La historia tiene ya un hueco merecido para Samuel Sánchez dentro de la Itzulia. El ciclista vasco logró en el Santuario de Arrate su tercer triunfo consecutivo en la mítica cima vasca. Con estos suma ya seis en la ronda por etapas donde Euskaltel-Euskadi tiene la obligación de buscar la victoria. La tarde salió bien a Euskaltel-Euskadi, el equipo trabajó para la conclusión, y Samu hizo de las suyas para vencer. Pero no fue redonda, apenas hubo diferencias en la cima, y Tony Martin asusta.
La fuga del día la componían cinco ciclistas: Veikannen (FDJ), Piedra (Caja Rural) y los “repetidores” Mucelli (Utensilnord) y Christensen (SaxoBank), además de José Herrada, del Movistar. Este último fue el más fuerte de todos, quedándose solo durante la ascensión a Ixua, donde saltarían Vicioso y Caruso, ambos de Katusha, y abrirían paso. Detrás trabajando Euskaltel, con el también dúo, en este caso de Etxarri-Aranaz: Egoi y Verdugo, a la cabeza.
La fuga quedó casi extinta en las primeras rampas de Arrate, hasta ese momento el guión previsto. A partir de ahí, la victoria de Samu fue lo único que se podía prever. Conoce el final, está en forma y le viene como anillo al dedo con su punta de velocidad y que sabe no gastar todo antes de las últimas dos curvas que deciden la etapa. Nada nuevo bajo el sol. Excepto la compañía.
Costó que los favoritos se desmelenaran. Y si no es por la gracia divina de ese fenómeno de la naturaleza llamado Horner, que a sus 40 años quiere repetir, lo mismo aún llegaban 40 a meta a jugárselo al sprint. El americano fue el que hizo el primer amago, y el que salió en primera persona al ataque de Purito. Para ese momento un ramillete amplio de favoritos se dejaba ver pero sin escandalizar, mucha gente junta, y apenas 5 kilómetros para la llegada, de los cuales los dos últimos eran en descenso.
Fue cuando Purito y Horner se pusieron serios cuando eso saltó. El único que fue a por ellos fue Samu, como acostumbra, de menos a más. Intentó seguir la estela del líder de Euskaltel-Euskadi el colombiano Henao, pero terminaría cediendo y resguardándose en el grupo trasero, donde el haber dos hombres de Lampre favorecía a que el grupo recortara tiempo. Delante no fueron a tope, pensaron posiblemente más en la etapa (al menos Samuel y Purito) que en la General, donde el catalán sabe que tiene pocas opciones por su escasa capacidad contra el crono.
Por detrás apareció entre un grupo de seis escogidos una sopresa: Tony Martin. El año pasado llegó a la Itzulia tras ganar París Niza, y su rendimiento en la ronda vasca fue decepcionante. Este año tras pasar desapercibido toda la temporada ha llegado fuerte y siendo el mejor contrarrelojista del mundo, postulaba para la vacante de ganador de la Itzulia de este año.
De hecho fue el propio Martin quien hizo un esfuerzo para casi contactar con el trío de cabeza, donde a pesar de marcar el ritmo tres escaladores que tenían fuerza, no gastaban todo. Atrás los dos hombres de Lampre parecían ir con lo justo, los Sky también. Tony Martin, a su ritmo, era el que casi da caza al trío, pero el relevo que le dio Henao fue tan pobre que los favoritos cogieron la ventaja suficiente en el tramo de dar pedales (el inicio del descenso), la etapa estaba delante.
Y como el guión ya estaba escrito, la etapa fue a parar, como no, a Samuel Sánchez. Por tercera ocasión venció en la cima, aunque por primera vez lo hizo coronando “destacado”, en un grupo de tres. Anteriormente venció en un grupo de 11 unidades y yendo de menos a más contactando con Valverde y Horner. Esta vez Samu sí parece estar fuerte, pero eso no basta para ganar la Itzulia, que a la postre es el objetivo al que debe aspirar el equipo sí o sí.
Esta última premisa no parece clara. Desde hace tiempo se vende la idea de intentar ganar la Itzulia, y desde el propio equipo se venden las victorias de etapa como un éxito. El éxito ya está conseguido, conquistado. Se ha ganado etapa. Ahora hay un día de montaña donde el equipo tiene que ponerse el mono de trabajo, y Samuel, para ganar esta Itzulia. Son muchos años esperando la afición, y al menos se debe intentar.
No basta con ver mañana un sprint de 1 kilómetro. Tony Martin ha postulado y se sabe de lo peligroso que es Horner. La crono de Oñati dictará sentencia, lo avisa Samu, que parece tener ese as bajo manga. Ha reconocido el terreno y es una crono que no le iría nada mal. Pero una cosa es vencer a un cuarentón que puede tener su día o no (perdió en la crono final la Tirreno Adriático), y otra distinta pretender vencer a Tony Martin llegando con 12 segundos de ventaja a la crono final.
