viernes, 5 de octubre de 2012

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DESNORTADOS

El Athletic sigue en la oscuridad. Sin ver aún la luz al final del túnel, conociendo cuáles son los mandamientos que le sacarán del infierno en el que se encuentra pero sin sentirse capaz de ejecutarlos. Ayer otra derrota, esta vez ante los checos del Sparta de Praga, un conjunto a todas luces inferior a los rojiblancos como bien afirmaba en la rueda de prensa posterior al encuentro el técnico Marcelo Bielsa.

Con poco pero siendo superiores a los bilbaínos los locales pusieron rápidamente el 2-0 en el marcador. Iraizoz volvió a dar motivos a sus críticos con un disparo centrado que él mismo introdujo en la portería. Mala manera de arrancar. Pero ese no era el mayor problema de los leones. Una vez más romos en ataque y nefastos en defensa. Los problemas en esta última faceta parece que atenazan a unos futbolistas que por momentos se muestran temerosos en el terreno de juego, lejos de ser ese equipo valiente y atrevido de hace menos de un año.

Como si no se hubiera vuelto aún de Bucarest el Athletic no encuentra respuesta a sus dilemas mentales. Pero además ayer volvió a verse que este es un conjunto partido, en el que algunos jugadores, como Muniain, parecen por momentos querer hacer la guerra por su cuenta en vista del caos que les rodea. Una defensa desguarnecida, que no se siente protegida por sus compañeros y que vive con la única ayuda de un Iturraspe que está lejos de ser el del año pasado.

Los pases sencillos errados, la mala toma de decisiones, fueron de nuevo la seña de identidad de los once jugadores que presentó Bielsa sobre el campo. Miedo en un lado, fragilidad en otro. Equipo que al mirar la brújula no termina de encontrar el norte. Así será complicado volver a una época más feliz. Quizá la necesidad de un reseteo sea imperiosa, pero para desgracia de los bilbaínos la competición no da respiro. Solo el parón por los partidos de selecciones permitirá a los leones tomarse un respiro que debe servir, obligatoriamente, como recuperador de sensaciones.

Algo bueno puede sacarse de la tarde-noche de ayer. La vuelta de Ander Herrera. Con él la circulación de balón mejoró y el equipo dio algo de esperanza, poca, a sus aficionados. Esa es la mejor noticia que pueden tener ahora los bilbaínos, el regreso de un jugador que cuando está bien es tan o más clave que otros como Fernando Llorente. Más si cabe en un sistema de juego como el que plantea el rosarino. Veremos si el domingo ante Osasuna Bielsa se encuentra en la necesidad de meterle desde el inicio en vista de los problemas que asolan a su equipo.

Y hablando del rosarino. Algo debería cambiar. Morir con sus ideas está bien, pero la competición apenas acaba de arrancar y hay tiempo de mejora. Una vuelta desde el arranque de los partidos a la defensa de tres centrales, con De Marcos en el lateral zurdo ofreciendo un carril largo, puede ser una solución como ya fuera la temporada pasada. Otra, importante, es ajustar el sistema defensivo. El seguimiento individual de cada jugador esta temporada está lejos de funcionar. 

Bielsa y los jugadores, todos tienen trabajo por delante. El primer rival por delante es un Osasuna que no está en su mejor momento a pesar de la última victoria ante el Levante. Buen contrincante para conseguir una victoria balsámica que calme los ánimos ante los quince días sin fútbol. Pero ya sabemos que en esta temporada, con fútbol o no, el Athletic seguirá siendo noticia y no precisamente para bien.

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