jueves, 15 de diciembre de 2011

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HISTORIAS DE UNA NBA SIN EMPEZAR

+Basket, Chris Paul, David Stern, Dwight Howard, Lamar Odom, Lockout, Los Angeles Clippers, Los Angeles Lakers, NBA, Pau GasolEl inicio oficial de la temporada en la NBA comenzó de manera frenética. De hecho ni siquiera se había dado dicho pistoletazo de salida cuando ya los rumores de movimientos de jugadores llenaban páginas web y ‘tweets’. En las horas en las que se redacta este texto el mayor culebrón hasta el momento se ha cerrado: Chris Paul será un Clipper si no se rompe el principio de acuerdo.

Hasta este momento el ajetreo ha sido continuo. En los movimientos sobre CP3 han estado involucrados muchos jugadores de bastantes equipos. El caso más sangrante y sin duda el más mediático fue el que intentaba dejar al nuevo base angelino en esa misma ciudad pero en el hermano rico, Los Angeles Lakers. Pau Gasol y Lamar Odom eran los grandes perjudicados de dicho ‘trade’.

En este caso, Paul era la chica nueva que llega a la ciudad y a la que todos quieren cortejar. Al final termina enamorándose del chico pobre que nunca ha sido reconocido por nada y al que todos dejaban de lado. Gasol era/es la amante de un interesado adinerado. Acudió a ella cuando se encontraba necesitado de cariño en un momento de su vida (1 de febrero de 2008) y a pesar de que ella le juró amor eterno, el sabía que no duraría por siempre. El detalle estriba en que ella no lo sabía. Hoy es poco menos que el patito feo de la serie, al que toca hacer un hueco porque su contrato y la audiencia así lo estipula. Odom por otro lado era la novia despechada. Harta de ser ninguneada decidió que este último reproche hacia su persona fue suficiente como para decir adiós y se fue lejos, concretamente a los brazos del alter ego de su ahora ex novio.

El traspaso que debía dar con los huesos de Gasol en unos Houston al nivel de sus peores Grizzlies no se llevó a cabo para suerte del catalán. Aún habiendo declarado que es consciente de que la NBA es un negocio, está dolido por los intentos de su hasta el momento franquicia. Odom en cambio decidió que no quería seguir donde no era del todo bienvenido y puso rumbo a Dallas. Las urgencias de Kobe Bryant por seguir logrando anillos pasaron por encima de los dos principales baluartes de los títulos de 2009 y 2010.

Gasol espera un guiño de la gerencia angelina. Alguien que le llame desde su despacho y le diga clara y abiertamente “eh, blanquito, contamos contigo y eres nuestro hombre”. Es posible que por la química del equipo esa situación termine sucediendo pero la amenaza del trade estará constantemente flotando sobre la cabeza del de Sant Boi. Ahora el objetivo de Lakers es un Dwight Howard que desea salir de Orlando tanto como Gasol quedarse en Los Angeles.

Esto es la NBA. Los jugadores no son más que simple mercancía en pos de lograr unos objetivos u otros. Desde los deportivos a los económicos. Los jugadores lo saben pero aún así llegan a sentirse dolidos por ello. En el caso del catalán debe estar agradecido a la misma NBA que él critica. Porque si sigue en California es por la dirección de la competición y los propietarios de los equipos. El traspaso dejaba a Lakers con uno de los mejores bases de la liga, con posibilidad de moverse salarialmente y sin perder mucho poderío deportivo. Y aún anhelaban a Howard.

Y fue el comisionado David Stern el que decidió echar para atrás el traspaso, como lo hizo días despues con el que iba a mandar a David West a Boston o las primeras tentativas de los Clippers para conseguir a Chris Paul. Su excusa es que dichos vetos los realiza en búsqueda de la igualdad y de que los Hornets sean atractivos para algún comprador, ya que no olvidemos que la franquicia de New Orleans está en manos de la NBA para que el equipo no salga de su ciudad actual.

Un viejo deseo de Stern es que las estrellas no siempre se decidan por los equipos de las grandes ciudades, los grandes mercados. Y que no sean los ‘megacracks’ quienes decidan su futuro de manera exclusiva. Paul quería vestir de amarillo y púrpura. Howard soñaba con ello. Visto lo visto pronto observó que debía abrir nuevos horizantes y la posibilidad de que termine inaugurando a los futuros Nets de Brooklyn crece por momentos. Pero sus movimientos ya se realizan con mucha más cautela.

Por otro lado las negociaciones del lockout han dejado a los jugadores recibiendo 300 millones de dólares menos por temporada, justo el número en el que cifran las pérdidas anuales los propietarios de los equipos. Esa ha sido la principal pelea de los últimos meses. Y la han ganado los dueños de las franquicias. Gasol y Odom fueron tratados como mercancía. Barata para los bolsillos de sus jefes. Uno sigue donde estaba, el otro ha llegado a un equipo que tras ganar el anillo ha movido media plantilla. Esto no es un reproche a Mark Cuban, solo un apunte. Algo que sirve para entender un poco mejor como funciona el deporte-negocio de la NBA.

Ander Restoy

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