En el fútbol moderno las rotaciones se han convertido en algo común, cotidiano en todos los equipos. Las realizan incluso equipos que apenas disputan cuarenta encuentros al año. Expertos en preparación física tienen todo tipo de teorías, desde las que afirman que a partir de los tres mil minutos el rendimiento de un futbolista decae hasta las que dicen casi lo contrario. Otros hablan de rotaciones no por una cuestión física si no por tener al mayor número de jugadores posible ‘enchufados’, esto es, metidos en dinámica de grupo y de fútbol.En el caso del Athletic directamente no existen. El once titular es conocido de carrerilla por los aficionados, a imagen y semejanza de como ocurría décadas atrás. Para más inri los suplentes pueden resumirse en tres complementos, uno por puesto. Hablaba la semana en esta misma web sobre el supuesto bajón físico que parecía acusar al equipo. Para reflexionar sobre ello más seriamente uno debe mirar más allá de uno o dos partidos concretos. Porque si hace siete días este parecía ser el principal mal del equipo, tras los 90 minutos ante el Sporting del pasado domingo el conjunto rojiblanco no solo ofreció un buen tono físico si no que sus problemas vinieron por otro lado, la falta de acierto en la finalización.
La definición es otra cuestión de la que se puede hablar largo y tendido y seguro lo haremos en próximas fechas. Pero centrémonos en lo físico. Es cierto que hay futbolistas dentro del once tipo del equipo bilbaíno que parecen haber perdido la chispa que mostraron en los meses que iban de octubre a enero. Entre ellos destaca Iker Muniain. No por que su nivel físico sea alarmante por lo bajo si no porque por su tipo de fútbol, de constantes arrancadas, hace que salte más a la vista. Y aún así ha conseguido seguir siendo importante y destacar en diversos momentos de casi todos los partidos. Otros como Jon Aurtenetxe también dejan la sensación de ir un poco a menos.
En el lado de los que parecen mantener el mismo nivel de juego y de físico se encuentran los centrales, Fernando Amorebieta y Javi Martínez. A ellos se les une un Óscar de Marcos que parece infatigable a pesar de los mareos que le generan los constantes cambios de posición que le llega a realizar Marcelo Bielsa. El caso contrario lo encontramos en los jugadores que van a más con el paso de la temporada. Futbolistas como un Markel Susaeta en su mejor momento desde que es miembro de la primera plantilla o un Andoni Iraola que no sabe lo que es descansar desde que debutó en el primer equipo. Otro es Ander Iturraspe. El de Abadiño ha pasado de mostrarse intrascendente incluso en algunos brillantes momentos del equipo durante la primera vuelta para ser ahora patrón del juego del Athletic. No desentona en las malas tardes y en las importantes es uno de los más relevantes.
Y eso a pesar de haber disputado ya la friolera de 46 partidos, todos ellos como titular. Solo no ha sido de la partida en dos ocasiones, ambas por cumplir sanción. Iraola ha disputado 44 encuentros y Markel Susaeta es el único con el honor de haber disputado todos los partidos, aunque cuatro partiendo desde el banco. Cuarenta y ocho encuentros llevan las piernas del extremo eibarrés. Más que nadie. Y en la relación de minutos disputados solo se encuentra por detrás de Muniain (3841), líder en este apartado, y precisamente el lateral diestro de Usurbil (3731). ‘Susa’ suma ya 3721 minutos, un 86% del tiempo lo ha pasado sobre el verde. ¿Lo está acusando? No lo parece.El caso de Fernando Llorente y Ander Herrera es diametralmente opuesto al del resto de sus compañeros. Ambos han pasado y sufren problemas de lesiones que no terminan de remitir. Han necesitado frenar o cuanto menos recibir un mayor descanso que el resto de ocupantes del once titular. Son quienes menos minutos han disputado y aún así solo el ex del Zaragoza no llega a los 3000 minutos entre las tres competiciones que afrontan los leones. Llorente superó ese umbral el domingo ante el equipo que entrena Javier Clemente.
De los once titulares solo estos dos últimos y Amorebieta no alcanzan el 80% de los minutos totales jugado. 66% para Herrera, 70% para Llorente y 75% para el internacional venezolano. Y en ningún caso el descanso les ha venido por entrar en unas rotaciones como tal son conocidas si no que han llegado por lesiones o sanciones en el caso del central.
