Con el ecuador de la temporada traspasado es momento de realizar las primeras valoraciones de cómo se le está dando el torneo de la regularidad al equipo rojiblanco. Comenzamos como no puede ser de otra manera por lo obvio, la situación clasificatoria de los de Caparrós. Si el utrerano dice que eso es lo que “da de comer” los bilbaínos están bien alimentados.Sexta posición tras 20 encuentros, 32 puntos de 60 posibles, hay que remontarse nueve años en el tiempo para encontrar un Athletic que iguale o mejore las prestaciones del equipo actual. Por tanto hay motivos para estar satisfechos en lo meramente resultadístico. Y si estiramos un poco más el chicle vemos que el equipo lleva media de hacer 60-61 puntos, lo que casi sin ningún tipo de duda le dejaría en zona europea. Objetivo cumplido.
Pero si nos vamos a aquella temporada 2001-2002 vemos que el Athletic pasó de ser segundo en la jornada vigésima a terminar el año en novena posición tras una muy pobre segunda vuelta. Por tanto el equipo debe exprimirse al máximo para hacerse con una de las cuatro plazas europeas que dejan Barça y Real Madrid. Más si cabe cuando parece que las dos que dan acceso a Champions League parecen ya propiedad de Valencia y Villarreal.
Dentro de lo positivo de estos datos podemos añadir el de los 32 goles anotados que convierten a Llorente y compañía en el quinto conjunto más goleador de la categoría. ¿Dónde están los aspectos negativos? Precisamente uno de los datos desfavorables los vemos en los tantos encajados. 31 en veinte partidos son muchos para un equipo que aspira a cotas más altas que pasar un año tranquilo o salvarse.
La irregularidad es otra de las señas de identidad del equipo. Todo viene dado por la mala trayectoria lejos de San Mamés, donde sólo han sido capaces de sumar ocho puntos. Una cantidad irrisoria sólo empeorada por el Mallorca de entre los equipos que pelean por una plaza en Europa. Incluso la Real Sociedad o el Málaga, equipos que pelean por no descender, han cosechado más fuera de su estadio que los leones. Además añadir que parece que el equipo necesita 'aprender' a empatar ya que este bagaje se reduce a dos empates fuera de casa.
Dejando a un lado la clasificación y los datos más ‘objetivos’, toca hacer balance del resto de aspectos deportivos del equipo. Especialmente de los que al juego desplegado por los jugadores de Caparrós respecta, algo muy cuestionado en varios sectores de la entendida afición bilbaína.
En el inicio de la temporada, allá por el mes de julio, se esperaba que los jugadores y el cuerpo técnico diesen un paso adelante y ofreciesen a la grada (o al menos intentasen) un juego algo más estético de lo que nos venían acostumbrando. Seis meses después la realidad nos dice que el equipo no ha dado ese paso adelante que anhelaba parte de la hinchada.
Se han visto ráfagas de un fútbol diferente, que busca el suelo y no el balón largo como primera opción pero sólo son eso, ráfagas. Porque en cuanto el equipo duda o sufre hace del juego directo a Llorente su única arma. Y si bien el riojano ha hecho un inicio de campaña espectacular se empieza a ver que ser medio y fin del monosistema implantado le deja secuelas físicas que poco a poco han ido mermando su rendimiento.
Jugadores como Iraola, David López, Muniain, Gabilondo, Orbaiz o el mismo Llorente dan variantes suficientes para que el fútbol que realiza el equipo vaya más allá del balón largo. Sin salir mismamente del juego directo pero buscando el suelo, imprimiendo velocidad y sobretodo asociándose. Y de hecho es algo que por momentos o en jugadas aisladas se llega a ver en San Mamés (fuera es otro cantar muy diferente).
Queda en duda por tanto si el aprovechamiento de los recursos de la plantilla es el óptimo. La situación clasificatoria parece decir que sí pero no son pocos los que piensan que al menos en cuanto a juego se puede llegar a algo más, entre los que un servidor se incluye. Quedan 18 partidos, tiempo suficiente para vislumbrar ese cambio y especialmente para amarrar esa plaza europea tan deseada.
Imagen vía Athletic-club
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1 comentarios:
Números y estadísticas... que pena que solo sean eso! esperemos que el equipo lleve el mismo ritmo hasta final o casi el final de la temporada para poder hacer soñar de nuevo a la afición que tan necesitada está de alegrías como la de la final de Copa.
Sobre el juego, está claro que es un largo recorrido y un amplísimo margen de mejora el que aun tiene que pasar este equipo, que tantos años ha basado su juego en un delantero "torre" al cual mandar todos los balones y esperar que él haga el resto, y más aun contando con Llorente como referencia. Hay que esperar a que poco a poco el equipo confie en sus posibilidades y se vea capacitado de, también, poder tocar por abajo el balón, ya que jugadores (Muniain, Gabilondo, D.Lopez, Susaeta e incluso San Jose) con toque tenemos!
Horneándose un equipo, poco a poco, más competitivo a fuego lento!!
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