viernes, 21 de diciembre de 2012

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SIETE SIN PERDER

La Real Sociedad celebró las navidades por adelantado con una victoria ante el Sevilla (2-1) en Anoeta. Fue el mejor homenaje que le pudieron dar los txuri-urdin a sus aficionados, más allá del detalle de portar en cada camiseta el nombre de un socio realista. La velada tuvo intriga y terminó sonriendo a los intereses de un club txuri urdin que podría terminar el año en séptima posición, y en cualquier caso a tan sólo dos puntos de plazas europeas.

Los realistas suman así su séptima jornada sin conocer la derrota, y octavo partido (contando la vuelta de Copa ante el Córdoba) en el que los txuri urdin no caen. Cuatro victorias y tres empates es el balance que les ha hecho adelantar diez posiciones en la tabla y colocarse, tras 17 jornadas con los deberes muy hechos con vistas a la salvación, y con la sensación, por juego y plantilla de que este equipo puede pelear por algo más que salvar la categoría.

Ayer el héroe del encuentro, en cuanto a importancia, fue De La Bella. El mismo que marcó hace poco en Mestalla. Segundo gol en la temporada para el lateral. Y lo curioso del caso es como se dio la situación. Asistencia del lateral derecho y gol del lateral izquierdo. Pocos equipos pueden presumir de una jugada así. Muchos menos de que dos semanas antes fueran los mismos protagonistas quienes dieron un punto a la Real. Entonces De La Bella centró y Carlos Martínez remató. Esta vez, al revés.

La Real fue, a pesar de no cuajar un partidazo, superior al Sevilla (o al menos tuvo las ideas más claras) en la mayoría del encuentro. A pesar de eso no había ocasiones. De hecho lo más potable de la primera parte fue, únicamente, el gol de Vela, tras un jugadón realista, con un renacido (pero aun le falta camino) Griezmann elaborando la jugada en base a paredes. Balón a Vela, al que Botía habilitaba. Y gol.

Con 1-0 la Real dejó aun más claramente la posesión el Sevilla, y buscaba las contras. Si bien el conjunto hispalense apenas hacía cosquillas a pesar de acercarse a las inmediaciones. De todos modos, no dominaban Illarra y Pardo el centro del campo, pero defensivamente estaban cumpliendo holgadamente, y buscando dar salida al equipo a la mínima que fuera posible.

Llegó el descanso y la Real saltó al segundo tiempo dispuesta a finiquitar el partido. En cuatro minutos Ifrán dilapidó una ocasión entreteniéndose y Prieto fallaba con su pierna mala un gol cantado. A la siguiente jugada marcaba el Sevilla, con un error de Bravo por alto. Se torcía el partido y la Real, hasta entonces tranquila, y controlando el partido, perdió el dominio de la situación. Y el Sevilla tuvo sus mejores minutos.

Durante un cuarto de hora la Real fallaba en la salida del balón, teniendo que rifar muchas veces, y el equipo sevillano dominaba y campaba a sus anchas. Fue entonces cuando Montanier movió ficha. Y funcionó. Dio entrada a Zurutuza para contener las acometidas del rival y pausar el juego realista. El sustituido fue Pardo. Bronca de la afición a Montanier, que no entiende que no siempre salen bien las cosas, y no siempre tiene que jugar los mismos y los 90 minutos.

Dicho y hecho, la Real mejoró una barbaridad. Prieto, a quien muchos hubieran cambiado, cuajó sus mejores minutos del partido, y quizás fuera el mejor Prieto del año en Anoeta; y Zuru dio esa pausa y tranquilidad que hacía falta. Ayudó que al poco de hacerse el cambio  la Real anotara el gol, pero se hizo tras una jugada elaborada. Vela esperó a que Charly le doblara, y este, dentro del área la mandó al segundo palo donde estaba el pichichi inesperado del equipo en las últimas semanas: De La Bella.

El catalán dio así los tres puntos a la Real. La expulsión de Coke mejoró la situación para acomodo realista, pero estos no culminaban las contras y el Sevilla se lanzó a por todo. Estuvo a punto de marcar el conjunto entrenado por Michel en los minutos finales. Pero Bravo, resarciéndose del error anterior, hizo un paradón que salvó los muebles y dejó los puntos en Donosti. En los minutos finales entrarían Chory y Agirretxe. Y fue este último quien, a pesar de la victoria, encendió las alarmas.

