Los peores presagios quedaron confirmados esta misma
semana. Su abandono en la Dauphiné Liberé par de días después de su caída en la
crono (por el viento) no tenía muy buena pinta. No es que la gente pensara que
tal fatídica caída supusiera que uno de los máximos favoritos a ganar el Tour
de Francia se perdiera la Grande Boucle, pero los más conspiradores ya
especulaban en que la caída podría provocar una “espantada” del Tour, para poner
la guinda al pastel que se está generando en el equipo fusionado Radioshack
Nissan Trek.
Para hablar de Andy y de cómo se pierde el Tour de
Francia lo legal, lo justo, lo no malpensado sería simplemente revisar los
hechos tal y como acontecieron a los ojos de la gente. El jueves 7 de junio
durante la crono de más de 50 kilómetros
de la Dauphiné Liberé de este año, Andy Schleck cae al suelo víctima del fuerte
viento que se había levantado en ese momento. Un duro contratiempo para el
ciclista en su puesta a punto al Tour de Francia. El había salido a ni
disputar, ni la crono ni ninguno de los días hasta ese instante, mientras otros
peleaban la general o intentaban hacer una crono mínimamente decente, o mientras
Samuel Sánchez peleaba tras un duro golpe por sumar días de carrera, Andy
Schleck iba a su ritmo, y despreocupado. Todo iba OK cara a asaltar Francia.
No lo pensaría así Johan Bruyneel , ni lo pensaría la
mayoría de la gente. Rara vez un aspirante a un Tour de Francia ocupaba
posiciones más retrasadas al puesto 100º de carrera en la prueba previa a la
gran cita francesa. Andy estaba el 118º antes de la crono, donde cedería (con
la caída de por medio) más de 11 minutos con el ganador de la etapa. A pesar de
que él seguía vendiendo la idea de que todo iba bien, nada estaba bien, mucho
menos tras besar el asfalto francés.
Es entonces cuando todo empieza a precipitarse. Tras
sobrevivir a la siguiente etapa, Andy Schleck se retira el sábado al poco de
comenzar la jornada, acusando fuertes dolores. El daño estaba hecho, el
luxemburgués abandonaba la carrera preparatoria para el Tour y posteriormente
se convocaría esta semana una rueda de prensa. Pero ya se había filtrado la
noticia: Andy no iría al Tour de Francia. Una fractura en el hueso sacro cercano a la zona de la pelvis, es la culpable.
Quedó confirmada la noticia y por todos los foros, medios
de comunicación la gente parecía bastante unánime. Un ciclista de su caché, con
su nivel, no puede jugar una carta en toda la temporada. Y Andy lleva tiempo
haciéndolo. Con la pequeña salvedad de la Lieja Bastogne Lieja, única prueba
que pelea con ganas Tour aparte, y quitando el día de rigor que empleaba para
probarse un poco cara al Tour (el año pasado en Suiza, una etapa que terminó 2º
tras De Gendt) el joven luxemburgués no hacía nada reseñable el resto del año.
Es más, terminaba incluso haciendo el ridículo.
Este ridículo se refiere a simplemente mirar sus datos
temporada tras temporada, donde tras el Tour de Francia suele seguir “participando”
en carreras. O mejor dicho “tomando la salida” en las mismas. Puesto que después
no suele terminarlas. Por Euskal Herria ya hemos visto en alguna Klasika
Donostia como se las gasta. Y eso que es una prueba que los que terminan el
Tour delante, suelen disputarla y tener opciones de ganarla o subir al cajón.
Andy no, su 2º puesto del Tour justifica todo el año, mientras otros engrosan
palmarés, el se conforma con subir al cajón del Tour.
La cosa es más grave. El año pasado, sin Contador de por
medio, con Evans y Voeckler como rivales, cede el Tour. Mostrándose ofensivo un
día. Pero solo uno, insuficiente. Y lo que es peor, si a Voeckler no le da ese
arrebato de heroicidad absurda que termina con sus opciones de podio, Andy no
hubiera pisado en Francia el segundo lugar del cajón. Eso no le importa, el es
segundo y su hermano tercero. Por dentro el, pero solo el, es consciente de lo
que han logrado: Dos hermanos en el podio del Tour.
