Bizkaia Bilbao Basket pisará una semifinales ACB por primera vez en su historia tras derrotar por dos a cero en los cuartos de final a Power Electronics Valencia. Lo que el viernes a las 20.00 parecía un sueño lejano el domingo a las 14.30 se convirtió en realidad.
El éxtasis de la grada de Miribilla cuando sonó la bocina de final de partido fue síntoma de lo que se había conseguido. Dos grandes encuentros de los hombres de negro permitieron que el club hiciese historia.
Si el duelo del viernes solo recibió buenos calificativos tras la excelsa actuación de los bilbaínos, el partido de la matinal del domingo no se quedó corto. Todo hacía indicar que los valencianos vendrían con todo y así fue. En la mente de cada persona que seguía el partido por televisión o en el Bilbao Arena la idea principal era que la eliminatoria se decidiría en el tercer partido en La Fonteta.
Pero una gran puesta en escena de los de Fotis Katsikaris (gran trabajo del heleno en ambos encuentros) pronto alejó esos pensamientos. Se podía. Y se pudo. Vaya si se pudo. Ninguno de los jugadores desentonó y a pesar de tener un momento crítico a falta de dos minutos (5 abajo) supieron reaccionar como lo hacen los grandes campeones.
En ese momento fueron Alex Mumbrú y Kostas Vasileiadis los que tiraron del carro pero la verdad, destacar a uno sobre otro sería labor complicada y sobre todo injusta. Por ejemplo la labor en defensa de Axel Hervelle fue clave sin duda. Así como el esfuerzo de Banic, el propio Hervelle y Mavroeidis para paliar la ausencia por lesión de Sonseca.
Este viernes comienza un nuevo asalto. Precisamente más nuevo que nunca para un equipo que hace 10 años estaba en LEB-2. Cinco partidos para meterse en la gran final. El rival, el Real Madrid, es posiblemente el segundo mejor equipo de la ACB pero los bilbaínos no descartan nada.
Se parte desde el mismo punto, desde el mismo objetivo: ser un equipo duro, fuerte, agresivo y trabajar para pelear por la victoria. Si se hacen las cosas bien no será sencillo que los de la capital pasen a la final. Y la gente, pase lo que pase, estará orgullosa de lo logrado por su equipo.
¡¡Que empiece ya el espectáculo!!
El éxtasis de la grada de Miribilla cuando sonó la bocina de final de partido fue síntoma de lo que se había conseguido. Dos grandes encuentros de los hombres de negro permitieron que el club hiciese historia.
Si el duelo del viernes solo recibió buenos calificativos tras la excelsa actuación de los bilbaínos, el partido de la matinal del domingo no se quedó corto. Todo hacía indicar que los valencianos vendrían con todo y así fue. En la mente de cada persona que seguía el partido por televisión o en el Bilbao Arena la idea principal era que la eliminatoria se decidiría en el tercer partido en La Fonteta.
Pero una gran puesta en escena de los de Fotis Katsikaris (gran trabajo del heleno en ambos encuentros) pronto alejó esos pensamientos. Se podía. Y se pudo. Vaya si se pudo. Ninguno de los jugadores desentonó y a pesar de tener un momento crítico a falta de dos minutos (5 abajo) supieron reaccionar como lo hacen los grandes campeones.
En ese momento fueron Alex Mumbrú y Kostas Vasileiadis los que tiraron del carro pero la verdad, destacar a uno sobre otro sería labor complicada y sobre todo injusta. Por ejemplo la labor en defensa de Axel Hervelle fue clave sin duda. Así como el esfuerzo de Banic, el propio Hervelle y Mavroeidis para paliar la ausencia por lesión de Sonseca.
Este viernes comienza un nuevo asalto. Precisamente más nuevo que nunca para un equipo que hace 10 años estaba en LEB-2. Cinco partidos para meterse en la gran final. El rival, el Real Madrid, es posiblemente el segundo mejor equipo de la ACB pero los bilbaínos no descartan nada.
Se parte desde el mismo punto, desde el mismo objetivo: ser un equipo duro, fuerte, agresivo y trabajar para pelear por la victoria. Si se hacen las cosas bien no será sencillo que los de la capital pasen a la final. Y la gente, pase lo que pase, estará orgullosa de lo logrado por su equipo.
¡¡Que empiece ya el espectáculo!!
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