A la Real le va de lujo, y sería innecesario gastar dinero en una situación así. Pero Ifrán no pasa de cumplidor sin gol y Agirretxe está convirtiendo en tres cuartas partes de lo mismo. La que falló en los minutos finales para sentenciar el encuentro es digna de verse. A tres metros del portero, un pase perfecto de Prieto, solo había que empujar, y le salió un tiro flojo y al muñeco. Increible error que por suerte, no pasó a mayores. Pero la Real necesita que al menos uno de sus 9 demuestre que puede aportar ofensivamente.

Concluyó con ese 2-1 el encuentro. Tres puntos para una Real que se afianza arriba y piensa en Europa. Es séptima, puesto que "quizás" de acceso a Europa a final de temporada, pero de momento no. A tan solo dos puntos de un Levante que perdió ayer, y de un Betis que juega hoy, y a tres de la champions (si bien el Málaga juega hoy también). Por detrás podría terminr el año noveno si el Valladolid gana al Barcelona y el Getafe al Valencia en Mestalla. Dos encuentros difíciles para ambos rivales por la séptima plaza.

El que queda con este resultado en la cuerda floja es Michel. Que podría en las próximas horas convertirse en el tercer entrenador destituido (tras Pochettino y Pellegrino) tras sumar tan solo un punto de los últimos, quince. Sería curioso que casi un año después de debutar en Anoeta, precisamente, fuera en ese estadio donde terminara su carrera como técnico del Sevilla. A veces ha sido injusto el fútbol con los méritos del conjunto del Nervión (no fue ayer así), pero al final todo suma, los resultados mandan, y el crédito se agota.

Respecto a la Real, casualidad o no, par de detalles hay que tener en cuenta de este equipo y de como comenzó su remontada clasificatoria que le ha llevado a sumar su mejor racha de resultados sin perder en Primera desde el año del subcampeonato (hace justo 10 años, por estas fechas, la Real llevaba 16 jornadas de la misma liga sin perder, y cuatro de la temporada anterior, en total 20). Dos nombres propios: Rubén Pardo y Diego Ifrán.

El primero, el desado de la afición desde que saliera su nombre en todos los medios. Sus datos, juegue mejor o peor, son demoledores. O al menos los del equipo con él en el campo. De seis partidos de titular (sólo, de 17 jornadas) cuatro victorias, un empate y una derrota. Cabe destacar que la derrota fue siendo el tercer centrocampista más adelantado. Los otros cinco partidos, jugados de los últimos siete, los ha jugado de pivote, acompañando al cuatro.

Un cuatro en el que se está asentando Illarramendi. El año pasado fue el mejor realista en el inicio liguero. Sin embargo la Real llegó a tocar fondo en la tabla. Claro, cuando el jugaba por delante estaba el vago de Mariga, y no Aranburu. Fue jugar el capitán (y Elustondo de 4, todo sea dicho) y la Rela mejoró. Este año, con Pardo de acompañante, los números son de tres victorias y un empate. Con Zuru, dos empates. En cualquier caso cero derrotas. Seis partidos ligueros actuando en esa posición y ninguna derrota. Algo parece funcionar.

El último detalle es el de Ifrán. No las enchufa, parece hasta lento en la definición. Pero precisamente lo que parecía tener era eso, gol. Y lo que no parecía tener, juego y sacrificio. Ahora tiene todo eso pero falta gol y olfato. El resultado es que un gol en siete partidos de inicio son cifras pobres, muy pobres. Pero la Real ha sumado 15 puntos de 21 con el de titular, por lo que eso también debiera contar a su favor. Y mientras su sustituto, Agirretxe, falle también goles cantados como el de ayer, el debate seguirá abierto. A día de hoy es el puesto menos claro de la Real. Puesto que ni uno ni otro tienen cifras goleadoras dignas para un equipo que puede aspirar a entrar en Europa.

Tendrán que ponerse las pilas. Si la Real consigue que no tengan que salvarle los puntos sus laterales y centrales (además de Vela), y empieza a depender, aunque sea un poco, de sus delanteros centro. Todo irá más rodado. Pero de momento se cierra el chiringuito estas navidades. Y a la vuelta, el Bernabeu. lugar donde lo normal sería hincar la rodilla y acabar con la buena racha. Pero ¿Y si no es así? Si no es así quizás no solo en Gipuzkoa se tomen en serio que la Real puede aspirar a mucho.


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