¿Son alarmantes estos datos? No per se. Si resultan muy llamativos, especialmente por el hecho de que no tienen parangón en años precedentes. Nunca los rojiblancos estuvieron activos en tres competiciones a estas alturas de la temporada. Y cuando disputaron la última final copera en Liga se limitaron a cumplir el expediente firmando la permanencia con lo justo. Con Bielsa en el banquillo se disputará la revancha ante el Barcelona en la final del Calderón, se sueña con jugar la segunda final europea en la historia del club y se anhela un puesto entre los cuatro primeros para lograr un hueco en la Champions League. Esto último es lo complicado y donde parece que esa carga de minutos, ya sea en lo mental o en lo físico, más pesa a los jugadores.
La ausencia de un jugador número doce o en este caso de 3 o 4 jugadores número doce hace que la carga de minutaje resulte más dañina para los ojos y la opinión pública. Ningún jugador fuera del once titular ha llegado al 50% de los minutos, lo que habla a las claras de las diferencias entre unos y otros. Solo San José y Toquero pueden tomarse como refrescos habituales con tiempo suficiente para dar descanso a sus compañeros. Íñigo Pérez da la sensación de ser el tercero en discordia y en cuanto a estadística lo es pero muy lejos de los otros dos. El fino centrocampista zurdo solo ha jugado un 25% de los minutos (1067). De hecho alguien que puede recibir el calificativo de jugador residual como Borja Ekiza está a 167 minutos de los disputados por el ’17’ rojiblanco.
Que Bielsa no es amigo de realizar muchos cambios en su equipo tipo ha quedado suficientemente claro. Más si cabe cuando él propio técnico argengino recordaba que en su Newell’s campeón no realizó ninguna rotación. Pero seguro que hubiera habido minutos más repartidos si jugadores como Gurpegui o Igor hubieran estado disponibles. Al menos en el caso del primero parecía un hombre importante en sus esquemas, tanto desde el once inicial como desde el banquillo. Esa opción hubiera permitido muchas más variantes.En otras posiciones cuesta más observar recambios válidos que permitan mantener el alto nivel futbolístico del equipo. Viendo a muchos equipos de la Liga BBVA e incluso de Europa hay pocos que destaquen por realizar un fútbol tan dinámico y vistoso como el de los bilbaínos. ¿Son todos los jugadores de la primera plantilla capaces de ofrecer a su entrenador lo que este pide? Parece que no, al menos a tenor de lo visto con algunos miembros de la primera plantilla que han perdido peso respecto a otras temporadas. ¿Puede ser esto un problema del cuerpo técnico al no aprovechar sus virtudes y meterles en dinámica? ¿Tienen sustituto jugadores como Muniain o Ander Herrera? Sus características no las comparte nadie en todo el equipo. ¿Y Fernando Llorente? Imposible, si un problema grave de los leones es la definición sin el ‘Rey León’ esto se agiganta. Cada problema físico suyo se vive ya como un drama.
Es complicado realizar una reflexión que acierte de pleno con los motivos que han llevado al Athletic a conseguir un punto de los últimos doce posibles del campeonato doméstico. La carga de minutos está ahí y es un dato objetivo que ayuda a quien quiera encontrar en el físico y la falta de rotaciones el motivo de tal rendimiento. Pero no olvidemos que en años anteriores el fondo de banquillo también brillaba por su ausencia y, como diría JB Toshack, jugaban ‘los cabrones de siempre’. Y a lo largo de la temporada los picos de forma de cada futbolista han ido variando, sin que coincidan todos en un punto. Por otro lado lo mental puede suponer mucho no por una debilidad si no por un estrés competitivo, el hecho de disputar tantos encuentros en tan poco tiempo puede que unos jugadores tan jóvenes e inexpertos en este tipo de temporadas lo acusen.
Al final de temporada tocará hacer una valoración. Ahora es complicado. ¿Cansancio? ¿Fatiga? ¿Y por qué no nos quedamos con la tarde ante el Sporting donde se falla hasta un penalty? ¿Qué vara de medir es la válida? Queda mucho y con uno o dos títulos lo que hoy es negro mañana es blanco puro. Sin nada y en tierra de nadie en liga el negro será aún más oscuro. ¿Y los grises? Eso, por desgracia, en el fútbol de hoy en día no existe.
Síguenos en Facebook y Twitter.
Imágenes vía athletic-club.net
| Tweet |
0 comentarios:
Publicar un comentario