Una remontada incompleta ha dejado al Lagun Aro todavía con su casillero de victorias en cero al término de la quinta jornada de la Liga Endesa. Llegaba el Mad-Croc Fuenlabrada de un viejo conocido, Porfi Fisac, el entrenador que estrenó al equipo donostiarra en la Liga ACB cuando el proyecto del club gipuzkoano iba gestándose. Han pasado años, pero el club está posiblemente ante su año más difícil, la crisis ha afectado seriamente, tener que reinventar el mejor equipo de la historia del club, renunciar a Europa, tirar hacia adelante, como se pueda.
No queda otra, arremangarse y, cuanto menos, buscar dos equipos peores, de momento está difícil. Se ha empezado el año con muchas dudas, con un equipo hecho con lo posible, y si bien tiene jugadores de calidad, no están demostrándolo en la cancha. Tras un esperanzador año, se las prometían felices, jugando Europa y todo. El mazazo de no recibir dinero de la Diputación ha dejado al club huérfano, y ante un año donde la supervivencia es el principal objetivo.
El partido de este domingo era una prueba de fuego, ante su afición, ante el colista, un equipo que no juega mal, pero al que no le habían ido bien las cosas estas primeras jornadas (si bien ante rivales de mucha entidad). Ambos equipos venían con urgencias, ante un partido clave. El Lagun Aro parecía haber progresado, su derrota in estremis en Murcia así lo estipulaba en un partido que tuvo, pero que se le llegó a escapar, y donde al final, aun reenganchándose no consiguió provocar la prórroga en la última jugada del partido.
Ante el Fuenla, los de Sito Alonso salieron dormidos, maniatados por un rival superior en la cancha. Solo así se explica el 9-22 que campeaba en el marcador a favor de los de Porfi Fisac. Los donostiarras habían puesto la alfombra, y los madrileños aguantaron durante casi todo el partido una renta que siempre fue de unos 20 puntos. Una losa muy difícil de superar, y más cuando ves pasar los minutos y en la pista nadie parece tener ideas de mejorar la cosa.
Al final, se apeló a la heroica, y estuvo cerca. Comenzando a 20 puntos el último cuarto (no fue la mayor renta del partido), el Lagun Aro espabiló, intentó remontar, sobretodo en los últimos 5 minutos. Y lo que pasa cuando los deberes se dejan para el final, sin tiempo, sin margen, es que el cate está al caer. Así sucedió. A pesar de hacer algo tan difícil como llegar a recortar hasta los 4 puntos, con minuto y medio por delante. "Sí se puede" coreaba la afición. Falso, no se pudo.
No se pudo, y el equipo terminaría hundido, primero porque no llegaron a tener la posesión con cuatro abajo (el Fuenla se quitó la caraja y enchufó por fin un tiro tras cuatro minutos de verlas venir). Tras ello, llegaron las precipitaciones, y el que dejó de anotar fue el conjunto local. Al final el resultado volvió a ser abultado, y merecido tras lo visto en la cancha, donde un inoperante y sin ideas Lagun Aro quiso maquillar en un cuarto el desaguisado creado en los tres primeros.
Toca levantarse, espabilar, despertar, y arrancar. La semana que viene toca otra prueba de fuego, en la visita a Manresa, penúltimo en la tabla, y que junto a Lagun Aro y el colista Canarias, son los equipos que aun no conocen la victoria tras las cinco primeras jornadas. Toca ir sumando para no llegar a descolgarse en exceso de la liga. Los jugadores tienen la llave, nivel para mejorar lo visto hasta ahora tienen.
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