Tradicionalmente Monza suele ser el pistoletazo de salida al rush final del campeonato del mundo de F1. Este año al tener un calendario más extenso (20 carreras) la cita italiana no ha sido tan decisiva. Sin embargo ha dejado una situación casi idílica para los intereses de Fernando Alonso y Ferrari. El tercer puesto del asturiano le mantiene como sólido líder aunque la presencia de Lewis Hamilton se hace cada vez más importante visto la mejora de rendimiento de McLaren.
El circuito italiano, probablemente junto a Monaco el más mítico del calendario, deparó una vibrante carrera. Tras la escabechina de Spa varios de los gallos del Mundial tenían ganas de resarcirse. Tanto Alonso como Hamilton demostraron desde el primer entrenamiento que Ferrari y McLaren estaban en una forma envidiable para esta carrera.
No sólo fueron Lewis y Fernando, también Massa y Button confirmaron que los dos monoplazas se adaptaban a la perfección al trazado italiano. En el otro lado de la balanza estuvieron los hombres de Red Bull. Webber y Vettel sufrieron lo indecible en una pista que le viene realmente mal a su RB8, eficaz en las curvas y lento en las rectas.
La clasificación fue un monólogo de McLaren aunque en parte ayudado por el problema que tuvo Alonso en Q3. De no ser por este fallo mecánico el asturiano podría haber estado mano a mano con Hamilton. El décimo puesto provocó que tocase remontada en la carrera. Por detrás Vettel (2º clasificado antes de Monza) las pasó canutas para meterse en la Q3.
Llegado el día de la carrera todo el mundo tuvo más o menos claro lo que tenía que hacer en la salida. Hubo gente que arriesgó, como Fernando o Felipe, pero todo dentro de un margen de seguridad. El recuerdo del pinball de Grosjean estuvo muy presente.
Desde los primeros compases de la carrera Hamilton puso pies en polvorosa. Massa fue incapaz de aguantar el ritmo del inglés y posteriormente no pudo contener el ataque de un desmelenado Button, que desgraciadamente tuvo que retirarse por un problema en la bomba de gasolina. Este abandono puso a Ferrari ante una situación casi idílica ya que Fernando estaba detrás de Massa tras superar a un combativo Vettel.
El final de carrera estuvo marcado por el ataque de un soberbio Sergio Pérez. Aprovechando que tenía el compuesto blando fue superando uno a uno a todos sus rivales. Una vez más el mexicano demostró que es el piloto que mejor gestiona el desgaste de los neumáticos, algo imprescindible en la Fórmula Uno actual.
Nadie pudo parar al piloto de Sauber. Se fue comiendo a todos con un ritmo endiablado. En casi todas las vueltas con incluso más de segundo y medio. A pesar de ser un miembro de la Ferrari Driver Academy no tuvo reparo alguno en adelantar a Massa y a Alonso. Tal fue la exhibición de Pérez que estuvo a punto de llegar a Hamilton. Unas vueltas más y hubiésemos tenido una lucha titánica por la victoria.
Con este resultado el Mundial se vuelve a modificar sensiblemente. Alonso sigue siendo el amo y señor pero su más inmediato perseguidor ya no es Vettel. Lewis Hamilton, gracias a las victorias de Hungría y Monza, se ha vuelto a situar como su máximo rival. De no ser por el accidente de Spa quien sabe si hubiese completado un triplete. Faltan siete carreras y Alonso cuenta con 37 puntos sobre el inglés. Visto el rendimiento de la escudería de Woking Ferrari debe marcar en corto a Lewis.
Imagen: F1
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