sábado, 24 de noviembre de 2012

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EMPATE SIN GOLES

Justo reparto de puntos el que hubo anoche en Anoeta entre una gris Real y un eficaz Osasuna. Los de Montanier no supieron tener la bola y se limitaron a una suerte de contras que no encontró eficacia en punta, excepto en par de acciones que obligaron a Andrés Fernández a erigirse como uno de los mejores osasunistas. Por su parte, los de Mendilibar partieron de una base sólida en defensa, poniendo a Oier y a Loe de pareja de pivotes la creación se convirtió en lo menos importante. Frenar al rival, lo útil.

Lo lograron. Osasuna secó un centro del campo realista ya de por sí ineficaz. Y es que Montanier tocó la tecla, como es costumbre suya, aunque desde fuera nadie quisiera tocar nada. Es cierto que Griezmann y Zurutuza son dos jugadores importantes para el equipo. Pero ambos venían de lesión, uno con 15 minutos jugados el lunes (tras más de dos meses lesionado) y el otro que no llegó a pisar el cesped. El técnico francés, como destacó en la rueda de prensa, quiso frescura. Justamente lo que Zurutuza no aportó en ningún momento de la noche y lo que Griezmann echó en falta en el tramo final.

Un despropósito. No lo era probar a Zuru de pivote, algo que era necesario tarde o temprano para ver si la pareja Illarra- Zuru pudiera funcionar. El despropósito fue hacerlo como se hizo. El de Rochefort no se colocó en la primera mitad a la par de Illarra, por lo que lógicamente no actuó de pivote. La Real salió, entonces con cuatro defensas, un pivote, un centrocampista y cuatro tíos pensando en ataque. Faltaba la unión clara entre centro del campo y ataque. Esa unión que Pardo junto a Illarra formaban. El entrenador quitó al jugador ovacionado el pasado lunes, al que todos los realistas llevan un año queriendo ver, al que en dos partidos consecutivos movió la bola con rapidez. Y en su lugar no colocó a nadie, dejó a Illarra solo y a Zuru más adelantado.

El despropósito empezó ahí, con un mediocampo partido, en el que Illarra no daba abasto, y que cada vez que Zuru retenía eternamente la bola o algún extremo la perdía, las contras de Osasuna (tampoco vamos a decir que letales) campaban a sus anchas hasta cerca del área realista. Ahí ya venían los problemas para los de Mendilibar, quizás con algo más de pólvora arriba (y no hablo solo de Kike Sola) podrían haber hecho mucho daño. Osasuna atacaba con su línea de tres y su delantero contra cinco defensas realistas, de ahí al resto del campo, un mundo, porque ni Loe ni Oier subían arriba, ni tampoco Zuru llegaba a tiempo a colaborar. Un partido de correcalles que beneficiaba más a los visitantes que al conjunto local.

Pero ese es otro de los problemas a los que Montanier entró como un Miura. Lo dijo en rueda de prensa, esperaba un partido "De duelos" y por ello colocó a Zurutuza. Es decir, Montanier no quiso, con sus armas, derrotar a Osasuna, si no que se limitó a plantar un equipo que contrarrestara las armas rivales. Y para ello, sin estar Markel, la Real se pegó un tiro en el pie, jugando con dos jugadores faltos de ritmo, dejando a Illarra solo contra el mundo. La única salida de la Real fueron las bandas, con dos laterales que sí cumplieron ofensivamente (no tanto defensivamente en el caso de Carlos Martínez). La Real creó peligro cuando sus laterales acompañaban las jugadas y se llegaba en superioridad cerca de línea de fondo. Eso, y cuando Ifrán lograba recuperar algún balón enviado a que hiciera la guerra por su cuenta. El uruguayo fue el más destacado de los realistas durante el encuentro.

