El británico Bradley Wiggins no falló en la París Niza y terminó alzándose como ganador de la ronda francesa. El ciclista de Sky no desaprovechó el regalo de la organización, que un año más dejó a los contrarrelojistas toda la ventaja del mundo, y subió dos posiciones más en el cajón en el que estuvo el año pasado como Terceno de la General.
El año pasado se llevó la general Tony Martin. Una crono eterna y poca dureza para un alemán que se preparó a conciencia. También lo hizo Wiggins que terminó tercero y que fue superado por el alemán Andreas Kloden, el que mejor escaló de los tres, con victoria de etapa incluida, pero que en la crono no estuvo a la altura de sus rivales.
Este año el recorrido era aún menos prometedor, Mendé y una cronoescalada final eran los puntos fuertes. Escasos para toda una París Niza que resultó descafeinada. Cada año va a peor una de las pruebas con más historia y prestigio, que se está dejando comer la tostada por la Tirreno Adriático. La ronda italiana se lleva a los que quieren aspirar a San Remo, a los mejores escaladores en forma (gracias a las etapas de montaña) y a los mejores sprinters (en Niza los sprints picaban para arriba).
El prólogo sirvió de apetito para deparar un primer líder de la prueba, Larsson. Especialista contra el crono que defiende los intereses del mejor equipo de la ronda, el Vacansoleil holandés, que está que se sale. Wiggins era segundo y no tardaría más que un día en vestirse de líder. Lo hizo en un día marcado por los abanicos. Un corte importante que dejó una veintena de ciclistas por delante descartaba la carrera de unos cuantos, cribaba la prueba. Le quitaba mucha emoción.
Wiggins se vestía de líder el día en que ganaba el belga Boonen. Segundo, adivinen quién, Rojas, experto en rematar al palo numerosas veces. La etapa que les fue esquiva a Movistar no tardaría en llegar. A la jornada siguiente, con final en Le Lac de Vassivière. Un final para Valverde, que no desaprovechó, venciendo a Gerrans. Misma víctima que tuvo en Australia, aunque entonces el aussie le venció en la general por el puestómetro.
Al día siguiente, un final de las mismas características encumbraba a Meersman. Fuego de artificio para la general, que seguía tal y como el prólogo, el viento y las bonificaciones había dejado. Se llegaba a Mendé, única etapa de montaña de la ronda, un esfuerzo duro, pero corto, excesivamente corto para una prueba del nivel de la París Niza.
Y saltó la sorpresa en la etapa Reina. Un Vacansoleil: Lieuwe Westra, coronaba primero, celebrando la victoria, sin importarle que podía coger el liderato, que mantenía Wiggins merced al buen trabajo de Porte y Urán, y de su buen hacer en el kilómetro final, sin ponerse nervioso, regulando, a su ritmo. Valverde y el resto de ciclistas importantes, bastante tenían con aguantarle el ritmo.
Era la segunda de las tres etapas para Vacansoleil. La siguiente estaría en Niza. Un día después de que Luisle Sánchez se estrenara en la presente temporada. La clásica etapa con final en Niza suele ser emocionante, si bien es estéril en la General desde que las cronos son largas o determinantes, más de lo debido para una prueba de una semana. Thomas De Gendt se alzaría con dicha etapa donde el pelotón no quiso ni disputar, donde el holandés y el estonio Taaramae protagonizaron la fuga del día, y donde el más fuerte se llevó el gato al agua.
Los que peleaban la general no quisieron saber nada hasta que el destino en forma de pinchazo, y de “viveza” favoreció al Movistar y destrozó las opciones de Leipheimer. El ciclista, que tenía el podio al alcance de su mano (era tercero a apenas 10 segundos de Wiggins) sufrió un pinchazo. Movistar tiró, y obligó a Omega Pharma Quick Step a tirar por detrás. Una desgraciada caída propició el resto. Levi perdió tiempo suficiente para borrarse de los primeros puestos de la General, y dejar a Valverde el podio a tiro.
La cronoescalada a Col d´Ezé tenía a Wiggins como máximo favorito. Una renta escasa de seis segundos, ante un ciclista que era toda una sorpresa como Westra. El británico se apuntó la etapa, pero con tan sólo dos segundos sobre el holandés. Fue lo único destacable de la ronda, que de lo malo malo, tuvo emoción hasta el último metro. Valverde, por su parte, mantuvo la tercera plaza, pero sufriendo ante Simon Spilak.
Wiggins se apunta así la primera gran prueba del año, sumada a la Volta Algarve, donde venció la crono y la general. El año pasado fue 3º en Niza, ganó Dauphiné antes de vestir de amarillo y subir al cajón en la Vuelta. Este año apunta muy alto, al Tour, donde rozó el podio en 2009, y donde este año, visto el recorrido, con 100 km´s contra el crono y apenas dos llegadas en alto, parece hecho como anillo al dedo cuanto menos para que el británico suba al cajón. Si es que sus fuerzas y nivel (espectacular) no le llevan a un lugar mejor.
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