lunes, 28 de mayo de 2012

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UN GIRO 'LIGHT' PARA CANADÁ

Ayer concluyó el Giro de Italia menos espectacular que recuerda un servidor. La renta final fue de tan sólo 16 segundos. Sin embargo nada tuvo que ver la forma de correr con la que Cobo y Froome pelearon una vuelta por menos de esa distancia, o de otros Giros donde las rentas estaban por debajo del minuto entre favoritos. Ni siquiera llegó a haber gran emoción en la crono. Al final, el Giro fue a parar para un outsider total, que llevaba año y medio sin aparecer por puestos cabeceros: Ryder Hesjedal.

El primer canadiense en ganar un Tour, y el ciclista que más peleó por este Tour de Francia. Fue maglia rosa tras un gran prólogo y la crono por equipos de Garmin, que dejó primero a su compañero Navardauskas como líder hasta la primera etapa de montaña de verdad, antes llegó a coger la maglia por un día el Lampre Malori. Para muchos “expertos”, Ryder ya caería. La general era cosa de Liquigas y Lampre, con permiso de “Purito” Rodríguez, que debía sacar rentas en su terreno.

Y así actuó el catalán todo el Giro de Italia. La verdad es que se le puede acusar quizás de cierta racanería. Pero el líder de Katusha tiene el nivel para lo que tiene, no se le pueden pedir ataques lejanos a menos que tenga permisividad. Yendo líder como estuvo casi toda la carrera, se limitó a guardar la ropa, aguantar cualquier embestida peligrosa (casi inexistente en este Giro) y rascar tiempo en los finales que mejor le fueran o con ataques una vez pasada la pancarta de último kilómetro.

Al final 16 segundos. Se acordará de cualquier ataque no realizado antes, de alguno no hecho, o de no haber intentado más el último día. Quizás no daba para más, pero la imagen de Stelvio representa a la perfección lo que ha sido este Giro entre los favoritos. Hesjedal, 2º en la clasificación entonces, pero a tan sólo 19 segundos de Joaquim, cogió la responsabilidad en el puerto final cuando un escapado: De Gendt marchaba como maglia rosa virtual.

En el reducido pelotón (Se había pasado Mortirolo) tras tirar un rato Vandevelder, cogió el relevo Sky. Lo del equipo británico, sprints de Cavs aparte, es para hacérselo mirar. El puestometrismo UCI en su máxima extensión. Defendiendo unas posibilidades de Top 5 de Rigoberto Urán, que terminaría 7º habiendo sido el quinto ciclista que más subía del Giro y no habiendo lanzado ni medio ataque de peseta. Al final se lleva la magia bianca al mejor joven. Pero tiene truco, su rival más cercano, 9º, corría en su mismo equipo.

Decía que en ese reducido grupo Sky se puso a tirar quien sabe para qué, quizás por ser el único con dos integrantes, con permiso de AG2R, ese equipo donde su líder ha fracasado (al final 11º) sin haber ni intentado atacar, tónica general del Giro de Italia. Cuando Hesjedal cogió distancia y vio peligrar el Giro con un cronner como el belga De Gendt (Vacansleil) por delante, se puso a su ritmo. Purito, quizás el único día donde la táctica fue inteligente (que se desgastara su máximo rival por el Giro) optó por no dar relevo y dejarle la tostada al canadiense.

Delante eran tres valientes que habían saltado tras Mortirolo. De Gendt, Cunego y Nieve. Los que se ganaron el aplauso. El vasco ya lo había intentado días atrás en una etapa, pero entonces un compañero de pelotón: Johann Tshopp (anónimo segundo fila que termina el Giro en el top 15, sin desentonar, pero sin mostrar ninguna agresividad) se negó a coger el guante de Nieve e irse con él.

Cunego se merece un monumento a parte. Si hubiera tenido piernas, hubiera subido al menos al cajón. Hasta tres intentos de lejos realizó, y llegó a ser líder virtual el día en que Rabottini se llevó espectacularmente una etapa. El ganador del Giro 2004 ha vuelto a mostrar una versión pobre de sus prestaciones, pero siempre se sacrifica, incluso cuando no anda es capaz de intentarlo de lejos, de coger fuga, de actuar como lo que fue, un  segundo espada muy bien utilizado.

