jueves, 12 de enero de 2012

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HISTORIA DE TRES DESPIDOS

+Fútbol, Agapito Iglesias, Atlético de Madrid, Enrique Cerezo, Fernando Roig, Gregorio Manzano, Javier Aguirre, Juan Carlos Garrido, Liga BBVA, Miguel Ángel Gil Marín, Villarreal, ZaragozaEl parón navideño dejó a varios equipos de la Liga BBVA con problemas y sumidos en crisis todavía solucionables en vista de lo que queda por delante. Pero la paciencia no es infinita y por ello mismo Juan Carlos Garrido, Javier Aguirre y Gregorio Manzano fueron destituidos de sus puestos como entrenador de Villarreal, Zaragoza y Atlético de Madrid respectivamente. Cada caso tiene una historia diferentes y habla bien claro de hasta dónde llega el mal momento de cada club, tanto en lo deportivo como en lo institucional.

El caso más normal dentro de lo que supone un cese es el de Garrido. Los resultados han pesado demasiado para una directiva que esperaba estar bastante más arriba. El año pasado terminaron el año cuartos y visitando las semifinales de la Europa League mientras que esta temporada se encontraban con solo 15 puntos en Liga gracias a tres victorias, eliminados sin puntuar de la Champions League y también eliminados de la Copa a primeras de cambio. Para el joven técnico valenciano resultó complicado sacar adelante un proyecto que perdió en verano a su principal referente (Cazorla) y al que las bajas lastraron desde los primeros compases de la temporada. Buscó cambios en el estilo de juego del Submarino Amarillo que ni mejoraron los resultados ni conectaron con la grada del Madrigal.

Los otros dos casos dan para escribir varios libros. No por los casos en si, también por todo lo que rodea a ambos. Javier Aguirre salvó al Zaragoza de caer en el abismo el último año. Sustituyó a José Aurelio Gay en noviembre de 2010 y solo pudo aguantar en su puesto poco más de 365 días. El club maño lleva varias temporadas sumido en el caos deportivo, con constantes cambios de entrenador. Concretamente desde que Agapito Iglesias se hizo con el poder del club aragonés. Siete han sido los técnicos cesados por el dueño de un club que cuando se presentaba en sociedad anunciándose como nuevo ‘amo y señor’ de la institución afirmaba su querencia por los técnicos de larga duración al estilo británico. Ninguno le ha llegado a las dos temporadas.

+Fútbol, Agapito Iglesias, Atlético de Madrid, Enrique Cerezo, Fernando Roig, Gregorio Manzano, Javier Aguirre, Juan Carlos Garrido, Liga BBVA, Miguel Ángel Gil Marín, Villarreal, ZaragozaEl cese de Aguirre resultó casi esperpéntico, con el entrenador mexicano descansado en su país sin saber si debía volver al trabajo. Se le daba por cesado pero el club no anunciaba nada hasta que no encontrasen a su sustituto. Por tanto el ‘Vasco’ era durante unos días un hombre con cargo pero sin mando. No parecían las mejores maneras para despedir a una persona que había cumplido sus objetivos hasta el año pasado. Pero el cómo parece olvidado por los ‘nuevos’ mandamases del fútbol, más pendientes de sus negocios que del deporte. Y por lo que se rumorea en la capital aragonesa y en vista de los últimos movimientos de consejeros, por ahí parecen ir los tiros. La grada empieza a volcarse en contra del dueño de su club y cuando eso sucede suelen pagarlo los que pisan el verde. Los jugadores, por otro lado, no dan muestras reales de ser capaces de sacar adelante un objetivo que se antoja complicado.

El caos institucional del Real Zaragoza llega por tanto a la parcela deportiva. Una plantilla cogida con alfileres, donde la calidad brilla por su ausencia, es solo uno de los malos síntomas que presenta el club. Un dueño que parece querer ser el que más sabe contra viento y marea más allá de los sentimientos de una afición que ven poco a poco como el equipo de sus amores se consume dirigiéndose hacia una desaparición que parece cercana. La mezcla resulta explosiva y de ahí los tumbos que dan los maños dentro y fuera del campo.