La primera mitad se resume en cuatro minutos de Osasuna donde tuvieron hasta tres tiros (en el segundo 12 ya habían tirado a portería), y 15 minutos siguientes donde la Real achuchó y tuvo la mejor ocasión del encuentro con un gran centro de Charly que remató Vela y Andrés hizo el paradón del partido. Fuera de eso, y de un par de remates (y un balón que Antoine le quitó de la cabeza a Ifrán) se terminó la primrea mitad. Desde el minuto 20 en adelante se acabó la Real de esos 15 minutos, y Osasuna controló bastante bien la situación, llegando a intimidad con contras que morían al borde del área, a una Real rota, descosida.

La Real estuvo descosida quizás por mil motivos, puede servir de escusa jugar el lunes y ahora en viernes. Pero por Anoeta solo había un murmullo claro, ¿Qué hacía Pardo en el banquillo?, la Real que tan bien había jugado estaba rota, y precisamente el jugador que parecía unirla perfectamente para que funcionara el engranaje, estaba sentado, ni siquiera calentando. Un despropósito, como lo es que cada jornada Prieto esté actuando más por el medio. Ante el Málaga lo hizo a ratos, ante el Rayo en toda la primera mitad. Ayer el mister optó por dejarlo en el medio, con Antoine (que este año actuaba más por el medio) en la izquierda y Vela por la derecha; en la segunda mitad cambió a los dos de banda, pero dejó al capitán en el medio. Otra para sumar a la lista.

Pero el mayor de los errores de Montanier estaba por ocurrir. Vale que no es lo normal excepto en Bielsa y pocos más tocar en el minuto 45 a alguien si no es por lesión. Pero tampoco es normal que viendo claramente (si es que Montanier lo llegó a ver) que el equipo estaba roto en el centro del campo (curioso cuadno el lunes sí se dio cuenta con 3-0 de que le comían terreno y metió a Markel) no cambiara las cosas poco después.

La Real salió rota no, lo siguiente, en una segunda mitad que fue lamentable se mire por donde se mire. Apenas inquietaron en un buen rato la meta rival y en los primeros minutos el que achuchaba era Osasuna. Ya para entonces Zuru empezó a actuar algo más atrasado, por fin de pivote. Pero ni Zuru es pivote, ni Zuru estaba ayer para muchos trotes... además de que la salida de balón que ofrecía era lenta y perdió numerosos balones en el centro del campo que provocaron contras. Hasta un ciego en Anoeta veía que Zuru físicamente estaba llegando al tope y que tampoco estaba para más. Era el minuto 50.

Pues bien, hasta el minuto 75 Zuru deambuló en el campo sin que el míster ofreciera el cambio. Los últimos 20 minutos del jugador fueron horribles, sin dar pases a derechas y perdiendo cada vez más balones. Es un jugador importante, y en la mediapunta o como volante hace jugar muchísimo al equipo. Pero ayer, entre él e Illarra, se echó en falta a un jugador. Así que viniendo de lesión, Montanier puso una patata muy caliente en su tejado. Zuru no daba para más y sin embargo el míster no era capaz de tocar nada.

La Real dio pena en unos primeros 25 minutos de la segunda mitad donde el único fútbol que generaban era con balones desde el área propia a Ifrán que los bajaba a recibir en el mediocampo. El uruguayo es un delantero con muy buenos movimientos, bajó balones, se peleó con todo el mundo, retuvo la bola cuando hacía falta y pasaba al primer toque cuando tocaba generar contras (como una que dejó fenomenalmente a Griezmann). Está entonado el 21 realista, pero ayer faltó colaboración para hacer más.

Fuera de eso, no existió más la Real que con una defensa que bastante hizo con no descomponerse y un Illarra que teniendo amarilla era el único pivote con capacidad defensiva (Ya avisamos de lo peligroso de tener a Ros en casa y meter a dos laterales suplentes en convocatoria). Así que la Real bastante hizo con mantener la seriedad atrás. La salida de balón resultó inexistente, y pasaron los minutos.

