Con La Rosaleda engalanada como nunca, una afición expectante y unos jugadores con ganas de mostrarse al mundo y a Europa, el Málaga debutó ayer en Champions de la mejor manera posible. Partidazo de los de Pellegrini que consiguieron superar al Zenit de Hulk y compañía no solo en el marcador si no también en el juego. Inexistentes los rusos no por aquella extraña costumbre que en ocasiones les hace olvidar cómo se compite fuera de su país, el motivo no era otro que la excelencia mostrada por el equipo de la Costa del Sol.
Los focos estaban en el Real Madrid - Manchester City del Bernabéu, lo que hizo que el resto de la jornada pasara desapercibida... en España. Había varios partidos interesantes y que en vista de las alineaciones que presentaban Mancini y Mourinho animaban más a ser vistos por el aficionado neutral. El Montpellier - Arsenal, Ibra en la vuelta del PSG a la máxima competición continental de clubs, o el ya nombrado de La Rosaleda.
El anfiteatro malagueño no se llenó pero presentó una excelente entrada. La noche era perfecta. El sueño que se iniciaba cuando el jeque llegaba a Málaga se cumplía al fin. El club malacitano en la Champions League. Hace tres años quien hubiera pronosticado eso hubiese sido tildado de loco. Pero no. Y además haciendo un fútbol espectacular.
Los primeros 35 minutos de los blanquiazules, ayer de negro, fueron sencillamente antológicos. En el minuto tres ya se habían adelantado y poco antes de llegar al cuarto de hora pusieron el segundo en el marcador. Nada más arrancar el encuentro Isco hizo una diablura dentro del área y colocó el balón con su pierna derecha en el fondo de la red que defendió ayer como pudo Malafeev. El segundo fue obra de Saviola tras una buena jugada coral. El conejo demuestra que años después sigue siendo capaz de hacer goles al más alto nivel.
Se conseguía el fin principal de todo partido de fútbol pero anoche los boquerones enamoraron. Sin Toulalan en el centro del campo era el turno para Camacho. Cogió las riendas con maestría y sobretodo con la excelente presencia de Portillo e Isco a sus lados escoltándoles. Los dos de la ciudad, chavales que sienten los colores, y los dos llevando el peso del partido y dominando al equipo ruso con su juego. Si alguien echaba de menos a Cazorla por la Costa del Sol aquello ayer pasó a mejor vida.
Portillo dejó detalles técnicos de primer nivel y mostró galones de aquel que lleva 40 noches de Champions League. No parecía un debutante. Le daba igual tirar un regate a cinco metros del área que a cuarenta. Era su noche y supo jugarla y disfrutarla. Dominó y desesperó a los internacionales rusos que tenía enfrente.
Pero sí alguien hizo un partidazo, ese fue Francisco Alarcón Suárez, más conocido como Isco. Su primera acción de mérito fue ese golazo ya comentado. En la segunda mitad soltaría un derechazo desde fuera del área para poner el tercero y definitivo tanto en el luminoso. Soltó la primera cuchillada y remató a un Zenit que ya estaba moribundo a esas alturas.
Entre medias un clinic de cómo se juega al fútbol con el balón en los pies. Moviéndose de un lado al otro, sabiéndose líder de un equipo joven y descarado, fue capaz de no solo domar al equipo rival si no también de mover a sus compañeros como si ellos fueran los instrumentistas y él el director de orquesta perfecto para una noche de ensueño.
No hubo manera de que le parasen. Aparecía por todo el frente del ataque malacitano. Izquierda, derecha, centro. Daba igual. Era omnipresente. Nada le salió mal. Era imposible por la sencilla razón que anoche era su noche. Un martes 18 de septiembre de 2012 fue el día en el que Isco saludó al fútbol europeo con descaro y ganas de demostrar que no solo ha llegado para quedarse, también que quiere más. Tiene hambre, ansía crecer.
Con ese crecimiento llegará el de su propio equipo. Porque él es la brújula que debe guiar a este Málaga de Pellegrini. El chileno sabe cómo hacer funcionar a los suyos. Delega en su director de orquesta pero la partitura que cede tiene las instrucciones claras. Movimiento constante, tanto del balón como del jugador, y un obligado deseo de ver la portería rival muy cerca.
Por todo eso y más la de anoche fue la mejor presentación que el Málaga e Isco pudieron hacer ante el fútbol europeo. Hoy ellos son noticia.
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