Los organizadores del gran premio que se disputa la semana que
viene en Cheste tenían la esperanza de que en su prueba se
proclamase campeón alguno de los candidatos al título de MotoGP y
Moto2. Desgraciadamente para ellos eso no va a suceder ya que el
pasado fin de semana Phillip Island fue el escenario en el que Jorge
Lorenzo y Marc Márquez sellaron sus títulos.
MotoGP estaba bastante decidido salvo que la mala suerte llamase a
la puerta del piloto de Yamaha. Los 23 puntos que tenía sobre
Pedrosa eran un colchón más que suficiente para plantearse una
carrera a la defensiva. A Jorge le valían las plazas de podio por lo
que la presión no era muy grande visto que salvo Pedrosa y Stoner
nadie podía tosérle.
El circuito australiano siempre había sido zona Stoner. Este
año había alguna duda al respecto ya que el aussie llegaba todavía
un poco renqueante de su lesión de tobillo. Sin embargo desde que se
puso el semáforo en verde en el primer entrenamiento libre se
despejaron todas las dudas. Como si el problema en su pie no fuese
más que un ligero picor Casey puso el listón demasiado alto para la
competencia.
Al igual que lo hizo con Ducati, o el año pasado con la Honda,
empezó sacando distancias siderales sobre Lorenzo y Pedrosa. Y
además no era sólo una vuelta. Eran giros a los que los registros
de los españoles ni se acercaban. Teniendo en cuenta esto Dani sabía
que era casi misión imposible conseguir una nueva victoria.
La clasificación fue por los mismos derroteros que los
entrenamientos libres. Stoner muy por delante de Lorenzo y Pedrosa.
El resto peleándose, e incluso con la CRT de Randy de Puniet dando
la vara a las Ducati. Olía a carrera fácil para el canguro.
Para deleite de los aficionados congregados en el maravilloso
circuito de Phillip Island Stoner se llevó su último gran premio
disputado en su país. Fácil, sencillo y disfrutando en todo momento
de sus últimas vueltas sobre la Honda.
A pesar de la superioridad que tenía Casey Pedrosa no se arrugó.
Salió a ganar y desgraciadamente para él se fue al suelo en la
segunda vuelta. Para Dani esta era una carrera de todo o nada. Sabía
que había que arriesgar para poder recortar nueve puntos a Lorenzo.
El catalán besó el suelo australiano cuando estaba en la primera
posición tratando de poner pies en polvorosa.
Cuando Jorge vio a su rival caído puso en su cabeza el chip
segurola para agarrar los puntos necesarios. Stoner se enfundó el
mono de trabajo y poco a poco fue aumentando la renta sobre el
mallorquín. No hubo pelea porque no se necesitaba. Uno quería ganar
la carrera, el otro el título. El armisticio estaba hecho antes
incluso de mirarse.
Por segunda vez en su carrera Lorenzo se proclama como campeón
del mundo de MotoGP. Su temporada ha sido inmejorable. Salvo el
pinball de Bautista en Assen no se ha bajado del cajón. Y claro
cuando haces seis primeros y diez segundos el título es coser y
cantar. Hemos podido ver al Lorenzo más calculador de su carrera.
Ambicioso cuando tocaba y conservador cuando las Honda eran
manifiestamente superiores. El binomio Lorenzo-Yamaha es una relación
casi perfecta que amenaza con tiranizar los próximos mundiales.
Márquez bicampeón
No sólo Jorge Lorenzo celebró el título en las Antípodas. Marc
Márquez también lo hizo al terminar en tercera posición en la
carrera de Moto2. Al de Cervera le valía con coger dos puntos pero
para llegar a esos extremos tenía que haber ido parado, cosa que
nunca hace. Sin embargo en esta cita si que corrió de manera mucho
más conservadora.
En la gran mayoría de las vueltas fue acompañado de Redding, probablemente uno de los tres pilotos con los que no se
quiere ir cuando te estás jugando un título. El inglés es bueno
pero tiene tendencia a pilotar de forma muy salvaje. Sus trazadas son espectaculares para el espectador pero peliagudas para los rivales. Era evidente que
Marc podía pasárle pero nunca lo intentó. Los golpes y las caídas
de la pasada temporada han sido un duro peaje que le ha proporcionado
una gran madurez.
El interés de la carrera estuvo ahí centrado. Anthony West llegó
al binomio para completar una tripleta de virtuosos con las Moto2.
Por delante un Pol Espargaró que estuvo en otro mundo. Al más puro
estilo Stoner. Ganó por más de 16 segundos, un auténtico churro.
Por detrás hubo pelea entre West y Redding. Marc nunca entró al
trapo pero como es más listo que el hambre supo adelantar al inglés
en la última curva para celebrar el título desde el podio. Ha sido
el mejor de la categoría. Lo de este chico es insultante. Calidad a
raudales y capacidad de aprendizaje fuera de lo común. Veremos que
tal lo hace en su debut en MotoGP el año que viene pero seguro que
en Qatar ya estará dando la tabarra a los Lorenzo, Pedrosa, Rossi y
compañía.
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