Por fin, en el minuto 70 movió banquillo. La Real llevaba los últimos 50 viendo que eso se desboradaba y el entrenador francés no había movido un dedo. Entró Chory Castro por un desdibujado Prieto. Y el otro uruguayo del equipo dio aire fresco y fue lo más destacado de esos 20 minutos finales. Cinco minutos después por fin llegó el cambio ansiado. Pardo entró para 15 minutos, no cambió nada, e intervino menos de o que gustaría... aun así dejó un pase en largo que por poco no encuentra Chory (por poco o por no ir sin miedo, porque Andrés se la comió).

La Real achuchó en esos minutos finales, también Osasuna tuvo peligro a balón parado o en contras. Un gol bien anulado a Griezmann y par de ocasiones claras, una que Agirretxe no consigue rematar y una buena parada de Andrés, en eso se redujo el tramo final donde la Real espabiló un poco a la heroíca (llegó a entrar Agirretxe) pero no entró la bola. El resumen parece claro, si bien quizás no hubiera funcionado nuevamente la pareja Illarra-Pardo, el técnico francés experimentó, dejó 90 minutos a un jugador que dijo en rueda de prensa posteriormente "terminar cansado" y 75 minutos a un jugador que se veía en la primera parte que no estaba. Y eso que "necesitaba frescura". Dio solo 15 minutos al jugador que más ha hecho jugar a la Real en muchísimo tiempo, y 20 a un tío con ganas que llevaba unas semanas muy entonado.

Es lo que tiene deshacer en lugar de tocar. Eso hizo el técnico galo, cargarse de un plumazo y sin venir a cuento un equipo que funcionaba, porque quería frescura, porque 4 días no parecen suficientes para recuperar de cara a un partido y hace falta meter a gente que hace 2 meses que no juega más de 15 minutos, colocándolo además con más obligaciones defensivas de las habituales. El despropósito realista tanto en el once, como en la inutilidad a la hora de hacer los cambios a tiempo viendo que estaba muy mal el equipo, fue enorme. Algo tiene que cambiar en la cabeza del técnico francés. Pero poco favor hace que su capacidad de autocrítica en la rueda de prensa sea nula y que los que le hacen las preguntas, teniendo una ocasión ideal para pinchar, se dedicaran a ir a piñón fijo y dejarle salir de rositas. Ver para creer.

No puedo olvidarme de Osasuna. La Real jugó mal, pero no solo por faltar Pardo. Mendilibar creó un entramado defensivo muy bueno, que es de donde su conjunto debe salir del pozo, a base de sacrificio e intentar cazar alguna. No tuvieron las mejores ocasiones, pero las tuvieron, y se llevaron un premio que ellos (a diferencia de la afición realista) sí deseaban y bien que merecieron. Loe y Oier fueron perros de presa, en el caso del ex jugador del Ceuta, además, por arriba es un portento, se llevó todos los balones (no es difícil) y eso que la Real (otra para apuntar) se dedicó todo el encuentro a colgar balones a donde Prieto, con Prieto colocado en el centro, donde Loe por arriba se llevaba con suma facilidad todo.

También contribuyó la defensa de Osasuna, que despejó todos los centros (que ayer, a diferencia de otras tardes fueron bastante buenos) posibles, y no se dejaron coger la espalda por un Ifrán que intentó pinchar y tocarles las narices todo el tiempo. Con un buen partido de su línea defensiva y unos extremos que ayudaban mucho, les faltó pólvora arriba. Kike Sola peleándose contra el mundo poco o nada hizo, y los tres que había por detrás no crearon, salvo Armenteros, suficiente peligro.

Al descanso quitó a Cejudo para dar entrada a Lamah. El que estaba siendo el mejor jugador osasunista en las primeras jornadas no encontró el punto al partido, como tampoco lo haría posteriormente Omwu, que lo que sí hizo fue fijar algo más a la defensa, no podían dejar a un jugador con su velocidad mucho espacio, por lo que el canterano de Osasuna no estuvo cómodo. Al final, 0-0 merecido con un Osasuna eficaz en defensa pero que a pesar de tener a ratos el dominio de la bola no creaba el fútbol suficiente, y una Real rota por completo en el mediocampo que procuró aprovechar algo de genialidad (que no hubo suficiente) de sus hombres peligrosos.

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