¿Podría Bernie Ecclestone pensar un final de temporada como el
vivido ayer a la tarde en el circuito de Interlagos?. El guión
previo saltó por los aires gracias a la mezcla de la climatología,
equipos con ganas de terminar bien el año, y sobre todo por dos
pilotos que son dos super clases. Sebastian Vettel y Fernando Alonso
completaron una soberbia carrera.
Para desgracia del asturiano el de Red Bull supo finiquitar el
campeonato mostrando una calma y un saber hacer que pocas veces
habíamos visto. Probablemente sea algo injusto que Fernando Alonso
se vaya de este mundial como segundo en la general habiendo hecho de
largo su mejor temporada. Carrera tras carrera rindiendo a un nivel
superlativo.
Lo cierto es que ese gran nivel ha sido el elemento clave para la
fe que se ha tenido hasta el final en la escuderia italiana. Llegar
con un déficit de 13 puntos a Interlagos en condiciones normales era
casi un match ball insalvable, pero con Fernando al mando de las
operaciones todo era posible.
El viernes se confirmó este buen presagio. Los partes
meteorológicos hablaban de muchas probabilidades de lluvia para el
domingo, e incluso para el sábado. Sumada a esta necesaria variable
tuvimos un buen viernes en tiempos para Ferrari. Tanto Alonso como
Massa estaban en buena forma y los Red Bull no podían con los
McLaren. Había una inesperada igualdad.
Las espadas estaban en todo lo alto para la clasificación. Se
sabia que los McLaren estaban en una forma envidiable, claramente el
coche a batir. Por detrás los Red Bull y a priori no muy lejos los
Ferrari. Todo eso cumplió más o menos hasta que llegó un nuevo
descalabro de los coches de la escuderia italiana, y sobre todo
Fernando Alonso.
Partir séptimo (había clasificado octavo pero se vio beneficiado
por la sanción a Pastor Maldonado) era un obstáculo realmente
grande. Por suerte para Ferrari Vettel sólo pudo ser cuarto.
Hamilton consiguió una nueva pole position dejando el camino bien
allanado para despedirse a lo grande de McLaren.
Estaba claro que si Alonso tenía alguna opción para ganar el
título la lluvia tenía que llegar. En condiciones de seco no tenía
nada que hacer salvo que Vettel tuviese algún percance mecánico.
Por eso cuando el cielo se puso con ese color tan oscuro en Ferrari
supieron que iban a tener una clara oportunidad de voltear el
mundial.
Senna la lía
La salida fue realmente excitante. Fernando Alonso salió cómo
suele hacerlo, esto es bien y sobre todo con ese punto de decisión
que le hace ganar posiciones cuando a otros les entra el canguelo y
no se atreven a meter el coche en un espacio reducido. Vettel por su
parte perdió posiciones al salir en zona sucia y no querer
arriesgar. Una de las primeras premisas de la táctica 'ferrarista'
se había dado.
Lo que nadie esperaba es que en la curva cuatro el de Red Bull
trompease al ser golpeado por una maniobra demasiado optimista de
Bruno Senna. Milagrosamente el RB8 siguió de una pieza a pesar de
haber recibido dos golpes realmente duros. Vettel estaba último y
Fernando no tenía lejos el podio. Bernie estaba frotándose las
manos ante este panorama ya que podiamos estar ante un final de temporada que nadie hubiese pensado.
Poco a poco Sebastian pudo ir recuperando posiciones. Las
condiciones eran muy difíciles ya que no paraba de caer cuatro
gotas. En poco tiempo el de Heppenheim volvió a los puestos que
otorgaban puntos gracias una remontada de libro. Nueva muesca más en
su revolver para aquellas personas que todavía seguían con la
cantinela de que no sabía remontar.
Por delante los dos McLaren y Nico Hulkenberg se estaban marchando
con relativa facilidad. Hamilton y Button estuvieron durante unas
vueltas jugando con pasadas y repasadas. Los aficionados disfrutaban
pero las caras en el muro de boxes del equipo de Woking eran de
preocupación.
Llegó la lluvia en serio y con ella el caos, elemento deseado por
todos los 'alonsistas'. ¿Hay que poner neumáticos intermedios,
seguir con los lisos algo más, mandar a tu compañero con otros
neumáticos como conejillo de india? Interlagos lo tuvo todo. Tuvo
incluso la forma de ver lo que es hacer la labor de un verdadero
número dos: carrerón de un servicial pero a la vez magnífico
Massa, y la de un falso número dos que no juega en equipo: Webber
fue de todo menos un amigo de Vettel.
'Hulk' sancionado
Las vueltas iban pasando y el milagro cada vez era más difícil.
Sin embargo la llama volvió a encenderse cuando Hulkenberg y
Hamilton se chocaron. El inglés abandonó y al alemán
incomprensiblemente le metieron un drive through. Alonso pasaba de
ser cuarto a ser segundo. Vettel tenía bastante presión en ese
momento pero de nuevo volvió a sacar a relucir las manos tan
talentosas que tiene. No cometió ningún error y fue pasando a
pilotos hasta llegar al sexto puesto final que le dio el dio título.
Siempre se ha dicho que es mejor celebrar el título desde el
cajón del podio, pero eso a 'Seb' ayer le dio completamente igual.
Un campeonato se celebra igual de bien en el box que en el podio. Y
más si es un tricampeonato que ha pasado a la historia por ser el
piloto más joven en lograrlo.
En la otra cara de la moneda ha quedado Fernando Alonso. No ha
ganado un título que a mitad de año parecía tenerlo en el
bolsillo, pero se ha ganado el reconocimiento unánime de ser uno de
los más grandes. Ha luchado hasta el final, lo ha dado todo por
conseguir el objetivo de volver a ser campeón del mundo. Nadie le
puede reprochar nada ya que cuando lo das todo no estás obligado a
más.
El milagro estuvo cerca. Incluso llegó a ser en cuatro vueltas
campeón del mundo de 2012. Sin embargo Fernando Alonso no ha podido
serlo en la que ha sido sin duda su mejor temporada desde que en 2001
entró en el gran circo con un modesto Minardi. Vettel pasa a la
historia como tricampeón del mundo, pero este 2012 también pasará
a la historia por un nuevo duelo entre dos super clases. Gracias
Fernando, gracias Sebastian por este pedazo de mundial.
Imagen: NOTICIAALDIA, FORMULAF1, WSBTV
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