Los últimos finalistas de la NBA llevan trayectorias contrapuestas. Mientras Los Angeles Lakers iniciaron hace dos meses una escalada que les ha llevado a la segunda plaza del Oeste, los Boston Celtics han empeorado significativamente su balance hasta el punto de ceder el liderato del Este a Chicago Bulls.El All Star Game, donde se reunieron las cuatro estrellas verdes, marcó un punto de inflexión claro en la trayectoria de los entrenados por ‘Doc’ Rivers. Antes de ese fatídico día el balance marcaba un 40-14 que les situaba líderes de su Conferencia. A día de hoy 51-22. Un 11-8 desde el partido de las estrellas para definir una caída del 5% en su marcador de victorias y derrotas.
Repasando el calendario reciente de los Celtics se observa una serie de derrotas ante equipos muy inferiores: Indiana, Charlotte, New Jersey, Philadelphia y LA Clippers. Por tanto la primera reflexión que podemos sacar de este bache es que ha llegado debido a una relajación de Garnett y compañía.
Su máximo interés no es tener el mejor récord. Posiblemente con superar a Lakers, máximo favorito en el Oeste, les vale para afrontar los playoffs con garantías. Los de Massachusetts son un conjunto que se crece cuando llega lo importante. Lo hicieron en 2009 cuando plantaron cara a los a la postre finalistas (Orlando Magic) llevándoles al séptimo partido a pesar de la ausencia de su jugador más decisivo: Kevin Garnett.
También el año pasado al llegar a la final y al séptimo partido de esta tras eliminar a todos sus rivales en el Este a pesar de contar con el factor cancha en contra. Es un equipo que confía en si mismos hasta límites insospechados. Quizás, y sólo quizás, esa relajación sea ‘provocada’, como si esperasen llegar más frescos a la post-temporada.
No hay que olvidar que si exceptuamos a Rajon Rondo, el resto de jugadores importantes han pasado abiertamente la treintena. Existe la creencia de que viendo su actuación en años anteriores han decidido frenar a costa del récord en la Regular Season.
¿Hay más? Sí. La edad en algunos ha pasado más factura que en otros. Ahí está el caso de los O’neal, Shaquille y Jermaine, jugadores que debían ofrecer un plus extra en la zona y a los que se ha visto con cuentagotas. Shaq lleva sin pisar una cancha desde el 1 de febrero mientras que su tocayo de apellido no se ha dejado ver desde principio de temporada. Se les espera en playoffs pero no sé sabe en qué forma.
Y por último, recordar la locura de traspasos en la que se metió el General Manager Danny Ainge el último día, soltando hasta cinco jugadores (Perkins, Nate Robinson, Harangody, Erden y Marquis Daniels) para recibir dos (Krstic y Jeff Green) y consiguiendo dos que recién habían sido cortados (Arroyo y Murphy).
El acierto de dichos movimientos está aún por verse. Hubo y sigue habiendo voces críticas por la marcha de ‘Perks’, un jugador completamente integrado en la dinámica del equipo que acababa de superar una dura lesión y parecía entrar con buen pie en día a día. Lo que consiguieron en su posición, además, son jugadores de un corte completamente a la ‘roca’ Perkins.
Quedan sólo nueve encuentros para que los verdes cierren la temporada regular y empiecen lo que de verdad importa. Con duros partidos como San Antonio, Atlanta, Chicago o Miami por delante donde silenciar críticas y disipar dudas. En este equipo es un todo o nada, sin finales será un fracaso, sin anillo una grandísima decepción.
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