Lástima que por delante ese día había un soberbio De Gendt. Ese que desaparecido en todo el Tour pasado hizo 5º en Alpe D´Huez y3º en la crono final. Y que vuelve a repetir niveles. Tras un Giro donde el techo parecía estar en pelear un hueco honorable en el top 10 y desde el anonimato. Pero un Vacansoleil no puede irse de un Giro de Italia sin intentarlo ni un solo día. Se fue en Mortirolo con ayuda de su compañero Carrara, después contactarían Cunego y Nieve, este con Ion Izagirre soberbio.

Hicieron camino para llegar a Stelvio con renta para jugarse la etapa y pelear (tiene delito) la carrera. Pero así es el ciclismo de hoy en día, donde si no hay gregarios no saben que hacer los grandes favoritos. Y se quedaron mirando, los unos a los otros. Esperando la única colaboración (y menos mal que pasaba por ahí) de Vandevelder. Liquigas no hizo trabajar a Caruso, lógico, ya que Basso, gris oscuro casi negro en todo el Giro, no andaba fino y ya era inútil hacer trabajar un día más como un esclavo a un gregario suyo.

Finalmente la carrera se rompió lo justo y necesario. Se venía hablando de que la carrera estaría en los dos últimos días de montaña, con auténticos etapones. Basso llegó a decir que quien ganara en Alpe di Pampeago (o fuera segundo a  rueda del ganador) se llevaría el Giro. No iba mal encaminado, ese día ganó un Kreuziger resucitado con ataque lejano, sin importar para la General, y detrás de él llegaría Hesjedal.

Basso acertó en eso, pero no en como competir el Giro. Puede que no de más de sí. Por primera vez desde 1995 Italia se queda sin ningún representante en el podio del Giro de Italia. Era lo justo. Los dos máximos favoritos en la lista, los dos últimos ganadores: Basso y Scarponi, los capos de las dos potencias italianas, y que habían racaneado y racaneado, posiblemente esperando a las últimas dos etapas.

Se fue hasta entonces al ritmo de Liquigas, cada día más duro, cada día más dramático para algunos. Y tras lo visot en Giau el miércoles antes de terminar la carrera, Basso imponía respeto. Sin embargo el viernes, camino de Alpe di Pampeago naufragó su equipo, y con él, el capitán. El ritmo lo marcó Agnoli porque ni Szmyd ni Capecchi dieron el nivel de otros días. No solo no se endureció suficiente la carrera, si no que Basso perdió cualquier esperanza de ganar el Giro.

Y ahí, en las rampas de Alpe di Pampeago llegó el primer ataque de Scarponi e ntodo el Giro. A unos 3 km´s de meta, “de lejos” como diría el Italiano una vez llegado a la meta. Al día siguiente repitió camino de Stelvio su feroz ataque de “lejos” nuevamente a distancias parecidas. Basso no pudo hacer ni eso. Su fuerte son los ritmos constantes y a ritmo no dejó atrás a ningún favorito.

A la etapa final se jugaban tres huecos del cajón entre cuatro ciclistas. Y los italianos, fieles al Giro que hicieron, terminaron la General 4º y 5º. Queda totalmente merecido por la incapacidad de Basso y por la inoperancia de Scarponi. El invitado sorpresa, el belga De Gendt, le bastó con un ataque lejano, un movimiento táctico sensacional y unas piernas asombrosas, le bastó un día de gloria después de pasarlas canutas por llegar 8º a esa etapa, para terminar en el cajón.

En la crono final hubo dos cambios en esos puestos. El belga llegó 4º a tan solo 25 segundos de Scarponi, mientras que Hesjedal llegaba a 31 de Purito. Ni el italiano ni el catalán hicieron malas cronos. De hecho este último hizo la crono de su vida. Pero les fue insuficiente. Purito perdió por 16 segundos la maglia rosa, y Scarponi por 26 el podio.

Concluyó ayer, por lo tanto, el Giro más “light” que se recuerda, donde ni siquiera la emoción (aparente) por ver quien ganaba y quien subía al cajón fueron suficientes para salvarlo. Donde se hablaba de lo decisiva que serían las dos últimas llegadas en alto, y la realidad fue que Hesjedal ganó el Giro, quizás, mucho antes, en Cervinia.

Allí, tras haber perdido la maglia rosa, el canadiense atacó tras Nieve, a quien no tardó en dejar, y fue a por el liderato. 20 segundos en meta y maglia recuperada (la etapa la ganó Amador). Aquellos 20 segundos a la postre han sido determinantes, y es que el canadiense ha jugado siempre que tenía buenas piernas a caballo ganador y teniendo el comodín de la crono (no es cronner pero sí le viene mejor que a Purito) ha puesto la puntilla a Purito y la guinda a este Giro de Italia.

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