Cuando el nueve de los bilbaínos comenzó a entrar en la dinámica del equipo todo lo sucedido en verano parecía haber quedado en un segundo plano, centrándose la plantilla y el entorno única y exclusivamente en el fútbol. Apenas un mes ha durado ese amago de paz social que necesita el club y que tanto anhelan los jugadores.
Sin saber a ciencia cierta qué es lo que ocurrió en las instalaciones de Lezama, más allá de lo contado por medios de comunicación y algunos aficionados allí presentes, cuesta saber exactamente el porqué de lo pasado. La aparente dejadez del de Rincón de Soto fue uno de los detonantes del cabreo de Marcelo Bielsa, y a partir de ahí entramos en una autopista de rumores que no favorecen en nada a ninguna de las partes. Menos aún a la entidad.
En función de si los medios de comunicación son más o menos cercanos a Bilbao las versiones cambian clamorosamente. Cabe resaltar la campaña de desprestigio que está sufriendo el Athletic desde algunos medios estatales. A destacar cierto periodista que en su momento dedicó mucho tiempo a echar pestes sobre Carlos Gurpegui y el club y que ahora parece aliarse con cierta parte del entorno de Llorente para mostrar una buena imagen del antiguo 'Rey León'. Por el interés te quiero Andrés.
De mientras, la primera plantilla del Athletic sigue poniéndose piedras en el camino en su objetivo de recobrar las sensaciones del año pasado y volver a ser ese equipo que enamoró a una afición. En el caso de Llorente no es la primera y parece que no será la última. Bielsa ha seguido confiando en él dándole minutos en los diferentes encuentros disputados desde que debutara ante el Espanyol en Cornellá-El Prat, pero de momento no parece suficiente motivo para que Llorente se centre en el fútbol. Y esto es algo que ayudará a su futuro, dentro o fuera del club, y sobretodo a sus compañeros, a quienes tanto debe.
A pesar de que la afición se mostraba dispuesta a perdonar al nueve, habrá que ver cómo reacciona tras lo ocurrido esta semana. Y es que en poco tiempo se pasa de ver como posible una futura renovación del canterano, aún entendiéndose como muy complicada, a directamente creer que el jugador no está del todo metido en la dinámica del grupo.
Llorente parece empeñado en demostrar que no entiende como funciona el club en el que lleva desde los 11 años. Y no se da cuenta de que ahora mismo no se encuentra en una posición de fuerza para tener minutos. Si en años anteriores no tenía competencia en el puesto, a día de hoy Aritz Aduriz es indiscutible para técnico y afición. Mucho deberá trabajar para hacerse con un hueco en el once y, si sigue poniéndose obstáculos a si mismo, más difícil será para él. Y sin fútbol ganarse un contrato de 5 millones de euros es una quimera.
'Athleticleaks'
Y con Llorente estaba la actualidad rojiblanca hasta que ha aparecido una grabación en la que se escucha a Marcelo Bielsa hablar a sus jugadores tras la final de Madrid del pasado mayo. En ella, que podéis disfrutar gracias al buen trabajo de El Desmarque Bizkaia, el rosarino achaca a sus jugadores los mismos aspectos que la afición les echó en cara en aquellos momentos.
Las preguntas que tocan hacerse es quién y porqué graban este audio, violando una regla máxima del fútbol como es la privacidad de un vestuario, y quién y con qué motivos filtran esas palabras del argentino. Desde luego que en buen lugar no quedan los jugadores, así que si ha sido uno de ellos flaco favor se hacen a si mismos.
Sí parece que podemos ir contando las horas del ex seleccionador de Chile y Argentina como técnico de los bilbaínos. Porque si ya había aspectos que generaban dudas en su continuidad tras el final de la presente campaña, el hecho de que hayan vulnerado de esta manera su trabajo e intimidad con sus jugadores es un ataque de primera mano contra su persona. Y será difícil que el rosarino acepte continuar con esas condiciones.
Y a todo esto hoy juegan los leones en Praga el segundo partido europeo con la obligación de ganar. No es sin duda el mejor momento deportivo y visto está que tampoco en lo extradeportivo. Pero este Athletic se acerca más a un rancio programa televisivo como Sálvame que a lo que un club de fútbol debería ser. La tranquilidad y paz social es algo que parece no disfrutaremos este año.
Por desgracia para el club, poco a poco está perdiendo algunas de sus señas de identidad. Lo de ser un equipo diferente parece ir quedando atrás en vista de como se van desarrollando los acontecimientos. No viene de ahora, ni siquiera de los últimos meses. Algunos de los males de la institución, que ya podemos empezar a calificar como endémicos, llevan presentes varios años. Y aquí no se libra nadie, ni club, ni jugadores, ni siquiera medios de comunicación (donde nos incluimos) y alguna de sus supuestas estrellas. Tampoco la afición.
Cada vez más sugestionables y volátiles, lo que ayer era blanco hoy es negro y viceversa. Eso no ayuda a llevar la tranquilidad a un club o a cualquier entidad. Pero no es un mal único en el Athletic, la sociedad en sí misma vive en esa dinámica. Y es que a la par que cambiaron los tiempos, cambió la sociedad, su manera de pensar e incluso de llegar a la información. Quizá por ello el Athletic y su entorno deba aprender a convivir en la convulsión.
Imágenes: Deia y Qué
Imágenes: Deia y Qué
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