martes, 20 de noviembre de 2012

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DOS VICTORIAS CONSECUTIVAS

La Real de Montanier ya es novena en la tabla de clasificación. Y lo es a lo grande, tras derrotar 4-0 a un Rayo Vallecano que otro año más, no tuvo opciones (el año pasado el resultado fue el mismo). Montanier puso en el terreno de juego a los mismos diez jugadores de campo que hace una semana en Málaga, y el resultado volvió a salir redondo. El doble pivote Illarra-Pardo parece hacer funcionar al equipo de maravilla, dándole otro aire en ataque. El único cambio con respecto a Málaga fue la vuelta del guardameta Bravo, en detrimento de Eñaut Zubikarai.

La Real salió en busca de tres puntos que dieran tranquilidad, confianza, y lo más importante que por primera vez desde hace un año, supusieran dos victorias consecutivas. Hace un año lo lograron ante Betis y Málaga por 2-3 y 3-2, ambas victorias logradas en el descuento. Entonces se salvó el pellejo de Montanier. Y esta temporada hace una semana en Málaga se puede decir lo mismo. Ahora, con dos triunfos consecutivos, con la alegría de "parecer" haber dado con la tecla y con otro patido en casa, este viernes ante Osasuna, que en caso de victoria colocaría a la Real sexta en la tabla a falta del resto de partidos de la jornada. Un cambio de rumbo que no es casual, aunque Montanier parezca venderlo de esa forma.

Resulta que al término del encuentro el técnico francés comentó que ahora la Real tenía pegada y no fallaba ocasiones. Parece un análisis simplista de lo que pasa. Está claro que la Real ante el Espanyol falló bastante, o ante el Betis (si bien hizo una castaña de partido) en la media hora buena que tuvo, falló hasta cuatro ocasiones, dos de Vela clamorosas, como lo fue la fallada ante el Atlético de Madrid en la única ocasión clara realista. Son partidos donde la Real dispuso de tres o cuatro ocasiones, como en Málaga, donde la puntería no falló, pero no hace falta decir que la Real en la Rosaleda enchufó dos tantos desde el área pequeña, y llegando en una contra letal con dos efectivos o con cuatro en el gol de Prieto.

Para Montanier es pegada. Donde antes solo llegaba un individuo aislado al remate ahora llegan más. Es la casualidad de Montanier, no parece ser consecuencia del once y sistema de juego que pone. Curioso, acierta, de casualidad, y se niega a pensar que se haya descubierto América. Simplemente, donde se fallaba, ya no se falla. Error de pensamiento si de verdad lo cree el técnico francés. La Real ahora parece más temible en ataque porque detrás de un delantero con mucha movilidad (más que la de Imanol) como es Ifrán, pone a otros tres jugadores con mucha calidad, intercambiándose posiciones. Todo lo que pueda liar a la defensa, mejor para los intereses realistas.

Pero no termina en esos cuatro hombres de ataque, o mejor dicho no empieza en ellos, el peligro realista. Recuerdan a Lillo y aquella famosa frase de "¿Dime qué centrocampista tienes y te diré a qué juegas?". Pues esa es la gran diferencia con lo visto hasta ahora. En las primeras jornadas el puesto de 4, por delante de la defensa era para Markel. Un jugador voluntarioso, trabajador y que roba muchos balones, pero que a partir de ahí sus funciopnes se reducen a apoyar cuando sea necesario y no complicarse la vida. El simple hecho de tenerle de cuatro obligaba a tener dos centrocampistas más como eran Illarra-Zuru, dejando a Pardo en la banqueta.

Al final la Real defendía bastante bien, sobretodo en casa, pero a la hora de sacar la bola se convertía en bastante plana y previsible. Illarra no actuaba en la posición donde más cómodo parece estar o más saca su fútbol (algo que se vio el año pasado a principio de liga, antes de lesionarse estaba siendo el mejor realista; tras su retorno Montanier se olvidó de que ahí tenía un "4" internacional con la sub 21). Al final, como Illarra podía jugar en varios puestos le tocaba ser el sacrificado para mantener el equilibrio del equipo. No se le había ocurrido al técnico francés, por casualidad, probar a Pardo a su lado, bien con Zuru o bien con el trío ofensivo. O probar (aun está por ver si funcionaría) a Zuru en el pivote con Illarra. Podría funcionar.

El caso es que Pardo ha demostrado que sabe sacrificarse en defensa (Y Chory, y Prieto). Y lo más importante, que con Illarra-Pardo en el doble pivote la Real tiene más bola, o al menos con más sentido. Son dos jugadores a los que no le quema la responsabilidad, capaz de en par de movimientos sacar la bola, y con Chory o Vela por delante e Ifrán en punta se aprovecha a las mil maravillas los balones en largo que puedan ofrecer (sobretodo el riojano).

Debe ser casualidad, para Montanier, el invento. Tanta casualidad que querer vender que es lo mismo enchufar cuatro tantos de numerosas ocasiones es tener pegada, y fallar las dos o tres que tienes habitualmente por partido, es tener mala suerte. Lectura en parte acertada, pero que deja de lado el con cuantos has llegado a la zona peligrosa. La Real de estos dos últimos encuentros puede preparar contras mortales. Aun está por ver ante equipos que se encierren. Pero ante esos equipos debiera valer la labor defensiva como estos días para defender, y ofensivamente la movilidad de sus cuatro hombres de ataque puede volver loca a cualquier defensa.

Está por ver, y una oportunidad podría ser ante Osasuna, un equipo que ofensivamente no parece ofrecer mucho, pero defensivamente es un equipo bien trabajado. El año pasado ante los de Mendilibar la Real empató a 0 en Anoeta a pesar de merecer mucha mejor suerte. Esta semana veremos qué sucede. De momento la ilusión a vuelto a la afición, y a Montanier le llega el aire, si bien no se debe descuidar, ya que gran parte de la grada silbó su primer cambio, quitando con 3-0 a Ifrán  (necesitado de gol, si bien anotó uno legal en el minuto uno, que le fue anulado) para meter a Markel.

A esos silbidos siguió un pequeño sector de la grada con el cántico de "Montanier, Dimisión". Como si olvidara la afición de donde se viene, que hace apenas dos años y medio estaban en Segunda, y que ahora, yendo 9º, ganando 3-0, con el doble pivote deseado por muchos, y metiendo a canteranos al campo (como es el caso de Markel) la gente puede llegar a estar disconforme y pedir más. Ahora a Montanier le viene lo más fácil, que es dar más minutos y confianza a esa pareja de pivotes, y decida o no repescar a Imanol ante Osasuna, que Ifrán empiece a contar, cosa que hasta hace 10 días no era así.

El año pasado el uruguayo saltó al cesped de titular en apenas cuatro partidos de Liga, casi todos por obligación de lesiones. Y nunca salió de 9 en Anoeta (un partido de titular tan sólo, y fue por detrás del 9). Ahora lleva dos partidos seguidos de titular, algo que desde que llegó Montanier no se había dado ni imaginado nadie. Lo puso, "de casualidad" en el ataque realista, y la Real ahora parece tener pegada. Como el doble pivote, que parece ser que poco tiene que ver para el técnico galo en la consecución del fútbol del equipo. Ahora se llega más a puerta o con mayor peligro... será casualidad.

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