domingo, 18 de marzo de 2012

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SAN REMO ES AUSSIE

Cancellara, Ciclismo, Clásica, Gerrans, Milán San Remo

Hace apenas un año, el australiano Matthew Goss se convertía en el primer no europeo en ganar la Milán San Remo. Un año después, es otro compatriota (y ahora compañero de equipo) quien se ha adjudicado el primer monumento del año. Se trata de Simon Gerrans, que logra así su mayor éxito en su carrera, y colocarse líder del Pro Tour.

La clásica comenzó con una fuga consentida para lucimiento de los presentes. La representación naranja corrió por parte de Juanjo Oroz. Junto al navarro, ciclistas en busca de unos minutos de televisión más allá de conseguir algo, cuando este tipo de pruebas rara vez se deciden desde lejos. El chino Cheng Ji, Juan Pablo Suárez, Dimitri Guzdev, Angelo Pagani, Stake Laengen, De Negri, Morkov y Berdos formaron junto al de Euskaltel la fuga del día. Nombres poco conocidos, unos cuantos de ellos de parte de los equipos invitados.

Para cuando fueron cazados ya se sabía de uno de los favoritos que no disputaría. Mark Cavendish. El británico no podía seguir para arriba el ritmo del pelotón. Lejos del nivel mostrado hace tres temporadas, donde sorprendió subiendo el Poggio en el pelotón y ganando. Los rivales le temen al sprint y le conocen. El objetivo de todos los equipos era eliminarle. No fue excesivamente difícil hacerlo.

El siguiente favorito que se caería de la lista fue Gilbert. El belga sufrió una caída en la Cippresa. Una pena no saber su verdadero nivel tras una Tirreno Adriático discreta. En la ascensión a dicha subida, el siempre combativo Hoogerland y el vasco Patxi Vila lanzaron sus intentos. El grupo quedó cribado, entre la caída y la dureza de la ascensión. Apenas 40 ciclistas pasaron el corte, camino del Poggio di San Remo.

Ahí saltó Agnoli, por parte de Liquigas, con el objetivo, muy posiblemente, de que atrás cogieran el toro por los cuernos otro equipos, y librar a Liquigas de hacer dura la subida, con sus dos bazas en la recámara. Estaba cantado, anunciado por megafonía: Nibali en el Poggio y Sagan al sprint. Tener dos bazas siempre es bueno, pero no lo fue ayer, cuando posiblemente el ciclista más fuerte/rápido del equipo lo tenías en tus filas.

Una vez cazados los dos aventureros saltó el de siempre, fiel a su cita: Hoogerland. Tras su criba, apareció en escena Nibali. El tiburón, con el objetivo más que difícil de romper la carrera en el Poggio. El la rompió, pero ¿quién daría continuidad? A su rueda, Gerrans, que parece ganarse una fama de ciclista remolón y de no dar muchos relevos (en el recuerdo está Egoi y la famosa etapa que le “birló” en el Tour; el ciclismo es para gente viva).

Cancellara, Ciclismo, Clásica, Gerrans, Milán San RemoNibali había hecho un pequeño hueco, pero por ahí apareció, emergiendo del pelotón y sorprendiendo, Cancellara. Podía esperarse su ataque en el descenso, o en los kilómetros finales de llano en las calles de San Remo. Lo que nadie pensaba es que fuera a atacar en plena ascensión. El suizo demostró una vez más de qué materia está hecho. Se mostró como el más fuerte de la prueba. Pero ya saben, como en todos los deportes, si eres más fuerte, el resto actúan a la defensiva.

Y en esas se fueron los tres. El trenecito de Berna cual locomotora, Gerrans de vagón de pasajeros y Nibali de vagón de cola. El italiano había gastado su cartucho, no podía colaborar siendo inferior al sprint a sus rivales, y teniendo por detrás a Sagan. Pero tampoco es que su cara ni sus piernas (casi pierde contacto en el inicio de la bajada) parecieran ir por el buen camino. Por detrás, Katusha trabajaba para Freire, en la que pudiera ser su última San Remo.

Por delante, lo que arriba eran 6 segundos: Nada. Fácil de pillar. Abajo ya eran 14. Y no es porque delante los tres fugados colaboraran alegremente. Tan sólo uno se comió toda la bajada (Además del final de la ascensión) y gran parte del llano. Cancellara pidió relevos, no lo había hecho hasta entonces, a dos de meta. Había esperado a ese momento porque era lo mejor. Nadie pondrá en duda que si no es por su ímpetu, sus ganas y su fuerza esos tres no hubieran llegado a ese punto.

Gerrans, más por hacer el paripé o por sentirse aludido, colaboró. No así Nibali: Lógico, detrás venía la bala del equipo. Pero tan sólo Oss podía colaborar con el eslovaco Sagan. Así que tocaba esperar que el Trenno de Freire diera caza a los escapados. No lo consiguieron. Estuvieron cerca, pero más porque Cancellara frenó el ritmo con vistas al sprint, que porque atrás fueran más rápidos (a relevos) que Espartaco.

El desenlace al sprint fue el previsible. Gerrans, ciclista rápido que este año ha dado al palo dos veces ante Valverde, se alzó con el triunfo que se mereció más por fuerzas Cancellara. El suizo gastó muchas en hacer la brecha, y se pagó caro. Pero era su apuesta, de esperar al grupo, ni él ni Gerrans hubieran tenido opciones reales. Ni mucho menos Nibali del podio.

Cancellara solo pudo ser segundo, con un Nibali que ni pudo amagar con sprintar, fundido. Detrás Sagan batía a todos sus rivales al sprint. No es lo mismo sprintar por ser cuarto que primero, dirán algunos. Pero la realidad es que el nivel mostrado por Sagan durante la semana en la Tirreno Adriático, y la fuerza con la que sprintó, dejan bastante a las claras, que de no ser por la existencia de Nibali (líder italiano de una escuadra italiana en una prueba italiana), hubiera podido ser el vencedor de la prueba de haber trabajado el equipo para él.

La duda queda abierta. Pero el eslovaco, si bien no subió ni al podio asusta a muchos. El año que viene, muy posiblemente, Liquigas tenga claro que al tiburón se le acabaron las oportunidades, hay una estrella emergente capaz de llevarse la prueba. Quinto quedó otro ciclista llamado a marcar una época, que por causas del destino (abandono de HTC) ha buscado acomodo fuera del Pro Tour. El joven Degenkolb fue 5º en su segundo año en estos niveles, en una prueba de 300 kilómetros. Asustan.

Por su parte, Simon Gerrans sucede a su compañero de equipo Goss (Que llegaría 15º a meta, en un segundo grupo), y se convierte en el segundo australiano en conseguir la prueba. Además, el de Green Edge se coloca como líder del Pro Tour, tras haber ganado la prueba de su tierra, el Tour Down under, donde cedió en la etapa reina ante el recuperado Valverde.


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