miércoles, 21 de marzo de 2012

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¿Y SI BIELSA NO ESTÁ TAN LOCO?

El sueño de un título llegando a Bilbao en Gabarra está más cerca que nunca. Con la clasificación para la final copera en el bolsillo, las ilusiones de la afición vizcaína llegan también hasta la Europa League y su final de Bucarest. Para los seguidores rojiblancos la esperanza por doblar final es más grande que nunca y ya hay quien busca vuelos y hoteles en la capital rumana. La locura está instalada en el ‘Botxo’ gracias a las competiciones por eliminatorias. Pero ¿y la Liga? Aparcada hasta nuevo aviso, parece.

Los éxitos y triunfos en los partidos entre semana no están recibiendo su correspondiente seguimiento en los encuentros ligueros. Los recientes duelos ante el Manchester United se saldaron con una doble victoria y las alabanzas y loas de prensa y amantes del fútbol de todo el mundo. También fueron acompañados por sendas derrotas ante Osasuna y Valencia, la última de ellas además muy dolorosa. De los últimos doce puntos en disputa los leones solo han conseguido cuatro, escaso botín si el objetivo de pelear la cuarta plaza y con ella el billete para la Champions League sigue latente.

Por tanto, ¿podemos pensar que el equipo ha centrado sus esfuerzos, principalmente mentales, en las competiciones entre semana? Poder podemos, sin duda. Observando resultados y empleo de fuerzas queda especialmente reforzado dicho pensamiento una vez comienza este 2012. ¿Es una cuestión que salga conscientemente de los jugadores o cuerpo técnico? Cuesta creerlo. Al final por aspectos diversos como la juventud e inexperiencia en este tipo de temporadas juegan un papel importante y hacen que la mente divida sus esfuerzos.

¿Existe también una cuestión física? A estas alturas de la temporada es difícil creer que no, más si cabe en un conjunto acostumbrado a disputar unos 40-42 encuentros al año y que ya ha superado con facilidad esa cifra cuando quedan dos meses y medio de temporada. Pero también hay que ver como algunos de esos jugadores no solo no van a menos con el paso de los partidos si no que su rendimiento crece según va alargándose la temporada, caso de jugadores como Markel Susaeta o un Ander Iturraspe que hasta julio de 2011 estaba condenado al ostracismo. En otros casos como el de Fernando Llorente o Ander Herrera donde sí se aprecia claramente un bajón físico, este viene dado por problemas relacionados con lesiones.

¿Hay algo más? Sin duda. Resulta que al banquillo del Athletic ha llegado esta temporada un ‘Loco’. Marcelo Bielsa es uno de esos entrenadores que crean escuela por sus métodos, maneras de entender el fútbol y también, sin duda alguna, por sus palabras. Una de las principales máximas del ex seleccionador de Chile es que ‘el halaga debilita’. En breve resumen, que a más triunfos y éxitos más complicado se hace dirigir el foco de un equipo, centrarle bien en su camino y que no se salga de la carretera.

Este puede ser otro de los aspectos que repercutan en el rendimiento liguero de los bilbaínos. Casualmente o no, una buena parte de las derrotas en el torneo de la regularidad vienen tras auténticas adulaciones y alabanzas por parte de aficionados de España y todo el globo, así como de los medios de comunicación a lo ancho y largo del planeta. La hinchada rojiblanca, así como los jugadores, deben sentirse orgullos de ver el reconocimiento que su equipo recibe de manera ya habitual. Pero parece ser que sí es verdad eso de que el ‘halago debilita’ que preconiza Bielsa.

Hagamos un somero repaso a las derrotas de los leones. 27 de noviembre de 2011, el Granada, un recién ascendido, llega a San Mamés y se lleva la victoria ante unos jugadores que habían sido enormemente agasajados con buenas palabras de los expertos tras dos exhibiciones precedentes ante Barcelona y Sevilla. Se cortaba así una racha de once encuentros sin conocer la derrota y ante el rival más inesperado.

Dos meses tuvieron que pasar para que el Athletic volviera a llevarse el amargo sabor de la derrota a la boca. Santiago Bernabéu, 22 de enero de este año. Enfrente un Real Madrid dictatorial. Los rojiblancos y el buen juego que desplegaban gracias al técnico argentino habían sido principal tema de discusión en los diferentes foros que siguen al conjunto capitalino. Prensa, radio y televisión, no había lugar donde no se hiciera hincapié en que el club blanco se enfrentaba a un gran equipo. ¿Resultado? Derrota contundente tras una gran primera mitad.

Siguiente parada, Benito Villamarín, Sevilla. En una noche de sábado los leones visitaban a un Betis que ya se había llevado los puntos de San Mamés en la primera vuelta. Mal partido rojiblanco y otros tres puntos que vuelan del casillero. Esa semana los leones fueron alabados por su afición tras conseguir cómodamente el pase a la final de Copa.

Los últimos dos casos nos llevan a la eliminatoria más cercana, la reciente ante el Manchester United. Partido de ida, exhibición en Old Trafford. Siguiente domingo, viaje a Pamplona y derrota ante un Osasuna que supo poner en apuros a los de Bielsa. Jueves, San Mamés, Bilbao instalado en una locura y fiebre rojiblanca que casi excede toda previsión. Victoria y nueva exhibición ante uno de los grandes del mundo. Domingo, de nuevo en casa pero la historia de otras ocasiones se repite. El Valencia de Emery vence en el ‘Botxo’ y tres puntos vitales en la pelea por la Champions League se van a la ciudad del Turia.

Por tanto, ¿a qué se debe el bajón rojiblanco en Liga? Sin duda a muchos factores. Juventud e inexperiencia del bloque, un calendario cargado de partidos que provoca un mayor desgaste físico, cansancio mental debido a semejante cantidad de partidos y la tensión que estos generan por si mismos.... y podemos decir sin temor a equivocarnos que el éxito debilita. Al menos lo hace en un conjunto no muy acostumbrado a ser centro de atención en España, Europa y el mundo. Unos chavales que, sin quererlo ni beberlo, creen a pies juntillas en el ideario de un entrenador que les ha puesto en boca de todos y que les hace soñar con cumplir sus ilusiones y las de todos los ‘Athleticzales’.

Es complicado realizar un análisis que acierte de pleno en las razones de por qué los bilbaínos han bajado una marcha su rendimiento en la competición doméstica. Pero motivos para pensar que así ha sido los hay. Eso sí, en vista de los números para finalizar repetiré una vez más una de las máximas del técnico rosarino. “El halago debilita”. Marcelo, amigo, no estás tan loco.

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Imágenes vía Athletic-club.net

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