miércoles, 9 de mayo de 2012

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ATHLETIC, HOY ES EL DÍA

Llegó el día. El de la esperanza y la ilusión. El que todo athleticzale lleva esperando desde que Fernando Llorente enviara al fondo de la red un buen envío de Ibai Gómez. El que, esperemos, haga que la deuda que Europa mantiene con esta centenaria institución quede zanjada para siempre. El mismo día en el que toda una afición contendrá la respiración durante noventa minutos empujando con su corazón a once valientes que saldrán a dar la cara por ellos a un césped de Bucarest.

Las lágrimas de Iribar en el vestuario tras esa agónica victoria ante el Sporting de Portugal marcan el camino a seguir, son la guía de unos futbolistas concienciados, creyentes y confiados en sus posibilidades. Así como toda la afición, agoreros y optimistas, está con ellos en la que es una de las citas más importantes de este club en sus 114 años de historia. La urgencia, la necesidad y el anhelo por conseguir ese primer entorchado europeo no deben ser ninguna molestia en el devenir de los acontecimientos.

Es el Athletic un club que siempre ha estado acotumbrado a jugar finales y ganarlas. Ahí están sus 24 títulos coperos. Es por eso que a pesar de haber disputado solo una en las últimas dos décadas este evento sea tomado con naturalidad. La expectación y los nervios van unidos a una cita de este tipo pero en un equipo como este se da por hecho la competitividad y el buen hacer de los suyos en la final. No cejarán en su empeño de dar una alegría a aquellos que en buenos y malos momentos no les han dejado de lado.

Hace cinco años el Athletic vivía la tarde más importante de su vida. Los títulos pesan pero más aún lo hacía la posibilidad de caer en el pozo de la Segunda División. Se superó y paso a paso se ha ido creciendo a la par que unos futbolistas que aún siendo jóvenes se muestran en plenitud. Eso hace que el disfrutar de este año no haya sido un oasis si no el inicio de una nueva era. La era athleticzale.

Por aquellos que en 2007 sufrieron en el césped y fuera de él salen hoy once leones a morir por su camiseta. Por aquellos que nunca vieron ganar a su equipo del alma un título europeo, así como los Iribar y compañía tuvieron que sufrir la mayor de las desgracias en lo que pasó de ser un año mágico a casi trágico.

Por quienes no creían que esto fuera posible y ahora no solo creen si no que son los más convencidos de todo. Por esas doce mil almas que habrá en Rumanía. O los ocho mil de Old Trafford. Por los valientes que no abandonaron a los suyos en el gélido febrero de la Moscú que nunca cayó en la Segunda Guerra Mundial pero que sí lo hizo ante los bravos combatientes bilbaínos.

Por los que tras caer goleados en el 2009 en Mestalla pensaron que se iba ‘la oportunidad’. Por todos esos que aún no han visto a su capitán levantar un trofeo. Por todos los que en su casa, en Bucarest, en San Mamés, en el bar o ante una pantalla en cualquier lugar estén vibrando, rezando y rogando por su equipo.

Por Pichichi. Por Bata. Por Zarra, Panizo, Iriondo, Venancio y Gainza. Por el Txopo. Por Mr.Pentland. Por Txetxu Rojo. Por Koldo Agirre. Por Carmelo. Por Julen. Por ‘Etxebe’. Por los últimos campeones. Por todos los demás. Entrenadores, presidentes. Empleados. Pasados, presentes y futuros.

Y cómo no, por la afición. Alma, corazón y fuerza de una institución durante 114 años. Sufridores en silencio, acompañantes en la alegría y la tristeza. Esos que nunca dejan de lado a sus jugadores, sean estos quienes sean, mejores o peores, jueguen más o menos.

Ellos, todo y todos son el Athletic. Por eso hoy Europa debe saldar una deuda de 35 años. Por un sentimiento, una ilusión. Un sueño y un deseo. Porque el ‘Gure estiloa’ merece ya una alegría. Aupa Athletic.

4 comentarios:

Aurten bai!!! ATHLETIC!!!!

Gracias a todos por vuestros comentarios. Tocará "vengar" dos finales en el futuro.

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