El último caso que nos ocupa, el del Atlético de Madrid, se asemeja más al problema maño que a los del Villarreal de Fernando Roig. Hasta arriba de deudas, los problemas económicos no supusieron un problema para reforzarse en verano. Pero sí dieron buena cuenta de lo que es el club colchonero desde que los Gil se hicieron con sus riendas. Uno podía pensar en su momento que los vaivenes en la institución llegaban del carácter impetuoso de Jesús Gil y Gil pero tras su fallecimiento nada ha cambiado bajo el mandato de su hijo, Miguel Ángel Gil Marín, y del productor de cine Enrique Cerezo. Bien podía ser la de los rojiblancos una historia de terror o intriga producida por el presidente, y es que uno nunca sabe cuál será el siguiente paso que darán los madrileños.

+Fútbol, Agapito Iglesias, Atlético de Madrid, Enrique Cerezo, Fernando Roig, Gregorio Manzano, Javier Aguirre, Juan Carlos Garrido, Liga BBVA, Miguel Ángel Gil Marín, Villarreal, ZaragozaLa marcha de Quique Sánchez Flores unida a las de Agüero, Forlán, De Gea y compañía dejaba al Atlético de Madrid sin los referentes que habían aupado al equipo a conseguir la Europa League y la Supercopa europea. Ya el año pasado el conjunto madrileño sufrió para conseguir una plaza en Europa y los días de vino y rosas habían quedado muy lejanos en el tiempo. Gregorio Manzano fue el elegido para comandar una nave con cambios importantes en su confección. Llegaron Arda Turan, Diego, Falcao, Adrián... Pero nada. Se hablaba de un cambio de estilo, de una búsqueda por subirse al carro del fútbol combinativo. Algo se intuyó en los primeros compases de la temporada pero quedaron en agua de borrajas. Poco a poco la confianza inicial se convertía en tensa calma y la polémica volvía a los colchoneros. Como si nunca se hubiera ido.

Un técnico que desde el primer día no era querido por la grada, unos dirigentes con una cada vez más grande sombra sobre su cabeza por los tejemanejes que se van conociendo o suponiendo de sus operaciones deportivas, unos jugadores que no terminaban de arrancar... Reyes sería el siguiente en salir, diciendo así adiós al cuarteto de Hamburgo (Simao, Agüero, Forlán y el mismo Reyes). A principios de diciembre era sabido que Manzano no terminaría el año como entrenador rojiblanco. Solo faltaba la fecha de despido. Y ahí llegó un nuevo episodio turbulento en el Atlético. Se llegó al punto de saber por la prensa que Manzano sería fulminado de su puesto en el parón invernal cuando aún restaban tres o cuatro partidos por disputarse. Pasara lo que pasara. Trabajar sabiendo que estás fuera. Los jugadores haciendo caso (o no) a un entrenador que un mes después ya sabían que no estaría. De chiste.

Tres casos diferentes para tres despidos. Exactamente la misma historia para encontrar a sus sustitutos. El Villarreal siguió la estela comenzada con Garrido y encontró su recambio en el filial, dando a José Francisco Molina su primera oportunidad en Primera División. El Zaragoza tardó en encontrar técnico y surgió el clásico baile de nombres. Debe ser complicado para alguien embarcarse en un proyecto que se ve a la deriva. Manolo Jiménez fue el que se atrevió en una extraña operación. Al Atlético llega un Simeone que no era primera opción y encima lo hace como un escudo para los dirigentes. ¿Le saldrá bien al ‘Cholo’ caer en el Calderón ahora? Como un soldado paracaidista que cae en medio de una batalla a pesar de que su idea era terminar a 1 kilómetro de allí para conseguir entrar en la guerra en una posición más positiva para sus intereses.

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