jueves, 8 de noviembre de 2012

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CON LA SOGA AL CUELLO

Hace un año, Philippe Montanier salvó un par de Match Ball in estremis. Primero ganando en Sevilla un partido que una vez en el bolsillo el propio entrenador, acobardado, tiró por la borda con un cambio ultradefensivo que rompió lo que hasta entonces había funcionado: el centro del campo. En el descuento, con empate a 2, Iñigo Martínez le salvó el pellejo con un gol desde el centro del campo. Montanier respiraba.

Ironías de la vida, la semana siguiente, en casa y ante el Málaga, la Real perdía 1-2 y remontó en los minutos finales con un golazo de chilena de Vela y un gol, el 3-2 obra de un defenestrado entonces (y ahora) para el técnico galo: Diego Ifrán. Le hacía respirar alguien que no cuenta, y que aun pertenece al equipo. Entonces aquello sirvió para que el equipo levantara cabeza, pasara de ser colista a terminar la liga 12º, si bien en las jornadas finales bajó algo su rendimiento, sobretodo lejos de Anoeta.

Un año después los problemas siguen siendo parecidos, o los mismos. No se ha aprendido de los errores o la mala suerte se ceba con el equipo. El caso es que si no sumas fuera, toca hacerlo en casa. Y en casa las dos últimas derrotas han dejado descolocado al equipo, roto. Un 0-1 injusto del Atlético en el minuto 90 en un partido que la Real mereció (cuanto menos) el empate. Dos semanas después el Espanyol, sin hacer nada, se llevó los tres puntos con un gol de Colotto en el 78. La Real, sin un juego brillante había tenido la bola y las pocas ocasiones del partido, pero no las materializó.

Ese es uno de los debes de este equipo. Agirretxe no es un killer del área, de hecho apenas está disponiendo de ocasiones exceptuando el 2-1 ante el Celta donde marcó los dos goles. Carlos Vela es de los que inspirado, más hacen jugar al equipo o más peligro crean, pero cara a puerta no empezó bien el año pasado (hasta el mencionado partido ante el Betis no marcó) y este año los dos goles que lleva son de penalty, ante el Betis pudo empatar en más de una ocasión con 1-0 en contra, fallando estrepitosamente. Ante el Atlético, tres cuartos de lo mismo  con un fallo garrafal en el minuto 85 que podría haber dejado los tres puntos en casa.

La lista sigue, Chory no está rindiendo como se esperaba, y los centrocampistas no son goleadores. Siendo Antoine Griezmann el que "parece" más atinado que de costumbre, al marcar dos tantos ante el Valladolid, pero está por ver si este año mejora su registro de 8 goles por temporada. El caso es que la falta de gol ha condenado en más de una ocasión a la Real. Al César lo que es del César, es justo reconocer que la Real está injustamente colocada en 17º posición. Pero tampoco hay que decir que esté jugando de maravilla, más bien, es un equipo serio que en muchos momentos de los partidos es un incordio para los rivales.

Los rivales no juegan cómodos con Illarra y Markel en el campo (o incluso con Zuru, pieza clave con la que la Real mejoró mucho y que desde su lesión el equipo no parece el mismo). La Real en Anoeta tiene su fortín, o lo tenía. La última derrota inesperada ha dañado mucho. El 2-0 en Córdoba, el no poder ganar fuera de casa aun teniendo todo de cara ante el Valladolid (2-2) y la imagen ante el Espanyol (si bien no merecieron perder) han dejado a Montanier en la cuerda floja, un año después, en la misma tesitura.

Y hay similitudes varias. Hace un año uno de esos partidos clave fue ante el Málaga. La diferencia es que entonces fue en Anoeta el encuentro y ahora es fuera, y con unas cuantas bajas. La enfermería está tan repleta que podría tener que inventarse un centro del campo nuevo, con Ros-Pardo como únicos pivotes disponibles a día de hoy.

Entonces le salvó un gol del medio campo. Precisamente ante el Valladolid, José Ángel estuvo a punto de marcar un gol desde su campo en el descuento. Hubiera supuesto el 2-3, mismo resultado cosechado hace un año en Sevilla ante el Betis. Y con esos 3 ptos en el bolsillo quizás ante el Espanyol la ansiedad hubiera sido diferente, o al menos una derrota no hubiera escocido tanto ya que la Real no estaría al borde del descenso.

Un año después ya no valen las excusas de media Europea. Montanier se la juega lejos de Anoeta, ante un equipo que está jugando la Champions y aspira a quedar otro año más en zona que de derecho a jugar la máxima competición europea el año próximo. Y lo hará con numerosas bajas. La Real lleva desde que ganó en Mestalla a principios de este año sin ganar lejos de su campo. Cuatro empates y diez derrotas, esas son las cifras que tiene el club txuri urdin lejos de Anoeta en ese periodo de tiempo.

Se la juega el técnico francés. Una derrota podría dejarle al equipo en descenso y al entrenador sin su puesto. Lo que queda claro es que en caso de recibir una prórroga la Real tendría dos encuentros en casa para resarcirse. Pero también está claro que los nueve días que separan Málaga del partido ante el Rayo en Casa, y la inminencia entre ese encuentro (en lunes) y el de la siguiente jornada (Osasuna) en viernes, hacen que la Real no tenga mucho margen para prescindir de técnico después del Rayo en caso de no vencer.

Dicho de otro modo, Málaga es una plaza donde quizás hasta el punto pueda saberle a poco a Montanier. Y la derrota (y cuanto más dolorosa peor) podría dejarle fuera del banquillo de la Real. Posiblemente ya anden rastreando el mercado, aunque luego salgan a ratificarle. Así funciona el mundo del fútbol, y la Real, por plantilla, tiene que aspirar a algo más que a estar 17ª en la tabla tras 10 jornadas, con una media de un punto por jornada, y solo un punto más que el año pasado a estas alturas.

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