Joaquín Rodríguez se impuso en la cuarta etapa de la Euskal herriko Itzulia y se colocó como nuevo líder de la clasificación, en una etapa que tiene poca historia, pero que al menos sirvió para separar a los favoritos en pequeñas diferencias. Lo que se vio en Ibardin fue lo que se ve últimamente demasiado en el ciclismo moderno: unipuertismo. Y si una etapa llega a un repecho final, criminal, de unos porcentajes amplios, solo hay un favorito: Purito Rodríguez. El mejor “uphill finisher” de la actualidad, con permiso de Gilbert.
El catalán se ha especializado en este tipo de muros/subidas, donde cada año suele mojar en finales del estilo. El grupo de favoritos se desgranó dentro del kilómetro final con un ataque de Poels. A ese kilómetro había llegado en cabeza de pelotón Tony Martin, aplicando la teoría de “cuanto más tarden en adelantarme menos perderé”, pero ese kilómetro se le debió hacer eterno, ya que cedió 21 segundos con el catalán.
Fue el Vacansoleil, Poels, quien rompió la carrera definitivamente, hizo la primera criba, con él Henao, toda una revelación y un nombre a seguir en el futuro. Escalador colombiano que está haciendo una gran Itzulia. Con ellos dos, los dos hombres más fuertes de la prueba, Purito y el líder de la prueba, Samuel Sánchez.
Y cuando quiso, y como quiso, atacó “Purito”, y ganó Un espectáculo para la vista, desde que salió de Caisse donde estaba a la sombra de Valverde, el catalán se ha fraguado una gran carrera con liderato. A la vista tiene el Giro de Italia, y antes las Ardenas. Si llega fresco, la Flecha Valona tiene su nombre apuntado, con un final como el de hoy, salvando distancias.
El único que amagó o tuvo fuerzas para seguirle fue Samuel Sánchez, al que se le terminaría haciendo larga la subida y cedería nueve segundos, y con él, el maillot de líder. Mal menor, Joaquín sorprendería bastante que se llevara la Itzulia en la crono. De hecho el año pasado llegó líder a la crono final de Zalla (si bien no sirve de referencia) y terminó la General en el puesto 11º.
Al líder de Euskaltel sus preocupaciones eran otras: Horner y Martin. Ambos llegaron juntos a 21 segundos. Con ello, Samu partirá (si hoy no hay novedades, que no se esperan) con una ventaja de unos 12 segundos sobre Horner y 22 sobre Tony Martin. ¿Será suficiente? En cualquier caso haber sacado renta a esos dos ciclistas es importante en busca de la General. Purito Rodríguez tiene casi medio minuto con el alemán, pero el podio (ya no ganar) también parece improbable.
De cómo marchó la etapa, poco que comentar. Con terreno y climatología para hacer la etapa bonita para el espectador, lo único reseñable fue la valentía de los fugados, como Albasini aun estando a punto de ser cazado no tiró la toalla y llegó a quedarse solo en cabeza y no ceder al empuje del pelotón hasta ser cazado a 2 kilómetros de meta. Eso y el espectáculo de Patxi Vila, atacando en la primera subida a Ibardin para irse en solitario y pasar por su Bera natal solo, recibiendo un caluroso aplauso.
Los valientes del día fueron Marcos García, que no faltaba a la cita de su equipo, Caja Rural, con las fugas (ya han cogido una cada día), Petrov (Astaná), Paterski (Liquigas) y Ulissi (Lampre) a los que se juntaron posteriormente hasta tres GreenEdge. Primero en pareja Meyer y Sulzberger y posteriormente (además del mencionado Vila) Albasini y el Saxo, Niki Sorensen, que apenas gozaron de ventaja con Euskaltel controlando detrás con colaboración de Omega Pharma-Quick Step. Eso sí, para darles caza tuvo que llegar Katusha a imponer un ritmo duro. La etapa la tenían entre ceja y ceja, y acertaron en la diana.
La etapa en general, resultó bastante pobre para el aficionado. Los últimos 60 kilómetros eran idóneos para intentar preparar algún zafarrancho, quizás no demasiado duros, pero se podía jugar tácticamente y endurecer la prueba. Pero el pelotón una vez más se dedicó a poner el piloto automático y “fumarse” la etapa. Una pena, pero esta Itzulia está resultando un tanto aburrida. En las dos etapas de montaña los favoritos no han intentado un ataque hasta tres kilómetros de la cima de Arrate, y el último de Ibardin. Cuatro kilómetros es lo que han corrido unos pocos más que otros, ciclismo moderno.
Esta tarde se disputa la etapa que termina en Oñati y en la que probablemente llegue una fuga. Apenas hay sprinters en liza y sus equipos preferirán gastar una bala en una fuga u olvidarse de las victorias de etapa antes que quemar ciclistas. Además dos equipos con sprinter como Movistar y GreenEdge ya tienen una etapa en su bolsillo. Última oportunidad para quienes aún peleen por los maillots de Montaña y Metas Volantes.
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