Dice la estadística que el mercado invernal no suele dar demasiados titulares. “Al carajo con ello” han debido pensar los dirigentes de los clubes europeos. La cantidad de movimientos este mes, especialmente durante la última semana, es algo que sorprende en la situación de crisis en la que nos encontramos. Más aún al ver los precios en los que se han movido algunos de esos traspasos.Mientras en España la cosa fue tranquila exceptuando al Málaga con sus cinco llegadas y al Real Madrid con el “culebrón del nueve”, en Inglaterra la temperatura subió a niveles desconocidos. En la primera quincena del mes fue la llegada de Edin Dzeko al City la que animó el mercado. Lo gordo estaba por aún por venir.
El ‘Transfer Deadline Day’ (cierre del mercado de fichajes) superó todas las expectativas. Y gracias básicamente a la decisión de Roman Abramovich de sacar la chequera a pasear y, además de a David Luiz, fichar a Fernando Torres por la nada despreciable cifra de 58 millones de euros. Dinero que el Liverpool no guardó en el banco y utilizó para hacerse con los servicios del díscolo Andy Carroll por unos exagerados 40-41 millones de euros.
La llegada del delantero de Fuenlabrada a Londres venía fraguándose en los últimos días. El español estaba cansado de la mediocridad en la que se había instalado el club de Anfield Road desde su llegada. Tres años y medio le ha durado la paciencia. La decisión de salir de Merseyside es acertada pero las formas y el momento pueden ser equivocadas.
La afición ‘red’ le había mostrado su apoyo desde el primer día y lo había convertido en uno de los suyos, un ídolo más entre los Gerrard o Carragher. Por eso se sienten traicionados por el fuenlabreño y de ahí la loca quema de sus camisetas. Seguramente esperar medio año más y salir más elegantemente hubiera cambiado por completo las formas.
Habría que ver en ese caso qué salidas le quedaban al nuevo delantero ‘blue’. Salir a cualquier equipo inglés hubiera sido visto como una afrenta también en verano. Italia está a un nivel inferior a día de hoy y en España sólo Madrid y Barcelona parecen equipos acordes a su nivel. Por tanto se puede decir que era afrenta sí o sí, España no era opción. Aquí ya entraríamos en porqué a la afición ‘red’ le cuesta entender que deportivamente están un escalón por debajo de los grandes.
A pesar del traspaso de Torres, el movimiento del día fue el de Andy Carroll. Los 35 millones de libras que desembolsó el Liverpool por el ex del Newcastle fueron la comidilla del día en el mundo del fútbol. En Inglaterra causó sorpresa e hilaridad por lo exagerado de la cifra.
Es Carroll un buen delantero, seguramente uno de los que pelearán en los próximos años por el puesto de 9 en la selección inglesa. Buen disparo, va muy bien por arriba (1,93 m. le contemplan) y no está exento de recursos técnicos. Su juventud juega a su favor (22 años) y por tanto tiene margen de mejora. Pero simple y llanamente no vale 35 millones de libras.
¿Motivos? Es precio de superclase, o cuanto menos de gran jugador y no llega a ese nivel. Jugador pagado como solución para ya y habrá que ver cómo funciona. También por su mala cabeza: peleas con compañeros, coche calcinado, peleas con su novia, borracheras..., Y habrá que ver su motivación los primeros días (aunque está lesionado) ya que él no quería salir de St. James’ Park.
Buen delantero para el futuro pero sobrepagado. Por suerte para los ‘reds’ lo acompañarán con uno que debe demostrar porqué es considerado un gran jugador: Luis Suárez. El uruguayo llega a Anfield dispuesto a comerse el mundo. Todos los jugadores necesitarán ese hambre si quieren un hueco en Europa la próxima temporada.
Imagen vía Mirror.co.uk
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