Se consumó lo que pocos querían pero todos esperaban. En las últimas semanas el rumor que decía que Fernando Llorente no tenía intención de renovar ganó bastante fuerza en Bizkaia y lo terminó de certificar el propio presidente del club Josu Urrutia en la rueda de prensa que ofreció en el día de ayer. El todavía nueve rojiblanco busca un futuro lejos de Bilbao en pos de una mayor gloria deportiva, la misma que pudo tener la temporada pasada sin salir del 'Botxo' con las dos finales en las que no apareció.
Como bien apuntó Urrutia el mayor problema que le surge a la entidad de Ibaigane no es la pérdida de potencial deportivo con la marcha del delantero de Rincón de Soto, que existe, si no el mensaje que le queda tanto a los chavales que en el futuro pueden llegar al primer equipo desde Lezama o incluso a los jugadores que ahora mismo están en esa primera plantilla zurigorri.
Ese "golpe a la línea de flotación del Athletic" que decía el presidente del club y por el que consideraba que habían fracasado en este proceso de renovación. Más de 15 años en las filas del Athletic no han sido suficientes para que Llorente decida seguir con quien le ha formado y educado durante todos esos años, el mismo equipo que le dio la oportunidad de debutar en Primera División y que, no olvidemos, tuvo bastante paciencia para ver como explotaba.
Es la primera ocasión que sucede algo así. Porque en pasadas situaciones en las que algún futbolista se encontraba en una tesitura similar se solucionaba de manera diferente. Tomando el caso de los que renovaban, como Julen Guerrero, o los que salían porque el club así se lo pedía, a pesar de albergar todas las dudas del mundo, como en el caso de Andoni Zubizarreta. Y qué decir de un Rafa Alkorta que no pudo reprimir las lágrimas cuando el entonces presidente Lertxundi decidía que debía tomar rumbo Chamartín para ayudar a sanear las cuentas de su equipo del alma.
Nada de eso ha ocurrido en el 'caso Llorente'. Sí en cambio las idas y venidas de toda renovación que en el 'Botxo' estamos más acostumbrados a verlos de manera lejana, en tercera persona. Se dejaba querer por otros equipos como tan pronto decía que su sueño era seguir aquí por muchos años. Esa ambigüedad no gustó a la entendida afición bilbaína y así se lo recriminó al jugador. El punto álgido de ese desacuerdo con la manera de actuar del riojano llegó en el encuentro de ida ante el Slaven.
Fernando Llorente se ha sentido siempre un incomprendido en el Athletic. No entendía porqué no recibía los mismos halagos que otros compañeros y mucho menos entendía porque recibía murmullos y pitos cuando las cosas no le salían. Ahora, con el giro que ha dado su (no) renovación queda claro que él tampoco ha comprendido lo que es el Athletic.
¿Y ahora qué?
El futuro como decimos se complica un poco más. Primero, por supuesto, porque se pierde a un delantero de referencia de talla mundial. Algunos escalones por debajo de los más grandes pero un gran nueve a fin de cuentas. Segundo y más importante por lo ya comentado, la situación de precedente que se crea con la decisión de Llorente. Además, las dudas sobre la renovación de otros jugadores (Amorebieta) o los supuestos intereses por los rojiblancos (Javi Martínez) no ayudan a recuperar una situación de calma en el que está siendo sin duda el verano más loco y movido de la entidad.
Habrá que ver qué tipo de medidas toma la directiva y sus responsables deportivos para conseguir fidelizar a sus promesas, materia obligada en un club con una filosofía tan marcada como el bilbaíno. No cabe duda que mientras eso ocurre la afición hablará. Se preguntará por qué ha ocurrido esto y cómo debe solucionarse.
Para el Athletic comienza una nueva etapa. Para Llorente está por ver lo que ocurrirá en los próximos días. La directiva se mantiene firme en su decisión de vender nunca por debajo de la cláusula, un precio lejano (por excesivo) a la valía real del jugador. De darse ese caso y con el nueve un año más la situación se presenta tensa. No tengo ninguna duda en que Marcelo Bielsa echará mano del riojano si se mantiene entre sus pupilos. Como tampoco la tengo en que San Mamés será territorio hostil para el jugador.
Como comentó vía twitter Ander Carazo (@andercarazo), buen amigo y compañero de profesión, Llorente tenía dos opciones, "quedarse como Julen Guerrero o marcharse como Santi Ezquerro". Escogió la segunda. Y el de Calahorra no es precisamente el hombre más querido por Bilbao aún habiendo pasado siete años en Bilbao.
Imágenes vía Liga BBVA y Noticias de Álava
Imágenes vía Liga BBVA y Noticias de Álava
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2 comentarios:
agur....
El fichaje por la Juventud seguro que estaba ya pactado antes de la eurocopa, el athletic debería investigarlo y denunciarlo por ilegal.
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