La peor cara de la temporada del Bizkaia Bilbao Basket apareció en la matinal del domingo en Valencia. Desdibujados y completamente fuera del partido, los de Fotis Katsikaris fueron una marioneta en manos del Power Electronics Valencia. La diferencia de 14 puntos en el marcador final (68-54) es justa y merecida.
Cuesta mucho ponerse a realizar una crónica o algo similar de un partido como el de la Fonteta. Porque no hay nada positivo que destacar en el cuadro bilbaíno y porque el partido fue un monólogo de los valencianos. A modo de resumen podríamos decir que los de Miribilla no se presentaron al parquet de Valencia.
La clave pudo estar en la aparente falta de concentración de los de Katsikaris. Valga un dato para refrendar esa frase: al descanso eran 14 las pérdidas coleccionadas por los hombres de negro. Demoledora estadística agravada por el hecho de que fueron hasta tres las pérdidas tras saque de fondo, a lo que añadir una violación de tiempo para pasar el centro del campo.
Si seguimos con los datos cerramos el chiringuito. Nueve puntos en los 10 minutos del segundo cuarto. Nueve. Diez lanzamientos de dos anotados, de 31 intentos. Es complicado por tanto extraer algún tipo de valoración positiva de la “paliza” (Katsikaris dixit) recibida en la Fuente de San Luis. Ni individual ni mucho menos colectiva.
Sólo queda mirar para adelante y pensar en redimirse en la Caja Mágica ante el Real Madrid. Muro complicado de derribar pero hay que intentarlo con todas las fuerzas. Empezar la serie de partidos fuera de casa con un 0-2 puede ser un golpe duro a la moral bilbaína.
Cuesta mucho ponerse a realizar una crónica o algo similar de un partido como el de la Fonteta. Porque no hay nada positivo que destacar en el cuadro bilbaíno y porque el partido fue un monólogo de los valencianos. A modo de resumen podríamos decir que los de Miribilla no se presentaron al parquet de Valencia.
La clave pudo estar en la aparente falta de concentración de los de Katsikaris. Valga un dato para refrendar esa frase: al descanso eran 14 las pérdidas coleccionadas por los hombres de negro. Demoledora estadística agravada por el hecho de que fueron hasta tres las pérdidas tras saque de fondo, a lo que añadir una violación de tiempo para pasar el centro del campo.
Si seguimos con los datos cerramos el chiringuito. Nueve puntos en los 10 minutos del segundo cuarto. Nueve. Diez lanzamientos de dos anotados, de 31 intentos. Es complicado por tanto extraer algún tipo de valoración positiva de la “paliza” (Katsikaris dixit) recibida en la Fuente de San Luis. Ni individual ni mucho menos colectiva.
Sólo queda mirar para adelante y pensar en redimirse en la Caja Mágica ante el Real Madrid. Muro complicado de derribar pero hay que intentarlo con todas las fuerzas. Empezar la serie de partidos fuera de casa con un 0-2 puede ser un golpe duro a la moral bilbaína.
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