Llega un nuevo derby y el Athletic lo hace con la mente en otra parte, concretamente en Old Trafford. Si bien los jugadores del conjunto rojiblanco estarán cien por cien concentrados en lo que mañana les llega a San Mamés, entre la masa social bilbaína parece que el duelo ante los donostiarras está pasando un poco de puntillas. Por suerte para los leones en el banquillo cuentan con un entrenador como Marcelo Bielsa, experto en el aspecto motivacional y psicológico y que no permitirá la relajación en ninguno de sus pupilos de cara al encuentro de mañana.En lo deportivo los locales llegan sin bajas relevantes y solo Iturraspe será el único de los habituales que no será de la partido por haber llegado al segundo ciclo de tarjetas amarillas. Su puesto parece que será cubierto por Javi Martínez en la contención e inicio de creación mientras que San José tiene todos los boletos para ser de la partida en esa demarcación que deja libre el de Aiegi.
El juego de los de Bielsa no necesita presentación. Plantearán un partido en el que desde el inicio saldrán a por todas, intentando dominar en todos los aspectos del juego y principalmente con el objetivo de hacerlo desde el balón. El cuero es el bien más preciado del fútbol y el técnico argentino desea cuidarlo y mimarlo desde el primer minuto hasta el último. Sus mandamientos comienzan por ahí. En la Liga BBVA el juego de los rojiblancos es ya bien conocido por sus rivales y los hay que buscan torpedearlo con diferentes estrategias que, con éxito o no, intentan frenar la velocidad del juego de transición de los bilbaínos o la salida desde el planteamiento estático.
En ambos casos se muestra especialmente relevante el centro del campo de los locales. Si bien Bielsa pide a los suyos que busquen y encuentren las bandas de manera insistente todo nace desde el trío de jugadores que suelen ocupar las posiciones centrales. Si esta zona se congestiona o sufre para combinar con comodidad los leones pierden mucha de su fuerza ofensiva. Siempre queda la opción de los balones largos que han aprendido a usar con cuentagotas pero en los momentos adecuados o de mayor presión rival. Fernando Llorente es en ese juego un seguro de vida.
Siguiendo con la fase ofensiva los bilbaínos empiezan a necesitar la vuelta del mejor Muniain, aquel que deslumbró en el inicio de la temporada. Quién sabe si por motivos físicos o de qué índole serán pero el de la Chantrea no es el mismo. Aún así lo positivo para los suyos es que sigue contando con las armas y las habilidades necesarias para aún sin estar en su mejor momento ser capaz de desequilibrar cualquier duelo. Su par sufrirá para frenarle como tenga el día enchufado. En el otro lado Susaeta requerirá de los apoyos constantes de Iraola. El extremo eibartarra es un futbolista irregular y la ayuda de su lateral se muestra indispensable si quiere hacer daño de manera habitual en su lado.
En lo defensivo llegan los mayores problemas rojiblancos. En demasiadas ocasiones el equipo de Bielsa se rompe en dos, quedando una isla que llega a ser de solo tres jugadores (centrales y medio centro más retrasado) como únicos exponentes a la hora de frenar las acometidas rivales. Si los bilbaínos hacen daño con sus rápidas transiciones, lo mismo se puede decir de sus rivales. Tiene trabajo el argentino por ahí aunque es de esperar que las prestaciones defensivas de Javi Martínez, muy superiores a las de Iturraspe, sean suficiente para mejorar en esa faceta.
El hecho de que el equipo llegue a romperse viene dado por su juego ofensivo y sobre todo por uno de los principales axiomas del técnico rosarino: la presión extenuante desde el mismo instante en que se pierde la pelota. En eso los leones son un conjunto disciplinado y que puede llegar a crear muchos problemas a la Real Sociedad si estos no tienen las ideas claras y consiguen combinar rápidamente.
Por lo demás, en lo estadístico encontramos a un Athletic peleando con varios equipos por esa cuarta plaza que otorga un pase a la previa de la Champions League. No será fácil si mantienen la irregularidad y especialmente la mala costumbre de perder puntos en tiempos de descuento o dejándose remontar de mala manera. Pero claro, con la mente puesta en tres frentes (final de Copa, Europa League y ese sueño convertido en realidad del ‘Teatro de los Sueños’ y la Liga BBVA) puede resultar complicado para un equipo joven como este mantener la concentración y los cinco sentidos a tope durante toda la temporada.
Si acaso no es este el aspecto que mas hace temer a sus aficionados. Desde noviembre viene hablándose en Bilbao de la posible merma física que ha sufrido/sufre/sufrirá el equipo. Nadie se aclara si estuvieron, están o estarán con problemas en lo físico. La chispa, ese extra que decide acciones individuales, puede haberse visto minimizado en momentos puntuales de la temporada y nunca de manera global, siempre en casos puntuales de uno o dos futbolistas. De momento el cuerpo técnico está mostrándose muy capaz a la hora de mantener la frescura y conseguir el cien por cien de los suyos compitiendo en esos tres frentes que decíamos, con ya 40 partidos disputados.
Para mañana en San Mamés que nadie espere rarezas por tanto. El Athletic saldrá a mandar y dominar no solo porque sea un derby y en su campo, si no porque lo hace siempre. Es su forma de ser. No saben hacerlo de otra forma. Y una victoria ante la Real alejará aún más a estos de las posiciones europeas, algo que vista la igualdad liguera puede ser importante a estas alturas para frenar posibles ambiciones.
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Imagen vía laprensa.hn
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