jueves, 11 de octubre de 2012

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DR. JECKYLL Y MR HYDE

Una jornada más la ilusión de los aficionados realistas quedó tirada por la borda. No es de extrañar, ni pilla por sorpresa. El pesimismo cada vez que la Real sale de su feudo es cada vez mayor. Hasta el punto de pensar que los aprtidos están tirados a la basura antes de comenzarlos. No es de extrañar, la imagen del equipo (si bien a ratos mejoró) volvió a dejar patente que este equipo cambia muchísimo de jugar en casa a hacerlo fuera.

Algunos pensarán que es lógico, en casa se suma un equipo 2/3 partes de los puntos que cosecha. En el caso de la Real en los dos últimos años rondan las 3/4 partes. Lejos de Anoeta apenas se cosechan unos puntos para lograr la permanencia, cuando con un poquito más, una mejor imagen, hablaríamos de pelear por cotas más altas. Lo que ha privado estas últimas temporadas a la Real de mirar un poco más allá en el horizonte son esos puntos lejos de su estadio. Y no estoy pidiendo que sumen siempre que salgan, si no que muestren actitud y con ello se darán los puntos. De momento la Real parece bajar los brazos o salir adormecida al campo. Y cuando no lo hace (como en Levante), se duerme en la segunda mitad tirando por la borda un partido encarrilado.

Y así se pasa la vida entera, víctimas de un mal endémico que acompaña a los Txuri-urdin al menos desde que Lasarte se sentó en el banquillo. La maldición de las segundas vueltas se podría decir (si bien ahora estamos en la primera vuelta) comenzó en Segunda. Entonces la Real del ascenso sí cosechó puntos, pero muchísimos menos que en una sensacional primera vuelta, y logró el ascenso a fin de cuentas porque en casa se mostró infalible, fuera no se avanzaba.

Una vez en Primera la Real llegó a estar peleando por puestos europeos hasta la jornada 25. Momento en el cual cosechó tres partidos en casa sin ganar y fue condenada a la zona baja. ¿Motivo? Mientras en casa dejó de funcionar, obviamente fuera no cosechó ni un solo punto. De nueve partidos en esa segunda vuelta lejos de Anoeta, perdió los nueve. Las culpas de muchos iban hacia Lasarte, el equipo fuera de casa baja mucho, no sabe motivarles.

Llegó Montanier, distinto entrenador, y la Real fuera de casa hizo una primera vuelta parecida en puntos a la de Lasarte (11, por 10 que cosechó el uruguayo). En la segunda vuelta esos números que no eran nada malos (terminar con 20 ptos lejos de casa son muy buenas cifras para la mayoría de equipos) se fueron al traste. La Real logró su permanencia por la mejoría en casa, pero lejos de Donosti no había nada que hacer. Tres puntos de tres empates. Ese fue el botín.

Cabe destacar que con Montanier el equipo dio otra cara fuera de casa, y mereció mejor suerte. Ahí está el derby perdido tras el gol de Vela que no subió al marcador, el hecho de ser superiores en Santander y quedarse con 10, al igual que en Villarreal (en ambas salidas un empate), el gol tonto del Getafe a última hora en un partido abierto que pudo ganar cualquiera, o el empate del Espanyol tras ir ganando 0-2 al borde del descanso. Son muestras de que el equipo daba buena imagen a ráfagas pero por unos u otros motivos no sumaba lo suficiente fuera de casa.

La Real en toda su historia tan solo había estado siete temporadas sin conocer lo que era puntuar lejos de Anoeta en las cuatro primeras jornadas. Incluso el año del último descenso la Real había cosechado dos puntos en sus primeras cuatro salidas, y el año de Lasarte uno. El año pasado Montanier estrenó el casillero en la primera jornada, al ganar en el Molinón. Si bien no volvería a puntuar lejos de su feudo hasta Sevilla, donde derrotó 2-3 al Betis con un golazo desde su campo de Iñigo Martínez en el descuendo, que salvó el pellejo del míster francés.

Las cifras son claras, y las maquilla el hecho de que en enero, en la última jornada de la primera vuelta, la Real ganó 0-1 al Valencia en su campo con gol de Antoine Griezmann. Era la tercera y última victoria de la Real lejos de casa, prometedor triunfo, como un año antes había hecho Lasarte al ganar 0-4 en Getafe. Demasiado prometedoras ambas victorias para la imagen que dio el equipo en ambas segundas vueltas. De 19 partidos, tres empates, dieciséis derrotas. Casi nada.

Decía que las cifras eran claras, este año (2012) la Real ha sumado 6 ptos lejos de Anoeta. Y gracias a que ganó en Mestalla en la primera jornada fuera de Anoeta de este año. Desde entonces tres empates en las últimas 12 visitas. Pobre bagaje para un equipo que pretende mirar más arriba (al menos su afición) si bien año tras año el discurso es el mismo. Nadie habla de cotas excesivamente (ni mínimamente) altas, pero la ilusión de la afición la borran los jugadores firmando ahora mismo una (por ejemplo) 14ª plaza en liga.

Y eso con el poderío ofensivo que hay arriba, con mucha metralla y buenos jugadores, y con una plantilla joven, canterana y bautizada como la más ilusionante desde los 80. Sin embargo siguen pecando de blandos, más allá de Anoeta. Apenas unas semana después del Derby ante el Athletic que tan buena imagen causó, la Real ha hecho aguas en Sevilla ante el Betis en un partido que se fue en dos jugadas a balón parado pero en el que la Real ni apareció hasta casi el final de la primera mitad. Mucho regalo.

Lejos de Anoeta la Real es oficialmente el peor equipo de 2012, empatado a puntos con el Espanyol. Mientras que en Anoeta tan solo lso cocos de la Liga suman más puntos que los Txuri-Urdin, en lo que llevamos de año. Cifras de Champions en casa, cifras de descenso fuera. Una dinámica difícil de comprender, como bastante peligrosa. Porque en casa no se puntuará eternamente, por lo que lejos de Anoeta tocará ponerse el mono de trabajo y cosechar los puntos necesarios para al menos no pasar apuros.

En cuanto a los balances de toda una temporada. La Real de Lasarte y Montanier fue el 8º mejor equipo en Casa estas dos últimas temporadas, mientras que lejos de su campo el uruguayo dejó a la Real penúltima (10 ptos por 9 del Hércules) y con Montanier fueron 16º con tan sólo un punto m´sa que el tercer peor equipo de la liga en ese apartado, el Villarreal. con Lasarte fueron concretamente 35 ptos en casa, 10 fuera; con Montanier 33 en casa y 14 fuera.

A día de hoy la Real es junto al Atlético de Madrid el único  equipo que cuenta todos sus partidos de local por victorias (si bien ha jugado un partido menos que Barcelona o Mallorca que hasta este fin de semana iban tres de tres, como la Real en Anoeta), mientras que lejos de Anoeta es uno de los cuatro que aun no sabe lo que es puntuar.

Montanier y los suyos tendrán que seguir trabajando para mejorar estas cifras y colocar en mejor situación a la Real Sociedad. De momento la próxima visita de MrHyde tocará el 28 de este mes en Valladolid, de no puntuar obtendría su peor arranque liguero lejos de Donosti desde la temporada 41-42 (donde no cosecharon en toda la temporada ni un solo punto lejos de Atotxa en las 13 jornadas que se disputaban). Antes tocará recibir al colíder de la liga, el Atlético de Madrid en Anoeta. Es el turno del Dr Jeckyll, aunque la visita es de las complicadas y una derrota obligaría al equipo a rascar algo en Valladolid si no quieren encender las alarmas.

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