miércoles, 6 de abril de 2011

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IR, GANAR Y VOLVER

Nada más terminar el partido que enfrentaba el lunes a Almería y Athletic llegaron a mi cabeza las palabras que Muniain había pronunciado hace escasas semanas antes de ir a Getafe. “Titular perfecto para el partido de hoy”, pensé. Dicho y hecho.



Alguno se preguntará el porqué de esa reflexión. Y todo se debe a que la sensación que dejó el equipo bilbaíno fue precisamente esa, la de acudir al Estadio Juegos del Mediterráneo para llevarse la victoria con lo justo. Ir, ganar y volver.

No hubo un juego excelso, el cual parece olvidado en el baúl de los recuerdos para siempre o, al menos, hasta la temporada que viene. Hubo oficio, eso con lo que el Villarreal se llevó los tres puntos de San Mamés hace dos semanas. Por lo demás, nada, alguna ráfaga de buen juego a modo de oasis en el desierto.

Y es que a pesar del gol con el que Piatti adelantaba a los andaluces los rojiblancos estaban decididos a no realizar una labor fatigosa o estéticamente alabable. Con esas llegó el gol de Muniain que empataba el encuentro cuando este aún se encontraba en la primera parte. A balón parado, la única forma por la que los leones parecían capaces de llevar algo de peligro a la portería de un Diego Alves que no pasó su mejor noche.

Algunos en esos 45 minutos iniciales daban para escribir un post aparte. El regalo de Orbaiz a Piatti en el gol que adelantó a los almerienses fue algo impropio de un jugador de su experiencia, sabiduría y calidad técnica. El balón que casi saca del estadio Toquero estando a escasos dos o tres metros de la línea de gol rival no se queda atrás.

Descanso, recargar pilas, retocar el planteamiento y sobre todo el estado anímico. Y no hablo sólo de los jugadores, los seguidores bien tuvieron que realizar un acto de renovación mental que les animase a no apagar el televisor. Porque la sintonía que transmitía el encuentro ya era conocida.

Pero así como la hinchada rojiblanca es fiel hasta el extremo, los de Caparrós son auténticos camaleones capaces de mutar de piel en escasos minutos. Para bien o para mal. Y el otro día tocó cara. 



Otra actitud, y sobre todo el planteamiento de no fiar todo a la tremenda y a intentar hacer un pase decisivo desde la línea defensiva a modo de gorrazo al de siempre. Muestra de ello es el gol de Toquero que ponía por delante a los bilbaínos.

Contra que inicia y dirige Iturraspe a la perfección, para que Llorente, en lo que pareció un momento de lucidez en el flojo final de temporada del riojano, diese el balón al de Ariznabarra y este decidiese con la inestimable ayuda de Alves.

El Almería seguía intentándolo con poco corazón y nada de cabeza, malos síntomas para unos jugadores a los que les empieza a apretar la soga que tienen al cuello desde hace unas semanas. Y en una de estas vino uno de los golazos de la temporada del Athletic.

Uno de esos fogonazos que salen de vez en cuando pero que levantan a cualquiera de sus asientos. Desde unos 45 metros Orbaiz enganchó un zapatazo ante el que Alves no hizo nada. Buen detalle del capitán en la celebración, actuando como tal, uniendo grupo y juntando a todos para tal momento.

Ir, ganar y volver. Bueno, también dio para volver a ver a Amorebieta de corto en partido oficial. Una de esas cosas que tiene Joaquín Caparrós. Ir, ganar y volver. Y a seguir soñando con Europa.

Los mejores de KIROLMANIA

3 puntos - Carlos Gurpegui: En una posición que no es la suya pero como si lo fuese cumplió un excelente encuentro. Apoyó en la contención de manera importante y no tuvo miedo a buscar el juego ofensivo desde banda derecha.

2 puntos - Ander Iturraspe: Si jugase todos los partidos como los segundos 45 minutos del lunes sería titular indiscutible. Referente en el segundo gol bilbaíno.

1 punto - Gorka Iraizoz: Acertado en el trabajo que tuvo, quizá pudo hacer más en el primero. En la segunda mitad fue clave al frenar las acometidas del Almería en varios disparos complicados.

No nos gustó...

Los cambios del equipo. Y me refiero a los que ejecutó el cuerpo técnico desde el banquillo. Se entendía el de Javi Martínez, pero a priori no parecía Iturraspe la solución adecuada tras la horrible primera mitad, el equipo parecía necesitar más profundidad. Después, introducir a Amorebieta fue casi esperpéntico y a reseñar que Toquero acabase el partido, fundido y tras salir de una lesión muscular.

El Míster

2 de 5. Nada que reseñar. Se lleva un dos sobre cinco y no tres puntos (como debería ser en este caso) por la alineación titular con la que brindó al aficionado rojiblanco. 'Amarrategui blues' que diría el difunto Andrés Montes. El colista enfrente en un partido en el que no se podía fallar y la mentalidad inicial parecía que buscaba el empate. El cambio de Amorebieta fue cómico.

El rival

Roberto Olabe se acaba de convertir en el tercer técnico que dirige al Almería esta temporada. Con eso se resume un poco lo que los andaluces ofrecieron el lunes ante los leones. Muy poco fútbol, sin consistencia en el centro del campo, con debilidades atrás y sólo los fogonazos de gente como Piatti, Ulloa y compañía como señal de identidad.

La anécdota

Por segunda jornada consecutiva el protagonismo de esta sección se lo lleva Fernando Llorente. Aunque por mejores noticias para él que aquel golpe que se llevó en su choque con Javi Martínez ante el Villarreal. Esta vez es noticia por la ovación con la que el Estado Juegos del Mediterráneo le obsequió al ser sustituido en la segunda mitad, por su calidad de campeón del mundo suponemos.

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Imagen vía Athletic-Club

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