Irlandesas tenía en la tarde de ayer un hueso duro de roer en forma de equipo de baloncesto. Grupo Marsol, segundo clasificado del Grupo B de Liga Femenina 2, viene dando muestras sobradas de su fiabilidad tanto fuera como en casa. El competir en la cancha leioarra no suponía un gran esfuerzo para ellas, más allá del viaje que les obligaba a llegar desde Huelva. En cambio las de Luis Ledesma debían hacer muchas cosas y todas bien si querían tener opciones de lograr la victoria.Comenzaba la tarde algo torcida ya que a los cinco minutos de partido las visitantes vencían de manera clara, 4 a 16 era el parcial en esos instantes. Pero las de Leioa tenían bien claro que no iban a dar su brazo a torcer de buenas a primeras. Por medio de un buen juego colectivo fueron sumando poquito a poco, como las hormiguitas que van llegando al hormiguero de una en una, sin volverse locas. Así, al final del primer cuarto la ventaja se redujo hasta el 16-21 final. Señales positivas en vista de un segundo cuarto que se prometía igualado.
Y se cumplieron los pronósticos. Se mantuvo durante los minutos iniciales la intensidad en ambos equipos y eso hizo que ninguno despegara. El 18-21 con el que comenzaba el cuarto era un motivo para la esperanza a pesar de que a base de triples las de Huelva abrieran distancia. Con tenacidad y esfuerzo Irlandesas se puso a cuatro y con posesión para acercarse aún más en el marcador. Ahí llegó el principio del fin de las leioarras. Un par de malas decisiones y el acierto desde más allá de la línea de las visitantes hizo que al descanso aumentara la ventaja en dos puntos, 31-38.
El tercer cuarto mató el partido. Grupo Marsol se dedicó a enchufar un triple tras otro y el desánimo cundió en las de Luis Ledesma. Ver como haces buenas defensas, trabajas por evitar tiros cómodos y aún así el equipo rival consigue anotar se antoja duro de asimilar. El 53% de acierto de las onubenses en los lanzamientos de tres puntos marcó el devenir del encuentro. Los gestos de las locales ante cada triple bien defendido eran suficientemente elocuentes. La impotencia de ver como no puedes hacer nada ante un rival en gracia hizo que ofensivamente la aportación fuera escasa, nula por momentos. Trabajar bien atrás se traducía en triples rivales y el atasco en ataque ampliaba las diferencias. Parcial de 12-26 y partido finalizado diez minutos antes de su conclusión.
El último cuarto fue un mero trámite. El marcador final reflejó una diferencia dura, más aún tras una primera mitad en la que las leioarras mostraron ser capaces de competir de tú a tú ante uno de los gallos de la categoría. Resultó complicado para las discípulas de Luis Ledesma la defensa ante un equipo muy abierto, con cuatro jugadoras viviendo más allá de la línea de tres puntos de manera casi constante. Además la longitud de rotación de las onubenses unida a su mayor altura fue una losa que en lo físico castigó demasiado a un equipo que llegaba con varias jugadoras tocadas.
Tarde de buen baloncesto en Leioa a pesar de que se torciera y de qué manera el partido para las vizcaínas. Sin grandes alardes en lo estético pero con calidad sobre la cancha que al final es de lo que se trata. Para el conjunto local toca ya mirar para adelante y olvidar un partido que a priori se presentaba complicado. No debe ser más que una muesca en la trayectoria de un Irlandesas que viene haciendo una buena campaña. La semana que viene ante Las Rozas tendrán la oportunidad de resarcirse y seguir sumando triunfos que les permitan vivir un final de temporada holgado.
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