Un oasis. Así hay que calificar la victoria de Fernando Alonso en el último Gran Premio de Malasia. El estado actual de la escudería del Cavallino Rampante no alimenta ni alimentaba mucho las esperanzas por conseguir triunfos. Ni siquiera por ofrecer un coche capaz de plantar cara a los equipos más potentes del campeonato, Red Bull y McLaren. Por tanto sí, el primer puesto final del asturiano es simple y llanamente un oasis para el desierto que es ahora mismo Ferrari.Para conseguir el éxito logrado debían darse tal serie de condicionantes que casi podríamos estar hablando de una carambola. Y aún así sucedieron. Lluvia, pista que tarda en secarse, buenas decisiones desde boxes, problemas muy variados entre los máximos favoritos... A todas luces una enorme suerte la que pudieron disfrutar los ‘Alonsistas’ y seguidores de la escudería italiana.
Pero aún así la victoria llegó y Alonso lidera el Mundial. No es sinónimo de nada, repetimos, pero sí un buen punto de partida para que Ferrari trabaje con una mayor alegría y decisión en pos de lograr un buen monoplaza que de al español y a su compañero Massa opciones de codearse con los principales candidatos al triunfo final.
Pero la carrera de Malasia dio para más. Por ejemplo para ver como Red Bull de momento no está al mismo nivel que en los años anteriores y que Vettel deberá sudar más si quiere repetir como campeón del mundo. También que McLaren sigue mostrando una buena línea a la par que Hamilton demuestra tener algo de mala suerte, dos poles, dos terceros puestos. En segunda línea se encuentran escuderías como Lotus, con un Kimi Raikkonen que ha despejado todas las dudas sobre su regreso, o Sauber. Porque sí, parece que la escudería a la que da nombre Peter Sauber por fin ha hecho las cosas de manera correcta.
Y con un buen coche, cuanto menos aceptable y capaz de dar un susto en determinados momentos de las carreras, más un buen piloto llegan los resultados. Sergio ‘Checo’ Pérez exprimió al máximo su monoplaza en Malasia y consiguió subir al segundo cajón del podio. Los mismos condicionantes que favorecieron a Alonso también ayudaron al mexicano con la salvedad de que este último se mostró muy capaz de superar al piloto asturiano. De no haber sido por un par de errores en su conducción, con especial recuerdo a la salida de pista cuando más apretaba al español, quién sabe lo que hubiera pasado.
Las sensaciones que deja Malasia son muy buenas. Una carrera loca, con idas y venidas, parones y salidas. Adelantamientos por aquí, choques por allá. Incluso HRT consiguió terminar con sus dos pilotos. Diversión para el aficionado. Esto no siempre será así pero es de agradecer que en la segunda carrera del campeonato ya se pueda disfrutar de un buen espectáculo para el aficionado medio. Ahora quince días para retocar y ajustar lo que falla hasta el momento para alguno y para dar una vuelta de tuerca casi completa al coche para otros. A partir del 13 de abril China juzgará los progresos realizados por parte de los equipos y pilotos.
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Imagen vía noticiasmontreal.com
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