Cuando la temporada ciclista llega al final todas las luces se centran en el Mundial. Cada año un recorrido que va modificando los favoritos para lucir el maillot arcoiris. Este año Holanda era el país organizador y el Cauberg el plato estrella. Un trazado no demasiado exigente pero que tenía una de las subidas que más gustan a los amantes de este deporte. Los belgas se presentaron como los capos. Ejercieron de ello en carrera y uno de los suyos, Philippe Gilbert, se hizo con la medalla de oro.
Pero este triunfo nunca podrá ser analizado cómo una victoria sencilla. La presencia de grandes corredores en cada una de las selecciones hizo que hubiese mucho miedo por si alguien conseguía filtrar una serie de ciclistas que pusiesen en jaque al pelotón.
Boonen y Gilbert fueron dos pesos pesados que impusieron mucho respeto en los seleccionadores. Sabían que los belgas contaban con múltiples posibilidades de ganar gracias a la calidad de estos super clases. Uno era el elegido para ganar en caso de sprint. El otro era el encargado de poner patas arriba la carrera en el paso por el Cauberg.
El Mundial, en cuyos inicios se cayó Oscar Freire, discurrió por los cauces tradicionales,
con numerosas intentonas de endurecerla, escapadas de grupos nutridos
con hombres importantes. La selección española de nuevo volvió a estar en el sitio adecuado cuando la carrera se movió ya que consiguió meter en la escapada de 29 corredores a Flecha, Contador y Lastras.
Cuando restaron 30 kilómetros para el final de la carrera el gran pelotón neutralizó a los escapados. En ese momento el ritmo se incrementó. A pesar de esto, dos buenos galgos saltaron del gran grupo. El británico Stannard y el americano Talansky lo intentaron en la penúltima vuelta pero no llegaron a poner en jaque a las grandes selecciones.
Como se esperaba el Cauberg iba a dictar sentencia. Los belgas entraron en cabeza con un ritmo endiablado y sobre todo con una táctica completamente definida. Gilbert dio el estacazo y nadie pudo seguirle. A pesar de entrar muy bien colocada la selección española ningún corredor se puso a rueda del ciclista del BMC. Un error estratégico ya clásico que se repite desde que José Luis De Santos es el seleccionador.
Para cuando Gilbert tuvo unos metros casi insalvables salieron en su búsqueda Boasson Hagen y Kolobnev. Posteriormente Valverde saltó también para enlazar con el noruego y el ruso. Nada pudieron hacer frente al poderío del belga. Una nueva exhibición en las carreteras del Viejo Continente. Esta vez le ha servido para llevar el maillot arcoiris durante toda una temporada. Boasson Hagen y Valverde le acompañaron en el podio siendo segundo y tercero respectivamente.
Imagen: LA VANGUARDIA
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