La cima de Ibardin servirá para hacer algo mayores las diferencias (aunque sea para separar a los ciclistas entre ellos) y poder saber si en la crono habrá 20 aspirantes, o la cosa se habrá cribado más. El resultado, entre las 17 y las 17.30 de esta tarde.
La fuga del día la componían cinco ciclistas: Veikannen (FDJ), Piedra (Caja Rural) y los “repetidores” Mucelli (Utensilnord) y Christensen (SaxoBank), además de José Herrada, del Movistar. Este último fue el más fuerte de todos, quedándose solo durante la ascensión a Ixua, donde saltarían Vicioso y Caruso, ambos de Katusha, y abrirían paso. Detrás trabajando Euskaltel, con el también dúo, en este caso de Etxarri-Aranaz: Egoi y Verdugo, a la cabeza.
La fuga quedó casi extinta en las primeras rampas de Arrate, hasta ese momento el guión previsto. A partir de ahí, la victoria de Samu fue lo único que se podía prever. Conoce el final, está en forma y le viene como anillo al dedo con su punta de velocidad y que sabe no gastar todo antes de las últimas dos curvas que deciden la etapa. Nada nuevo bajo el sol. Excepto la compañía.
Costó que los favoritos se desmelenaran. Y si no es por la gracia divina de ese fenómeno de la naturaleza llamado Horner, que a sus 40 años quiere repetir, lo mismo aún llegaban 40 a meta a jugárselo al sprint. El americano fue el que hizo el primer amago, y el que salió en primera persona al ataque de Purito. Para ese momento un ramillete amplio de favoritos se dejaba ver pero sin escandalizar, mucha gente junta, y apenas 5 kilómetros para la llegada, de los cuales los dos últimos eran en descenso.
Fue cuando Purito y Horner se pusieron serios cuando eso saltó. El único que fue a por ellos fue Samu, como acostumbra, de menos a más. Intentó seguir la estela del líder de Euskaltel-Euskadi el colombiano Henao, pero terminaría cediendo y resguardándose en el grupo trasero, donde el haber dos hombres de Lampre favorecía a que el grupo recortara tiempo. Delante no fueron a tope, pensaron posiblemente más en la etapa (al menos Samuel y Purito) que en la General, donde el catalán sabe que tiene pocas opciones por su escasa capacidad contra el crono.Por detrás apareció entre un grupo de seis escogidos una sopresa: Tony Martin. El año pasado llegó a la Itzulia tras ganar París Niza, y su rendimiento en la ronda vasca fue decepcionante. Este año tras pasar desapercibido toda la temporada ha llegado fuerte y siendo el mejor contrarrelojista del mundo, postulaba para la vacante de ganador de la Itzulia de este año.
De hecho fue el propio Martin quien hizo un esfuerzo para casi contactar con el trío de cabeza, donde a pesar de marcar el ritmo tres escaladores que tenían fuerza, no gastaban todo. Atrás los dos hombres de Lampre parecían ir con lo justo, los Sky también. Tony Martin, a su ritmo, era el que casi da caza al trío, pero el relevo que le dio Henao fue tan pobre que los favoritos cogieron la ventaja suficiente en el tramo de dar pedales (el inicio del descenso), la etapa estaba delante.
Y como el guión ya estaba escrito, la etapa fue a parar, como no, a Samuel Sánchez. Por tercera ocasión venció en la cima, aunque por primera vez lo hizo coronando “destacado”, en un grupo de tres. Anteriormente venció en un grupo de 11 unidades y yendo de menos a más contactando con Valverde y Horner. Esta vez Samu sí parece estar fuerte, pero eso no basta para ganar la Itzulia, que a la postre es el objetivo al que debe aspirar el equipo sí o sí.
Esta última premisa no parece clara. Desde hace tiempo se vende la idea de intentar ganar la Itzulia, y desde el propio equipo se venden las victorias de etapa como un éxito. El éxito ya está conseguido, conquistado. Se ha ganado etapa. Ahora hay un día de montaña donde el equipo tiene que ponerse el mono de trabajo, y Samuel, para ganar esta Itzulia. Son muchos años esperando la afición, y al menos se debe intentar.
No basta con ver mañana un sprint de 1 kilómetro. Tony Martin ha postulado y se sabe de lo peligroso que es Horner. La crono de Oñati dictará sentencia, lo avisa Samu, que parece tener ese as bajo manga. Ha reconocido el terreno y es una crono que no le iría nada mal. Pero una cosa es vencer a un cuarentón que puede tener su día o no (perdió en la crono final la Tirreno Adriático), y otra distinta pretender vencer a Tony Martin llegando con 12 segundos de ventaja a la crono final.
La cima de Ibardin servirá para hacer algo mayores las diferencias (aunque sea para separar a los ciclistas entre ellos) y poder saber si en la crono habrá 20 aspirantes, o la cosa se habrá cribado más. El resultado, entre las 17 y las 17.30 de esta tarde.
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