Las alarmas se encienden a todo volumen en el Athletic. Esa es la
consecuencia de la derrota de ayer por 1-2 frente a un buen Getafe.
No hubo momento alguno en el cual los rojiblancos estuvieron cómodos
sobre el terreno de juego. Los madrileños, con un fútbol práctico
y de buena utilización de los recursos existentes, fueron muy
superiores a un tristísimo Athletic.
Ocho puntos en nueve jornadas no era el inicio soñado tras una
pasada campaña en la que se alcanzaron grandes cotas. Si a eso le
sumamos el descalabro europeo que se está produciendo tenemos un
comienzo realmente nefasto. No hay otro adjetivo que poner. El equipo
está en una situación muy comprometida a tenor de la falta de
confianza que hay.
No hace falta mucho por parte de los rivales para que el Athletic
empiece a hacer aguas por todas partes. La vuelta de Herrera ha
ayudado a mejorar las transiciones ofensivas y el manejo de pelota.
Sin embargo esto no ha acabado de traducirse en una mejora sustancial
del caudal rematador. La defensa sigue siendo una auténtica
calamidad. Infinita sensación de inseguridad corroborada por los
múltiples remates del rival.
Incluso en las jugadas de estrategia defensivas, hasta este año
más o menos bien solventadas gracias en parte a Llorente, no hay
contundencia alguna. Este tipo de jugadas fueron la base del buen
hacer getafense en la primera mitad. La precisión de los golpeos de
Pedro León hizo mucho daño a los leones. Un centro muy cerrado del
murciano fue desviado por un solitario Juan Rodríguez para poner el
0-1 en el marcador de San Mamés.
El Getafe pudo matar el partido en la recta final de la primera
parte. Susaeta sacó un balón que ya se colaba en la portería y
Gorka realizó dos maravillosas paradas para disgusto de Luis García.
El Athletic salió vivo milagrosamente de la primera parte.
La parroquia rojiblanca tenía la esperanza de que la segunda
parte fuese una película completamente diferente a la de la primera.
Pero para su desesperación el dominio del Getafe continuó siendo
una constante.
En el primer minuto de la reanudación una falta sacada por Pedro
León fue rematada por un omnipresente Rafa obligando de nuevo a
intervenir a un buen Iraizoz. Era difícil de comprender la falta de
respuesta de los hombres de un Marcelo Bielsa que no pudo cambiar en
absoluto la deriva negativa que el equipo estaba teniendo en la
segunda mitad.
Barrada, un auténtico incordio para la zaga rojiblanca, estuvo a
punto de poner el 0-2 en el luminoso pero su remate se fue lamiendo
el palo. Poco antes de cumplirse el primer cuarto de hora de este
segundo tiempo Álvaro Vázquez sepultó definitivamente al Athletic
con una magnífica chilena.
Hubo algún tímido intento de reacción pero se quedó en eso. Ni
la salida de Ismael López y Llorente hizo que los leones se
reactivasen. Esporádicas ocasiones más fruto de un lógico
repliegue del Getafe que de un buen juego ofensivo de los de Bielsa.
Sólo en el minuto 94 fueron capaces de perforar la meta defendida
por Moyá. Lo hizo San José, el improvisado goleador del Athletic.
Nuevo varapalo rojiblanco. Además esta vez en San Mamés y dando
una pobrísima imagen. Es muy preocupante que a estas alturas no se
haya dado por lo menos un giro drástico al tema defensivo. Desde el
principio de temporada hay múltiples errores en la retaguardia. Si
eso no se arregla se sufrirá horrores. En el ataque más o menos se
va sacando algo, menos de lo esperado pero por lo menos se produce.
La película de terror empieza a tener una duración demasiado larga
en el botxo.
Imagen: AS
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