Igor Antón no ha sido la única noticia negativa que deparó
la Vuelta. El equipo se la había jugado a no ir con un ciclista experimentado
como Mikel Nieve, que en cuatro Grandes vueltas por etapas llevaba 2 etapas
(una en Giro y otra en Vuelta) y había sido las cuatro veces 10º. Un ciclista
regular, que podría haber acompañado a Igor, siendo un buen escudero si fuera
necesario o defendiendo intereses propios si Igor hubiese fallado.
Se la jugaron sin él, quizás con la esperanza de que
Mikel Landa, aquel que brillara el año pasado en Burgos, diera buena muestra de
su clase (Que la tiene) en la Vuelta de este año. Sin embargo Landa no se
encontró bien, no anduvo lo suficiente, y aunque al final apareció en alguna
etapa resultó insuficiente para mucha gente. Por los laterales le han
adelantado dos ciclistas que el año pasado no parecían mucho mejores que él:
Nairo Quintana y Pinot. Y que ambos en su primera grande han dado mejores
muestras de su nivel escalador.
En cualquier caso es pronto para cargar piedras en la
mochila de un ciclista tan joven. Que no haya cubierto las expectativas no lo
convierte en un mal ciclista, y de esta experiencia habrá sacado mucho
positivo. Quizás en el equipo debieran haber pensado tener otro ciclista que
tuviera más responsabilidades (Nieve hubiera sido perfecto).
Pero no todo son notas negativas. El resto del equipo ha
brillado mucho, pero quizás en el anonimato, pero no por culpa de ellos, si no
de unas decisiones tomadas posiblemente desde el volante que no han surtido
efecto.
El equipo ha colocado a Verdugo 11º, Velasco 26º, Amets
30º (y eso que se le hizo larga la prueba), Sicard 44º, Astarloza 48º y Oroz 50º.
Siete ciclistas entre los 50 mejores. Así dicho parece sonar a poco, pero la
realidad es que en pelotones cortos Euskaltel tenía ciclistas para trabajar,
pero no tenía para quien hacerlo. El hecho de fallar el líder hacía que la
labor de los aquí mencionados resultara esteril.
Por ello el equipo reaccionó tardísimo. Cuidar al líder
no debiera exigir tener a todo el equipo para él, y en tal caso el líder
debiera justificarlo (Samu con su podio del Tour, Igor cuando iba líder camino
de Peña Cabarga allá por 2010). Pero Antón no justificó en ningún momento toda
la labor de gregario que pudieran hacer para el, por lo que se debiera haber
actuado antes a buscar fugas.
Y en eso el equipo no estuvo atento, llegó a coger buenas
fugas. Y hay que reconocer que camino de Fuente Dé lo que privó al equipo de
una mejor actuación fue posiblemente que hubiera hostilidades por la general.
De no ser así Verdugo hubiera podido tener alguna opción en aquella fuga en la
que fue 4º (detrás de Contador, Valverde y Henao) aguantando muy bien en la
fuga.
Pero quitando ese día, el equipo no pareció enterarse de
las cosas, y las culpas, repito, no debieran darse a unos ciclistas que
demostraron dar el nivel. Rubén Pérez fue 2º en Lagos, Verdu 4º en Fuente Dé y
Sicard 5º en la Bola del Mundo. Faltó la etapa, pero también faltó la decisión
del equipo. En dos etapas se actuó “desde atrás”, tarde, a destiempo. Poniendo
al equipo a trabajar en bloque para intentar quitar más de 10 minutos a una
fuga.
En ambos casos el ridículo fue grande. No por la falta de
nivel de los ciclistas, repito, si no por la brillante decisión de quienes
mandaban las instrucciones de no haber tirado antes. No pilla por sorpresa. En
Primavera a este equipo se le escaparon dos triunfos cantados con Urtasun. El
navarro venía de ser 3º en Castilla y León y máximo favorito a La Rioja. Llegó
un ciclista en solitario, adivinen quien hizo segundo. Unos días más tarde en
la primera etapa de Asturias pasó lo mismo, un ciclista en solitario llegando a
meta, y el equipo que intentó tirar abajo la fuga: Euskaltel, con la miel en
los labios. Segundo, al sprint, Urtasun.
Por ello, ya con las dos de la Vuelta son (al menos)
cuatro las ocasiones donde el equipo ha trabajado a destiempo, tarde, mal.
Parecen no tomarse las decisiones acertadas. Y luego extrañará que no haya
puntos o ciclistas rematadores, cuando el bueno de Pablo sin ser un sprinter de
los mejores debiera llevar este año par de victorias (cuanto menos una) en su
casillero.
El caso es que en la primera mitad de la Vuelta el equipo
no anduvo muy atento a los cortes. Y en la segunda mitad, aunque progresó,
mejoró, y ahí estuvo Astarloza llegando muy lejos, y los mencionados Top 5 en
etapas, el equipo dio el mencionado recital en dos etapas de tirar tarde.
Curiosamente fueron las dos únicas llegadas en alto donde Igor en lugar de
aguantar atacó. En las dos etapas donde ya estaba el pescado vendido fue donde
el vizcaíno saltó del pelotón con resultados buenos pero no brillantes.
Pero la nota al equipo debe ser buena.. Sobre todo Gorka Verdugo. Soberbio. Nunca se podría imaginar
que tras ese gregario de (normalmente) Samu se escondía tan buen ciclista. El
tener que abandonar el Tour por caída propició que corriera la Vuelta sí o sí.
Y su nivel en la ronda española ya se vio desde el principio que era muy bueno.
Al final 4º en una etapa y 11º en la clasificación final a tan solo 9 segundos
del Top 10, teniendo en mente que camino de Valdezcaray le hicieron pararse
para ayudar a un Igor descolgado, cediendo así medio minuto que hubiera sido
Oro al final de la ronda española.
El de Etxarri-Aranatz había sido padre en los primeros
días de la Vuelta, así que aprovecho para lanzar zorionak a la familia.
Contagiado por el nacimiento de su hijo Verdu ha volado en su mejor nivel nunca
exhibido. Hasta ahora una París Niza donde fue 6º había sido su resultado más
destacado, fiel gregario que tenía pocas oportunidades a lo largo del año
y que no había llegado a coger galones
cuando pudo haberlos tenido. Ahora, toca atarlo. Euskaltel quiere puntos, y
tiene un ciclista sin renovar que termina cerca de los 10 mejores la ronda
española.
Respecto al resto del equipo destacar que Sicard en su
primera grande demostró aguantar las tres semanas, teniendo algún que otro día
bueno, como camino de La Bola del Mundo (quinto), el resto cuando tocó currar
(en balde) se trabajó, y unos cuantos: Amets, Astarloza, Rubén Pérez o Landa
cogieron algún corte bueno en algunas etapas. En general dieron la talla como
muestra la segunda posición en la clasificación por equipos. Pero a todas luces
parece insuficiente premio para un equipo que debía haber exigido al menos un
hueco entre los 5 mejores a su líder y haber vencido al menos una etapa.
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