Loren había anunciado, allá por mayo, antes de que llegara Montanier a la Real, que se confiaba en la cantera para la zona del mediocampo. Y por ello, no se ejercía renovación alguna sobre Diego Rivas, para dar paso a Illarra, que no había apenas jugado el año anterior, así como intentar dar una última oportunidad a Elustondo y Markel. En la recámara, quedaba Pardo, que brilló con luz propia en el Mundial Sub-19.
Sin embargo llegó el técnico francés y pidió lo que Loren denominó un “Box to Box”, un jugador capaz de recorrer todo el campo, muy físico, capaz de ejercer presión y que para nada no tuviera gusto alguno por la bola. Para ello Montanier dejó un nombre procedente de Francia, Yatabaré. El caso es que surgió la posibilidad de ir a por Muntari. Al poco tiempo, ya se hablaba de otro interista, Mariga.
Definitivamente fue este el escogido. Loren declaró que siempre había sido la primera opción de la Real. Y así llegaba, tras todo el culebrón del verano, a vestir la elástica txuri-urdin. El llegar tan tarde a formar parte del equipo le hizo perderse la pretemporada (algo que también sucedió con el mexicano Vela). A diferencia de éste, el sudamericano parece integrado en Donostia y en el equipo, algo que el africano no ha sido capaz de hacer.
Debutó ante el FC Barcelona, y si bien no estuvo del todo acertado, mostró algunos detalles de calidad, y ciertas cabalgadas, si bien su tono físico aun no era el deseado y sería sustituido, entre aplausos, debido a un pinchazo en el muslo. Era un debut, no del todo acertado, pero mucho mejor que el nivel que daría posteriormente. Ante el Sevilla apareció como pivote defensivo, posición que no es la suya, pero donde se defendió muy bien.
Y una jornada después, ante el Granada, realizó su mejor actuación con la Real en Anoeta. La Real ganaría 1-0, en la que ha sido la única victoria en la que el centrocampista actuó desde el inicio. Parecía entonado, habían bastado tres jornadas para ver un buen Mariga, y parecía un buen fichaje para el centro del campo. Fue un mero espejismo. A partir de ahí se mostró otro jugador. Quién sabe qué pasaría entonces, pero el jugador no pareció poner nada de su parte.
La Real cayó en picado, y Mariga fue uno de los titulares a los que todos apuntaban. No mostraba solidaridad y no parecía encontrar su fútbol. No lo parecía, o no quería. El propio jugador declararía no sentirse adaptado y que esta Liga no le iba bien, para par de meses después decir que estaba contento y que le estaba viniendo bien jugar en una liga “más lenta” para volver y triunfar en el Inter.
El momento de esta segunda declaración fue con el jugador ya suplente. Ante el Espanyol, con 0-0 fue sustituido ante los silbidos de la grada, que contrastaron con los aplausos a Pardo, que entró por él. Fueron sus últimos minutos ligueros en Anoeta. La Real desde esa jornada es el cuarto mejor equipo de la Liga, con cuatro victorias, tres empates y una derrota. Mariga, desde ese momento, apenas ha jugado en tres encuentros ligueros,ninguno de titular. El último de ellos, desafortunado y, quién sabe si determinante.
Y es que Montanier, artífice directo del fichaje al pedir a la directiva un jugador de ese perfil, aún mantenía la fe en el ahora jugador del Parma. Ni siquiera el 6-1 de Mallorca, la debacle copera, donde toda la afición, por encima de la nefasta noche del equipo, apuntó el nombre de Mariga como uno de los negativamente destacados. “No corre”, “no se esfuerza”, “es un vago”, fueron los comentarios más repetidos entre la afición. Por Anoeta han pasado muchísimos fichajes que no han rendido, pero nunca se había hecho un esfuerzo económico por un jugador contrastado y este había devuelto el esfuerzo con tan poco sacrificio.
Al míster francés le dio igual. Ante el Valencia el descartado de última hora de una convocatoria de 19 fue Pardo, el futuro de la Real, y el convocado Mariga. Ningún aficionado entendía la decisión, más aún cuando ya se escuchaban cantos de una posible devolución al Inter por no cumplir las expectativas. La decepción fue aún mayor cuando en el minuto 80 de Mestalla, ante el Valencia, ganando 0-1 en lugar de entrar Markel, el que iba a saltar al césped era Mariga.
El caso es que Mariga saltó al césped muy tarde, debido a que no tenía puestas las espinilleras. Tampoco hizo el afán de ponérselas rápido. La cara de Montanier, un poema, enfadado con el keniata debido a lo que estaba en juego. Al final pisó Mestalla, y su aportación se resumió en un robo de balón y tres pases errados, uno de ellos hacia atrás, directamente regalado al rival, que pudo costar dos puntos.
Esa fue la última vez que Mariga vistió la camiseta realista. Descartado ante el Atlético de Madrid, allanando ya la salida del jugador, y viajando a Italia este último fin de semana, donde la Real goleaba al Sporting. Apenas han pasado cinco meses, y el fichaje más caro de la presente temporada de la Real, el “Box to Box” que se prometía ha quedado ya como una más de las pifias realistas en el mercado de fichajes.
Pero que no extrañe a nadie que en par de meses Mariga llene portadas de diarios parmesinos. No pongo en duda que si Mou se fijó en este jugador, tendrá nivel. Pero una cosa es tenerlo y otra querer demostrarlo. Está en tus manos, Mariga.
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