miércoles, 5 de diciembre de 2012

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MEDIAS VERDADES

No hay manera de que el Athletic hable de fútbol esta temporada. Una vez más Fernando Llorente es noticia. Esta vez sí salió a hablar ante los medios locales y por fin se decidió a dejar las cosas claras y aparcar las medias tintas por una vez. Ayer admitió en sala de prensa que el 30 de junio dejará de ser jugador rojiblanco y que, por tanto, su futuro está muy lejos de San Mamés.

Los argumentos que esgrimió para ello son muy discutibles. Como hiciera en su comparecencia televisiva unas semanas atrás volvió a situar a la prensa como principal motivo de que no haya renovado su contrato en Bilbao. Según el riojano han sido los medios de comunicación y sus periodistas quienes han situado a una parte de la afición en su contra y quienes no han ayudado a generar un clima agradable para que firmara una extensión en su acuerdo con el club.

Siempre ha sido un jugador necesitado de cariño, algo más que conocido por la afición zurigorri. Pero situar a los medios y a una parte de la afición como culpables de que no renueve es un insulto a estos. Porque si Llorente hubiera echado la vista atrás no tendría que ir demasiado lejos para encontrar una etapa en que las alabanzas a su figura y los deseos de que renovara eran unánimes. La temporada pasada.

Durante todo el curso 2011-2012 mareó a dirigentes, medios y aficionados con su "ahora sí, ahora no" en cuanto a sus negociaciones con el club por un nuevo contrato. A la par que su rendimiento creció, las exigencias también y en consonancia la Junta Directiva le presentó una oferta que el delantero calificó ayer como "irrechazable". Un concepto que con él no funciona (o del que desconoce su significado), ya que sí ha decidido rechazar el ofrecimiento del club. 

Las atenciones del club y de su entorno llevan dos años puestas en su negociación con el club. Incapaz de asumir su parte de culpa en el proceso así como que, posiblemente, sus intenciones de renovar fueran escasas desde el primer momento, la sensación que queda es que simplemente ha utilizado a la institución, mareándola de un lado a otro esperando a la finalización de su contrato para sacar una mayor tajada. 

Porque si la culpa es de prensa y aficionados, ¿por qué no renovar el año pasado cuando la opinión sobre su figura era unánime y las ovaciones y alabanzas el pan de cada día? Eso no lo cuenta Fernando Llorente. Como tampoco los desplantes continuos a esos medios de comunicación locales a los que culpa del resultado del proceso. Hay algo que no cuadra en el discurso del 'nueve', trufado de medias verdades.

Al menos tuvo a bien admitir que hay un interés personal en crecer deportivamente, algo que al parecer el Athletic no puede ofrecerle a pesar de la excelente temporada pasada. Llegados a este punto y recordando esas dos finales perdidas, donde por cierto Llorente fue criticado por desaparecer por completo siendo uno de los líderes del equipo, da la impresión de que el delantero no cree no solo en el proyecto deportivo del club si no que tampoco tiene demasiada fe en las posibilidades de sus compañeros para calmar esas ansias deportivas.

Un episodio más de un culebrón que seguirá dando titulares hasta el próximo 30 de junio. Llegado ese día Llorente será historia en el Athletic. Habrá que ver si con los últimos capítulos vividos quedará margen para que pueda volver como un señor, como hicieron otros anteriormente, o directamente quedará metido en una especie de lista negra de aquellos que, por decisión personal, no supieron salir bien del club.

Imagen: Deia

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