Ese es uno de los grandes problemas de este ciclista, y
Bruyneel lo sabe desde (si no es antes) pretemporada, donde ya insinuó que no
tenía arreglo mentalmente el ciclista, y se hablaba de que podría “separar” a
la pareja de “siameses” del Tour de Francia. Quizás era una forma dolorosa de
terminar con todo esto, pero era una solución. Andy se preocupa de una carrera
y media al año, de 22 días de competición, el resto, le da igual. Pero peor de
eso aun es que jugándosela a una única carta esté tan pendiente de su hermano
mayor.
Ese hermano mayor con el que ya se meten todos en los
foros. Una vez cogida la fama es difícil quitársela. Sin embargo en Suiza está
demostrando, como ha demostrado otras veces, que el sabe correr solo. Y en
efecto, cuando Frank disputa una carrera con ganas (y no solo el Tour) se le
suele ver delante, mejor o peor, pero se sacrifica. Sabe correr sin su hermano.
Andy, a sus 27 años, aun es incapaz de dar ese paso adelante, un problema serio
al que Bruyneel quiso poner fin.
La primera separación extraña fue en el Giro de Italia.
No estaba previsto pero Frank Schleck terminó acudiendo a la ronda italiana.
Eso le importó poco al mayor del dúo del ducado, que antes de las dos semanas,
y a pesar de haberse estado esforzando sin tener el mejor golpe de pedal,
abandonó, aquejado de una caída y no recuperar. El director belga no tragó la
escusa y su mosqueo fue considerable, llegando a reconocer que nadie excepto
Fabian Cancellara tenía la plaza cubierta para el Tour.
Después de eso llegó la imagen tan paupérrima de Andy en
la Dauphiné. Preocupante, muy preocupante. Todos estaban alucinando con su bajo
nivel, posiblemente incluso dentro del equipo, excepto el propio ciclista que
seguía destacando que todo iba sobre la marcha, hasta su caída. La rueda de
prensa posterior donde aparece Andy con un médico (y sin director deportivo)
dice mucho de cómo están las cosas en el seno del equipo, algo que ya se veía
venir en pretemporada y que se sigue viendo. Algo huele a podrido en la
escuadra.
El caso es que Bruyneel no ha ganado para disgustos en
todo el año. En pretemporada el danés Fuglsang se quejaba de que había mucho
capo y que el no quería currar para seis líderes (le iban a dar liderato en el
Giro, pero no pudo correrlo). Después el abandono de Frank en la ronda
transalpina. El líder del Tour finalmente no podrá estar en la partida. Pero es
que al mismo tiempo tenemos a Horner, ese cuarentón tan joven, que no parece
que vaya a estar en la partida del Tour por un problema interno “negarse a
participar en Suiza, queriendo preparar la grande boucle en su casa” (vamos,
como acostumbra a hacer).
Sin embargo dentro del equipo no cuajó la idea. Incluso
Andreas Kloden llegó a soltar en alto (por internet) que el que quiere correr
una grande de tres semanas tiene que antes participar con el equipo en otros
frentes. Una frase destinada directamente al norteamericano, y que deja entrever como están las relaciones entre
ambos compañeros (el año pasado fueron podio ambos en la Itzulia).
Por si fuera poco para el belga, aun estamos en junio, no
ha llegado el Tour de Francia, y ha saltado a la palestra (como cada fecha
antes de Tour) algún escándalo sobre Lance. Este parece ir en serio, aunque
posiblemente quede en nada como los anteriores. En simple “remover mierda” y no
sacar nada. Pero es más madera para prender fuego a un Radioshack Nissan Trek
que está siendo (BMC aparte) la gran decepción de la temporada.
Respecto a Andy las cosas parecen claras, pretende
recuperarse para disputar (correr) los Juegos Olímpicos, donde sus opciones
son más bien escasas por tipo de
ciclista y tipo de prueba, y preparará la Vuelta a España. Es otro de los sinos
de este ciclista, que un año donde Contador no pueda disputar el Tour de
Francia Andy se lo pierda. La participación en la Vuelta puede ser de escándalo
con los 2 mejores hombres-Tour de los últimos años, disputando una Vuelta.
Aunque en lo último generan dudas. La última vez que el joven Andy pisó la
ronda española terminó siendo echado del equipo por fiestero.
Tweet |
0 comentarios:
Publicar un comentario