Será complicado volver a vivir momentos como los que regaló el equipo a sus seguidores de enero a abril. Se repetirán, seguro, pero quizá cueste más de lo que el año pasado parecía. Las increíbles noches de Europa League, el juego alegre y desenfadado de los pupilos de Marcelo Bielsa y el hambre atroz que el rosarino inculcó a sus jugadores fueron los motivos que hicieron creerse invencibles a una grada que más que nunca se sintió rey del mundo.
La noche de Old Trafford, la exigente remontada ante el Schalke, el sufrimiento de Lisboa y la clasificación en el último segundo para una final europea fueron momentos que quedarán grabados en la mente de todo aficionado zurigorri. Pero por desgracia aquello no se culminó y quedó en el recuerdo un sabor agridulce al perder de manera dura dos finales en una recta final de temporada nefasta.
Y ahí sigue el Athletic. A la deriva, sin rumbo fijo completamente desnortado. La polémica ha acompañado a la primera plantilla desde que arrancó la pretemporada con diferentes motivos. Las obras de Lezama, la no renovación de Llorente y los pitos que recibe o la marcha de Javi Martínez son los más destacados. Entre medias escuchamos las palabras de Bielsa a su plantilla tras perder las dos finales en una grabación que nunca debió salir a la luz por el bien de la tranquilidad de un vestuario.
Con todas esas cargas encima el rendimiento de los futbolistas está muy lejos del deseado. Incluso de lo mínimamente esperable al saber de lo que son capaces este grupo de jugadores. Eliminaciones a las primeras de cambio en Europa y Copa, perdidos en tierra de nadie en Liga y con una afición que no sabe si tiene que mirar hacia arriba e ilusionarse o hacia abajo y aterrorizarse.
La mejor noticia de la segunda parte del año es sin duda el retorno de Aritz Aduriz, quien nunca debió salir del club que tan dentro lleva. Su nivel está superando todas las expectativas, siendo quien con sus goles ayuda a que la temporada no alcance el esperpento. Además, como jugador veterano y de carácter es uno de los que está tirando del carro en estos momentos.
A destacar también el debut de Aymeric Laporte. Buen tono el que ha mostrado en sus primeros partidos como león de pleno derecho. Con él se espera que lleguen alguno de los cachorros que tan buen curso están realizando en el Grupo II de la Segunda División B, donde quien más y quien menos espera que, muchos años después, los pupilos de Ziganda se metan en el Playoff de ascenso a la Liga Adelante.
Para el 2013 queda el deseo, la esperanza y el propósito de dejar todas las polémicas atrás para volver a poder ser un equipo con todas las letras. Necesitarán los leones de Bielsa mucho trabajo psicológico. Creer que son más que capaces de ser quienes hace unos meses deleitaron a Europa y demostrar que no son un equipo muerto. Por supuesto no es una simple cuestión mental y ahí entra el rosarino. El ex seleccionador de Chile y Argentina no termina de dar con la tecla esta temporada y quizá debería retocar algunos conceptos de su ideario.
Pero sobretodo para 2013 lo que la afición desea es disfrutar de nuevo con su equipo y no sentir que no hay nada que hacer en el césped. Al vetusto San Mamés apenas le quedan unos meses de vida futbolística y sin duda merece una despedida digna de su historia. A su lado ya vemos como la futura casa de los leones va tomando forma a pasos agigantados, como hizo el curso pasado el juego del Athletic y como se ha deshecho esta temporada.
Imagen: La Información
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