Por fin comenzó la Copa del Rey 2012 y lo hizo con un enfrentamiento de altura: Caja Laboral Baskonia debía refrendar su condición de favorito ante una de las sorpresas de la competición, un Lagun Aro Gipuzkoa Basket que apenas había perdido dos partidos en los últimos dos meses, motivo principal de su presencia en el torneo tras un comienzo lastrado por la mala suerte en el cara o cruz de los encuentros igualados en sus últimos instantes. El morbo de la disputa de un derby vasco entre dos aficiones con buena relación estaba servido. El espectáculo mereció la pena.Tibio inicio en las gradas con presencia casi exclusiva de los hinchas de ambos equipos euskaldunes, en el resto de pabellón se podía ver el siempre frío cemento que encoge a los jugadores a su mínima expresión. Pero donostiarras y gasteiztarras no estaban por la labor de dejar pasar la oportunidad de disfrute que siempre da la Copa. En un fin de semana donde con un mal día o un mal rato te vuelves para casa no está de más salir enchufadísimo desde el primer minuto para que si toca caer eliminado al menos hacerlo con la cabeza bien alta.
Con esas el primer cuarto estableció un dominio compartido, con ambos conjuntos dando el callo y dejando claro que ninguno tenía ganas de pasear. Menos aún si cabe los guipuzcoanos, que se encontraban experimentando sensaciones nuevas muy gratificantes. Los primeros puntos de estos en el torneo fueron obra del incombustible base bilbaíno Javi Salgado. Este pronto dejaría el protagonismo para sus compañeros. Como para un desacertado Andy Panko que antes de que finalizara el primer cuarto tenía que sentarse con dos faltas personales en su haber. Además, Mirza Teletovic comenzaba su show particular de cada noche. Malas noticias para los de Sito Alonso.
Tras los diez minutos iniciales llenos de igualdad (17-16) llegó la locura, lo inesperado. El Caja Laboral Baskonia desaparecía del mapa y eso lo aprovechaba a la perfección el novato. Estaba claro que si hay un momento para hacer sangre ese es cuando se huele en el ambiente. Y en el segundo cuarto los donostiarras olieron esa sangre en su rival. Poco a poco la ventaja en favor de estos fue aumentando sin que los baskonistas pudiesen hacer nada por frenarlo. Al fin y al cabo cuando uno no está, no está y punto. Necesita de unas armas más allá de la simple pericia y capacidad si quiere volver al partido. Jimmy Baron sacó la metralleta a pasear y castigó una y otra vez inmisericordemente el aro vitoriano.
Mientras saltaba a cancha Maciej Lampe efectuando su ansiado debut con la camiseta del Baskonia, los de Dusko Ivanovic comenzaba a sentirse impotentes ante un rival que a priori no pasaba de aspirar al papel de comparsa del primer día. Mientras los de la capital alavesa solo fueron capaces de anotar dos puntos en los seis minutos finales del cuarto, el escolta de Rhode Island escribió su propia página en el torneo. Tal fue el rendimiento del 20 donostiarra que al descanso la cenicienta ganaba de diez puntos (28-38) a un club seis veces ganador del torneo. ¿De locos? No, simple justicia tras los méritos de unos y otros en la pista.
En el descanso Ivanovic tenía un trabajo de pico y pala, ir entrando poco a poco en la mente de sus discípulos para hacerles ver que el cambio debía llegar primero en la actitud. Si esperaban ganar por nombre o historia no era el día ni el rival adecuado. Debió llegar a los suyos el montenegrino ya que las tornas cambiaron radicalmente en el tercer episodio del duelo que abría el torneo. Hombres curtidos en mil batallas capaces de aparecer desde la nada. Eso era lo que necesitaban los vitorianos. Y si uno repasa su plantilla, el nombre que sobresale es el de un argentino de 34 años de edad. Don Pablo Prigioni.
Sí, Don. Ayer siguió ganándose un hueco en el Olimpo de la ACB. En la segunda mitad dio un clinic de cómo se juega al baloncesto si uno necesita remontar un partido que se ha puesto cuesta arriba. Actitud atrás, inteligencia en el aro contrario. Si el segundo cuarto fue obra casi exclusiva de Baron dentro del buen trabajo coral del Lagun Aro, toda la segunda mitad quedó marcada con la rúbrica del base argentino. Puro espectáculo. Y si además sumamos que otros compañeros como Milko Bjelica decidieron secundar a su líder, uno más uno igual dos.
Minuto a minuto, canasta a canatas, la diferencia favorable al equipo que dirige Sito Alonso quedó en agua de borrajas y contentos con ello los baskonistas comenzaron a abrir distancia. Repetimos, la sangre se hace mejor cuando se huele. Y el Lagun Aro se fue del partido en ese tercer cuarto de la misma manera que su rival lo hizo en el segundo. Y ante iguales pérdidas de concentración o viajes mentales a la nada, diferencia favorable al Caja Laboral. ¿Por qué? Por la simple razón de que unos son unos currantes de esto, obreros del baloncesto que pelean cada balón como si fuera el último mientras que los otros cuentan con ese plus de calidad que hace que año tras año sean candidatos a todo.27-11 de parcial. De un +10 los guipuzcoanos vieron como debían afrontar el último cuarto teniendo que levantar un -6. Duro para un equipo que en el descanso se veía más dentro que fuera de las semifinales. Y en la hora de los valientes todo volvió a igualarse, como si la tarde-noche hubiera seguido un guión simétrico en el que el que más se despistase iba a salir perdedor. Aún así los donostiarras metieron el miedo en el cuerpo a sus vecinos cuando a seis minutos para el final del enfrentamiento se plantaron uno abajo en el luminoso (59-58). Todo por decidir.
Lagun Aro demostró que si debieron sudar para entrar en la Copa no iban a rendirse de buenas a primeras. Esa palabra no está escrita en ninguno de sus mandamientos. Ya lo decía Sito Alonso en la previa cuando esperaba de los suyos lucha hasta el final, ya lo demostraba el catalán cuando sonreía viendo como un triple por aquí, un tiro libre por allá, sus pupilos decían una y otra vez con su baloncesto que estaban ahí para algo más que disfrutar.
Pero no era la noche. La primera victoria copera deberá esperar. El show de Jimmy Baron quedará escrito en la historia de esta Copa 2012 pero el Caja Laboral se llevó el gato al agua. El pez grande se comió al chico una vez más pero los pezqueñines demostraron que todos deberán escupir sangre si quieren pasar por encima suyo. Eso o contar con un emperador en sus filas.
Pablo Prigioni ayer se vistió con el traje de las grandes noches. Solo le faltaba la corona de laurel. 15 puntos, 8 rebotes, 6 asistencias y 4 robos. Han leído bien. Siendo el hombre que lideró la batalla por la remontada. Como lo hacen los grandes estrategas. Eso es algo que no va en el oficio, eso simplemente se tiene o no. Si alguien escenifica mejor que nadie el ‘Carácter Baskonia’ ese es el de Río Tercero. ‘Carácter Prigioni’.
Descarga aquí KIROLMANIA Magazine (Nº 6) para leer más historias como esta. Si lo prefieres disfruta de ella online en Joomag.
Síguenos en Facebook y Twitter.
Imágenes vía acb.com
| Tweet |
0 comentarios:
Publicar un comentario