Primero era los de repente eternos rumores sobre la marcha de Fernando Llorente y Javi Martínez. O más bien la no renovación de uno y el "traspaso", cláusula mediante, del segundo. De momento, a pesar de que los dimes y diretes siguen siendo insistentes, ambos se mantienen en la plantilla zurigorri. Pero han sido sin duda dos de los temas del verano en Bilbao, especialmente la renovación del ariete de Rincón de Soto. La opinión pública en el Botxo apuesta por bajar las pretensiones de un jugador que, aseguran, se ha subido demasiado a las paredes a la hora de renovar.
De no renovar este verano el próximo saldría libre. Lo cual quiere decir que si las negociaciones se enquistan puede que salga traspasado por una cantidad inferior a su cláusula de rescisión este verano. Mientras Javi Martínez, con contrato de larga duración, está siendo objeto de deseo del Fútbol Club Barcelona. Los cules marean la perdiz, una semana le quieren, otra no, quizá a la espera de una posible rebaja en las peticiones bilbaínas. En este caso la solución es más sencilla, quien quiera al de Aiegi deberá pagar íntegros los 40 millones que estipulan su rescisión.
Por ahí estuvieron también los casos Mikel Rico y Beñat, ambos jugadores a priori deseados por la entidad bizkaina. Solo han llegado de momento Aritz Aduriz e Isma López, futbolistas de los que después hemos sabido que el entrenador de la primera plantilla no considera necesarios. ¿Dirección deportiva por un lado e institución por otro? Puede ser, no sería la primera vez que ocurre algo así en Bilbao.
Como tampoco es la primera vez que sucede el duelo entre directiva, con el presidente a su cabeza, y el entrenador del primer equipo. Esta vez la chispa que encendió el fuego la puso Marcelo Bielsa con una rueda de prensa incendiaria. Todo desembocó en una reunión casi maratoniana entre la cúpula del club y el técnico rosarino que finalizó con la permanencia del ex seleccionador argentino... al menos de momento.
Por suerte para Bielsa cuenta con una armadura perfecta. Y es que la afición está casi de manera unánime de su lado tras su excelente primer año comandando la nave zurigorri. Eso hizo que una directiva que se lanzó a tumba abierta a por su entrenador con el archiconocido comunicado en la web tuviera que recular y pedirle que no se fuera cuando este llegó decidido a coger las de Villadiego.
En todos estos temas hay algo que reprochar a la directiva y a su presidente. Y todo llega desde el aspecto comunicacional. No entraremos en aspectos del funcionamiento del club. Pero cuando los rumores sobre tus dos jugadores más importantes son incesantes lo mejor que puedes hacer es ser tajante ante su posible marcha o esos intereses de equipos rivales. Sobre los jugadores que interesan al club nada se sabe de manera oficial, pero no estaría de más que el público pudiera saber si si equipo intenta o no hacer esfuerzos por reforzarse. Y en lo que respecta a su pelea con Marcelo Bielsa qué decir. El argentino pudo estar equivocado como afirmó la directiva o no, pero dio la cara. Cosa que Josu Urrutia y sus compañeros de Junta de momento no saben hacer. Y eso es mucho decir.
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