Porque si algo queda claro al palpar el sentir de la calle y hablar con diferentes athleticzales es que el riojano debe salir en enero para que uno de los problemas que siguen rondando al plano deportivo se solucione cuanto antes. Y eso, como digo, se realiza preguntando a gente de la calle.
La afición empieza a estar harta de un culebrón que se ha alargado demasiado y que ha afectado demasiado al devenir del equipo y sus resultados. Y eso se traduce en un deseo de que el futbolista salga ya, en el próximo mercado de fichajes, para extirpar el problema.
Y aún así el presidente de una entidad que a todos gusta decir que es de los socios desoye esos anhelos de quien supuestamente manda en pos de un enrocamiento que no asegura ningún bien. Su objetivo de ejemplarizar y establecer un precedente sobre el que basar su gestión en el mercado de fichajes quedó lo suficientemente clara en el pasado verano. Nadie de los importantes saldrá por menos un euro menos de los que estipula su cláusula de rescisión.
Incluso cabía la esperanza en aquel momento de pensar que el riojano podía dar una vuelta de tuerca a sus pensamientos y decidir alargar su contrato con el Athletic. Pero eso no ocurrió e incluso el futbolista salió en una entrevista en televisión y una rueda de prensa en Lezama para confirmar que abandonará el club el próximo verano.
Como decía, el ejemplo ya ha quedado establecido. En su momento una gran parte de la masa social apoyó la decisión del presidente entendiendo que era un buen aviso para futuros navegantes. Pero la situación ha cambiado por completo y no hay quien sea capaz de aguantar un discurso similar en estos momentos, máxime al ver el rendimiento del futbolista sobre el césped y los problemas derivados del culebrón que nos ocupa.
Por eso es momento de dar el brazo a torcer y dejar salir al jugador en enero. Por el bien del futuro deportivo a corto plazo y, también, por la estabilidad social que tanto parecía buscar Urrutia en su llegada a Ibaigane. Algo a lo que él y su Junta Directiva están dando la espalda en estos momentos.
Y si a su mala política de comunicación, agravada con la niñería del martes en la rueda de prensa que un Presidente del Athletic nunca debe realizar, se le añade el olvidarse de la afición y enrocarse en un pensamiento que ya parece caduco, a apenas seis meses de su puesta en marcha, perderán muchos adeptos a su causa.
Si Urrutia y los suyos siguen sin escuchar los deseos de la afición y más en un caso delicado y a la par de tan sencilla solución como este, no nos queda otra que afirmar que viven en un mundo paralelo, en una especie de Arcadia donde todo es como su mente decide.
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