskins se despidieron del
partido cuando Robert Griffin III cayó lesionado en un mal snap. Su
rodilla dijo basta y los Seahawks recuperaron el balón en la red
zone de Washington. Un nuevo field goal de Hauschka selló el
partido. Es imposible saber que hubiese pasado si Shanahan hubiese
sustituido antes a su QB, pero lo cierto es que la tozudez por
mantenerle en el campo fue a la postre decisiva. Seattle viajará a
Atlanta para intentar meterse en el NFC Championship game. Wilson
venció en el duelo de rookies.
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